One Shots ToMan +18 LEMON

SHINICHIRO

Estaba preparando la cena cuando escuché la puerta abrirse y supe que mi novio llegó del trabajo, fui al recibidor.

-Hola, mi amor. - Me dio una enorme sonrisa. Él estaba empapado, a fuera llovia muchísimo. En la mano derecha sostenía un ramo de flores que lucian muy tristes.- Las flores se estropearon un poco por la lluvia, disculpame. -Hizo un pequeño puchero y procedió a besarme en los labios, los suyos estaban helados y humenos, eso provocó una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.
- Tomaré un baño, ¿vienes?. - Me miró  pícaramente, yo rodee los ojos.

-Ve tú solo, estoy preparando la cena.- Soltó un quejido, decepcionado.

Cena caliente y servida en la mesa. Comíamos mientras él me contaba su día; el taller de motocicletas había estado apago por el clima de afuera. Entonces yo hable de mi día. Sinceramente, Shinichiro prestaba una atención enorme. Fueras la persona que fueras, él ponía sus ojos sobre ti analizando cada palabra. Ese hombre te hacía sentir realmente escuchado y en confianza. Por eso me gustaba muchísimo explayarme respecto con cada detalle que me había ocurrido durante la mañana y tarde.

-Muchas gracias por la cena mi amor.- Se levantó de la mesa y procedió a lavar los platos. Yo lo miraba sentada. Era tan alto. Su espalda era ancha y su cabello era tan negro haciendo contraste con su pálida piel. Amaba a Shinichiro. Lo amaba muchísimo, y sabía que era mutuo ese enorme sentimiento.
Me sacó de mis pensamientos con su mano siendo movida hacia arriba y hacia abajo en frente de mis ojos.

-Te fuiste un momento. - Sonrió. - Vamos a la habitación a hacerte lo que no me dejaste cuando te invité a la ducha.- Sonreí de oreja a oreja. Claro que iría con él.

Tomando mi mano nos guió a nuestra habitación, se puso de pie a espaldas de la cama. Estaba mirándome de una manera tan tierna. Me ponía un poco nerviosa. Tomó mi cara entre sus manos, hacía pequeñas caricias en mis mejillas, yo cerre los ojos disfrutando de su toque. Entonces, comenzó a besarme de una manera tan dura, ¿su lengua? dentro de mí boca masajeandola, saboreando, se sentía tan bien. A veces me ponía un poco celosa, digo, ¿quién lo había enseñado a besar de esa maldita manera?. Pero estaba vez, solo estaba disfrutando de su boca. Sus manos dejaron mi rostro para desabrochar los botones de mi blusa de algodón. Yo no usaba sostén. Y eso le encantaba pues era mucho más fácil para él tener acceso a mis pechos. Una vez que mi blusa quedo en el suelo él llevó ambas manos a mis senos y comenzó a tocarlos tan despacio, el toque se sentía como una pluma, tan suave. Al contrario de sus labios que no me dejaban ni siquiera respirar.
Yo no quería quedarme atrás así que comencé a masajear su pene, que por cierto ya estaba erecto, sobre sus boxers. Shinichiro después de bañarse solo se había puesto ropa interior. Dejó de besarme para gemir contra mis labios, sus ojos estaban cerrados, su rostro me regalo un mueca de mero placer. Shinichiro era muy sensible. Seguí masajeando su pene mientras observaba sus reacciones, y el seguía tocando mis pechos pero la forma en que lo hacía había dejado de ser suave y ahora era más violenta. Abrió sus ojos.

-Sabes que soy muy sensible y estás habiendo trampa. - Intentó decir eso con sus gemidos entrometiendose. Tomó la mano que lo estaba tocando y se la llevó a los labios, besando cada dedo, seguido por el torso. - Desde este momento yo llevaré la situación. - Me dio un beso en la frente, nos cambió de posición, ahora yo estaba de espaldas a la cama y aprovecho eso empujandome suavemente contra el colchón, se puso sobre mi con ambas piernas a lado de mis caderas, encerrandolas. Me miró desde arriba. Yo me mordí el labio. Me gustaba mucho esta faceta de él: que fuera dominante, ya que normalmente era muy dulce.
Se agachó y comenzó a depositar besos por mi cuello, de vez en cuando lo lamia, causando en mi cosquillas que ponían mi piel de gallina. Sus besos había abajo hasta encontrar mis pechos. Yo simplemente estaba tomando su cabeza, no quería que se alejara y dejara de besarme de aquella manera. Estaba demasiado caliente como para dejarlo ir. Su mano derecha encontró camino hacia abajo y desabrocho mi short.

-¿Porqué no aprendes de tu novio y andas en ropa interior por la casa?. - Dijo mientras se levantaba para retirar mi ropa, seguido de mis pantaletas. Él era el único vestido. Sonrió al verme desnuda. Seguía mirándome desde arriba. - Eres la mujer más hermosa que he visto. - Le regalé mi sonrisa más sincera.
Tomó mis piernas son sus manos y las abrió, y las coloco de manera en que estaban levantadas, dejándome completamente expuesta para él. Yo no me sentía tímida, este hombre ya me había visto de esa manera incontables veces, de echo me sentía poderosa porque su semblante brilló. Acercó su rostro a mi intimidad y comenzó a lamer.

-Siempre terminas demasiado mojada, ¿no serás tú más sensible que yo?.-Me habló desde abajo. El aliento que salió de sus palabras me hizo retorcerme. Si los labios de Shinichiro se sentía como el cielo en mi boca, cuando besaba mi intimidad era realmente... Oh dios mio, justo en ese lugar, por favor... Lleve mis manos de nuevo a su cabeza. Shinichiro sabía exactamente dónde pasar su lengua para que yo me sintiera extasiada, tan llena, como nunca me había sentido antes...

-HEEEEEEEEEEY. - Ambos nos quedamos detenidos, estaban gritando a fuera y la voz me parecía conocida. - ¡SHINICHIRO!

-Diablos. - Shinichiro me miró pidiéndome disculpas con su rostro. Rápidamente busco un short y una camisa. - Perdoname mi amor. Debe ser importante como para que Wakasa venga hasta acá. - Su voz sonaba entre molesta y preocupada. Yo estaba en shock, de un momento a otro todo su rostro cambió. Imite sus movimientos y comencé a ponerme la ropa mientras él salía de nuestra habitación.

Fui al baño para limpiarme y lavarme la cara. Mi rostro estaba rojo y mis piernas estaban un poco débiles. Maldito Wakasa entrometido.

Salté de un susto cuando mis oídos escucharon un disparo.
No puede ser.
No puede ser.
Salí corriendo del baño y de la casa. Mis ojos se encontraron con la escena más horrible que había visto en mi vida.
Shinichiro estaba tirando en el suelo con una herida de bala en el pecho.