CHIFUYU MATSUNU

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Si creías que Chifuyu Matsuno era inofensivo por su aura tranquila y adorable, no le conoces (dejando de lado que el chico podía moler a golpes a alguien durante una pelea), pero ahora no estamos hablando de eso, sino de su personalidad fuera de la pandilla.

Si bien, su personalidad no era muy diferente a encantador y tierno, el rubio podría vacilar tan bien entre ser alguien que te ayudaría a escoger tu ropa y a quitártela.

Así que no le subestimes, podía leer mangas shojo, pero no lo catalogarías como alguien inofensivo.

—Por favor...sí.— gemiste, el sudor hacía que el flequillo se pegara en tu frente y tus piernas temblaban por la sobre estimulación, no podías pensar, tu mente aturdida por las sensaciones que provocaban aquellos delgados y finos dedos dentro de ti, tu estómago hecho un nudo de sensaciones sofocantemente placenteras.

Más fuerte, más profundo, más, más, más.

—¿Quieres que ponga esto en ti?.— la voz de tu novio distaba de la que normalmente escuchabas, sus motes cariñosos se habían ido, en su lugar estaba una voz caliente, oscura y baja, sus dientes cepillaban tu labio inferior mientras que su glande tentaba entre tus paredes vaginales extendidas y abiertas por el par de dedos que trabajaban dentro, el liquido preseminal del capullo chocando con tus fluidos era húmedo y caliente, haciendo que el roce cosquilleara con tu clitoris.

—Chifuyu...— un susurro agudo salió de tu garganta cuando quito los dedos y metió la cabeza de su pene en ti, viste una sonrisa aparecer a través de tus pestañas y como sacaba la lengua para limpiar sus dedos.

—Siempre hablas de lo dulce que soy contigo.— otro lametazo a sus dedos y se inclinó en tu oreja.— Pero tú eres aún más dulce.

No podías contestarle, había jodido tus neuronas desde el momento en que había puesto aquella mirada cuando le hiciste una broma sobre sus mangas shojo, una broma que había sido de lo más tonta e inofensiva, porque vamos, que tú también los leías, era un pasatiempo que ambos compartían y que también les había hecho conocerse. Lo viste mover sus labios pero tu mente aún nublada entre los recuerdos y tus sentidos entumidos por la sobre estimulación, no te permitieron escucharle. Chifuyu te miro unos momentos, esperando tu respuesta no formulada y estrello sus labios con los tuyos, a pesar de que había sacado su lado dominante, Chifuyu beso tus labios con delicadeza, pasando del labio superior al inferior, le seguiste el ritmo y pronto estaba mordisqueando tu labio para abrirse pasó con su lengua, el músculo caliente jugando en el interior de tu boca de forma determinada e intima.

Los besos de Chifuyu eran así, íntimos y determinados a robarse un poco más de tu corazón.

—Bueno, tu lengua sigue intacta, entonces quiere decir que te pongo tan mal al punto de no escuchar lo que digo.— una sonrisa orgullosa y juguetona resplandece en todo su rostro, como si el chico que había iniciado todo fuera un ente externo a este dulce ser humano que tenías enfrente, una ceja se alzó altaneramente sobre su rostro.

—Ya decía yo que juntarse tanto con Baji se pegaba lo desvergonzado...—le dijiste, levantaste tu mano mano para retirar un mechón de su cabello.— ¿Donde quedó mi chico tierno?.—su mano izquierda te tomó de las muñecas impidiendo el movimiento.

—No menciones a otros chicos cuando estamos en la cama.—su voz había vuelto a ponerse ronca y oscura, quisiste rebatirle diciéndole que era un comentario inofensivo pero las palabras quedaron estancadas en tu garganta cuando entro en ti de una sola estocada, un gemido largo fue lo que obtuvo por respuesta y su réplica fue abrir más tus piernas con su mano libre y estrellar sus caderas con más profundidad, aún con su mano apresando las tuyas se inclinó un poco más sobre ti haciendo que su pelvis chocara descuidadamente contra tu clitoris, el golpeteo haciéndote apretar los dedos de tus pies y cerrar tus ojos fuertemente.

Chifuyu soltó tus manos para apoyarse en la cama y poder inclinarse para atrapar uno de tus pezones, sabía que era uno de tus puntos erógenos y su lengua hizo estragos con el, mordiendo lo suficiente para que tuvieras la pizca de dolor que siempre te llevaba al límite.

—Me voy a...ah.— su boca presiono la tuya de nuevo y los rastros de aquel cálido beso fueron demolidos con el choque de labios y dientes, tragándose tus gemidos y reemplazándolos con gruñidos desde la base de la garganta de Chifuyu, los espasmos aumentaban con cada estocada que fue como aventarse a un abismo en caída libre, tus paredes ejerciendo presión sobre el miembro pesado que aún seguía moviéndose en ti haciendo que el delicioso climax se prolongara más. Con tus manos estiraste el cabello de Chifuyu y lo hiciste que te mirara, sus preciosos ojos azules orbitando como un mar oscuro de pupilas dilatadas.

—Córrete sobre mi.— susurraste sobre sus labios, Chifuyu gimió y dio unas cuantas estocadas más para salirse y arrodillarse entre tus piernas, su mano viéndose borrosa a medida que se estimulaba y la otra ahuecando sus testiculos, dejando caer su cabeza hacia atrás, Chifuyu masajeo en círculos su glande y  pronto su semen salió en largas tiras manchándote el abdomen y parte de tus pechos.

Le dejaste tranquilizarse y te inclinaste para darle un besito en aquel capullo rosado, Chifuyu soltó una risa ronca y se tiró a un lado de ti.

—¿Debería anotar que hacer chistes sobre mangas te pone muchísimo?.— le dijiste mientras te inclinabas sobre él y le quitabas los mechones sudados de la frente.

—“que vainilla eres cuando lees eso”— dijo con voz chillona simulando tu voz, mientras te miraba con reproche y diversión.

—Ya, no lo decía en serio, adoro que los leas, fue así como nos conocimos.—tu voz haciéndose diminuta a medida que soltabas aquello.— Te amo.—a pesar de leer romance, no eras una persona de decir en voz alta frases como aquellas, Chifuyu lo sabía y por eso se aprovechaba al máximo cuando sacabas ese lado de ti.

— Yo también te amo.— te decía y juntaba su nariz con la tuya en un dulce beso esquimal.— Pero te perdono si me haces una mamada.

Su risa llenó la habitación cuando le miraste mal y le volteaste los ojos, todos pensaban que Chifuyu era un chico tranquilo o rozando lo tímido, pero la verdad es que si, lo era, pero también era un desvergonzado y totalmente lo opuesto a aquello.

Un hermoso balance que no debías subestimar.

One Shots ToMan +18 LEMONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora