Me recuesto en el sofá, me he quedado cómo de piedra. Pero, antes de nada le recuerdo la frase que él mismo me dijo hace unos días, "es penoso pedir salir por whatsapp, mejor a la cara". Y me promete que mañana me lo pedirá a la cara. Reflexiono unos minutos antes de ir a la cama, a pesar de que estoy más cansada que de costumbre, tras ésto no consigo dormir. Y no entiendo por qué, si ya sé cuál va a ser mi respuesta obviamente, un no rotundo. Además, de que me gusta Gonzalo, yo no me veo saliendo con un chico cómo él, es repetidor, añaden mis pensamientos, y no me convendría en absoluto. De todas formas, por un segundo nos intento imaginar juntos, y una risa nerviosa se escapa cuándo veo cómo sería. Mañana será otro día, necesito descansar. Y sin saber el motivo, esa noche me quedo dormida con una ligera sonrisa en la cara.
Llega un nuevo día, hoy me levanto con impaciencia por contarle a mis amigas lo que hablé esa noche con Sergio, y lo que me confesó. Realmente sigo en estado de shock, y creerme esas palabras de ese chico no es algo fácil. Se lo cuento primeramente a mi grupo, no lo había mencionado antes, pero somos cuatro, Victoria, Aurora, Pilar y yo, a parte de todas las demás, la excepción de elegirlas a ellas cómo un grupo de cuatro es porque confío en ellas plenamente, sí que corro a decirles ésto cuándo las veo llegar al colegio. Una por una, me dicen, "Andrea no paras de hablarnos de él, de lo bien que os lleváis, no niegues que te gusta, que te gustaría salir con él". Tal vez no sea del todo mentira eso de que no dejo de hablar de él, incluso días después de mandarle la carta a Gonzalo. Entonces me paro, y me digo a mí misma; "Andrea, frena, frena".
Este día transcurre de una forma extraña, Sergio y yo intercambiamos algunas miradas, quizá con un poco de timidez. Me cuesta mirarle a los ojos, esos ojos verdes, que parece que atraviesan. Una gran parte de mí hubiera deseado que, cómo él dijo ayer, hoy me lo pidiera, me encantaría ver salir de su boca esas palabras. Estaría bien. Pero el tema es que la respuesta no la tengo nada clara. Mis amigas llevan razón respecto a que me pongo a hablar de él y nadie es capaz de callarme, no sé a qué se debe.
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Un clavo en lo más profundo del corazón.
RomanceEl cambio que dio mi vida sin apenas enterarme.