Capítulo 15: Satisfecho./ Despertar.

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El traje de camisa blanca y chaleco verde se abrazaba como segunda piel al cuerpo del pecoso, aún con su panza de embarazado. Las damas de compañía admiraban al Omega y lo llenaban de elogios, Katsuki por su parte estaba pensando en que posición ponerlo cuando llegara la noche.

—Se ve hermoso majestad. —Toru dijo y el pecoso se sonrojó lleno de vergüenza, no estaba acostumbrado a nada de ese tipo de trato todavía.

—Hum, gracias chicas. —Izuku sonrió con sus mejillas sonrojmsadas y las demás sólo le devolvieron la sonrisa, Katsuki se acercó poco después para decir que ya tenían que salir al comedor.

Ahora el rubio debía enfrentarse al jefe final, su madre alfa. ¿Su cabeza iba a sufrir?, Si, sin ninguna duda, ¿Llevaría gritos?, En efecto. Lastimosamente Deku tendría que ver todo eso, pero bueno, esa vieja bruja seguía siendo su madre y aunque Katsuki tuviera canas en los vellos de su polla, si ella quería pegarle podía pegarle, y el rubio no se iba a defender. 

—Vamos acabemos con esto, Deku. —Katsuki tomó al pecoso del brazo, mirando de manera "disimulada" el gordo trasero del menor bastante visibles en esos pantalones azules.

Izuku sabía que lo miraba, era más que obvia esa mirada de hambre. De alguna forma lo hacía sentir bien, deseado, su "omega interior" se regosijaba por esa atención de su alfa. No podía contradecirlo, si, se sentía poderoso.

Al terminar de caminar por los pasillos y llegar al comedor, Izuku miró como un Omega de cabellos marrón tenía en sus piernas a la pequeña Eri, le acariciaba el cabello con suavidad y le sonreía dulcemente, una rubia que dedujo que era la alfa solo estaba esperando pacientemente y bebía lo que parecía ser vino o jugo de moras rojas en una copa de vidrio.

—Al fin que aparecen. —habló la mayor, era terrorífica mente parecido a su hijo, quien los volteó a ver, sonrió en cuando se cruzó con sus ojos verdes—. Oh, Izuku cariño, espero que estos meses hayan sido buenos, si el ingrato de mi hijo te hizo algo solo debes de decírmelo, yo lo pondré en su lugar.

El pecoso escuchó todo lo que dijo la mayor y casi se rió por lo tenso que se puso el rubio a su lado de repente. Se sentó en una silla del comedor y miró a la rubia con una sonrisa.

—No se preocupe Mitsuki-san, yo aprendí un poco cómo mantener a Kacchan bajo control, en realidad es alguien lindo. —El pecoso miro como Masaru tomó una servilleta para limpiarse una lagrimita como si estuviera muy orgulloso de ello.

—Eres todo un Bakugou, los omegas siempre sabemos cómo calmar a las bestias. —murmuró el mayor haciendo bufar a Katsuki y Mitsuki por igual, pero ninguno dijo nada para negarlo, al parecer los alfas de esa familia les gustaba ser dominados por sus Omegas, o al menos eso deducio el pecoso.

A los pocos segundos llegó la comida, el pecoso se puso feliz al ver como los pequeños tomaban y ponían alimentos en sus platos sin problemas y sin ningún tipo de miedo. Izuku tomó lo que quiso y después miró a los demás, la mirada de la rubia se posó en su hijo.

—Sabea Katsuki, quisiera verte en el campo de entrenamiento más tarde. —el rubio que estaba tomando jugo de naranja casi lo escupe al escucharla—. Tendremos una pequeña charla, no sabía que ya tenía dos nietos, ni tampoco sabía que venía otro en camino, debemos ponernos al día ¿No?

El pecoso miró al rubio a su lado, era evidente que empezaba a sudar frío. Lo vio buscar ayuda con la mirada a su padre Omega, pero éste solo lo ignoró mientras seguía hablando con la infante a su lado. Al final terminó resignado y supo que ese día sería un día duro, y doloroso, su cabeza iba a sufrir bastante.  

—Ah, ¿Entonces Izuku y Katsuki los trajeron aquí después de que es señor malo casi atrapa a tu hermano? —pronto la atención del pecoso pasó hacia la conversación de ellos, la sonrisa de Masaru no se iba y Eri también sonreía con timidez.

No es mi mundo. (Katsudeku./Omegaverse.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora