Izuku miró al pequeño Kouta dormido, su rostro que siempre tenía un ceño fruncido ahora estaba más relajado.
El pecoso lo había traído a una habitación vacía y le hizo dormir. Lo mejor era que estuviera tranquilo, estaba seguro que si se le pasaba despierto se la iba a pasar preocupado por su hermana, además, también necesitaba un descanso.
Una caja en un callejón no era igual de cómodo que una buena cama, por eso había hecho que Kouta comiera bien y después una siesta.
No sabía porqué, pero sentía la necesidad de hacer algo, estaba inquieto y estar acostado en un solo lugar no era bueno.
Se levantó de prisa y sus pasos lo llevaron al armario que estaba en la habitación, lo abrió y empezó a sacar todas las mantas que encontró.Quizás estaba loco o solo era un ataque de ansiedad, pero no tenía ni idea de lo que hacía, solo colocaba las mantas por unas partes, almohadas por otro lado, todo alrededor de la cama, rodeando también al niño dormido.
Cuando terminó suspiró y admiró su obra…
¿Que diablos había hecho?Era como un nido de pájaro deforme, bueno, lo que sea que haya construido estaba satisfecho, la pesadez y su ansiedad se habían ido. Ahora estaba seguro de que el pequeño una a tener un buen sueño.
Izuku salió de la habitación con cuidado y de forma silenciosa. Caminó por los pasillos dirigiéndose hacia el lugar en donde estaba la curandera Chiyo, quería ver como estaba la pequeña.
—Majestad, ¿Cómo se encuentra el cachorro?, ¿Está dormido?- Toru llegó a su lado de una forma tan sorpresiva y silenciosamente que le hizo saltar en su puesto, no sabía si debía decirle a las omegas que se pusieran un cascabel en sus ropas.
—¿E-eh?- el pecoso suspiró profundamente tratando de calmarse un poco, sentía su corazón saltar como loco en su pecho.
Sin embargo, no pudo evitar sonreír ante lo dicho por la de cabellos castaños, "cachorros", era gracioso el nombre que le ponían a los niños en ese lugar, aunque después de que lo llamarán "Omega" y al rubio "alfa", no debía sorprenderse mucho.
—Oh si, Kouta duerme tranquilo, ahora pensaba en ir con Chiyo para ver qué está su hermanita.- Izuku dijo con suavidad y con una sonrisa ligera en el rostro.
—Ah, Tsuyu vino hace un momento de allí, dijo que se encontraba mejor y su fiebre había bajado bastante.- informó la omega de ojos castaños haciendo que el pecoso asintiera en respuesta, era algo bueno saber eso.
Al llegar donde estaba la habitación de la abuela Chiyo, Izuku pudo detectar perfectamente el aroma de las plantas medicinales y algunos ungüentos. Tener una nariz muy desarrollada no era bueno en muchas cosas.
—Majestad.- mayor hizo una leve reverencia e Izuku se sintió apenado, no estaba acostumbrado que hasta los mayores que el hicieran eso.— imagino que viene a ver a la pequeña. Se encuentra bien, solo estaba algo desnutrida y por eso su cuerpo es débil ante cualquier enfermedad, por suerte solo era un resfriado.
El Omega escuchó todo atentamente y se acercó a la cama en donde estaba la pequeña durmiendo, la habían limpiado y cambiado de ropa, ahora tenía una larga bata blanca. Ella dormía tranquilamente de medio lado en la cama, de verdad se miraba mejor que cuando la encontró.
—Me alivia saber que se encuentra bien.- murmuró el pecoso pasando sus dedos por el bello cabello albino, era hermosa, tan pequeña y frágil, quizás por ello eran tantas sus ansias de cuidarla.
Chiyo sonrió con cariño, era agradable ver como el Omega del rey es alguien muy amable. Ella misma recordaba su tiempo de juventud como aprendiz de medicina, ayudaba a quien podía con sus conocimientos, aún cuando en su tiempo los omegas no podía ejercer un cargo como ese.
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No es mi mundo. (Katsudeku./Omegaverse.)
Fiksi Penggemar¿Que pasa cuando mueres en tu mundo y despiertas en otro totalmente diferente? Izuku tendrá que descubrir cómo lidiar con cosas que no entiende ni conoce, sobre todo con tratar de lidiar con el humor de un explosivo rey. (...) -Portada editada por m...