Los ojos de _________________ se humedecieron.
- Ha llegado... - se rio Julio. - tú novio ha llegado. - volvió a decirle a __________________, se colocó de pie.
- Julio, por favor... no le hagas...
- ¡Cállate! - gritó él.
Se volteó para enfrentar a Jesús que lo apuntaba con un arma directamente al corazón.
-te estábamos esperando.
- ¿Para qué? ¿también vas a matarme? - le preguntóvJesús, sin dejar su típica actitud irónica.
- Haz acertado. - volvió a sonreír, retrocedió unos pasos hasta llegar a __________________ de nuevo. Colocándose tras ella, logró colocar el arma en su sien.
_____________ soltó un gemido. A Jesús se le aceleró el corazón. Una sensación de adrenalina mezclada con todo ese montón
de sentimientos que tenía guardados por ella. La amaba... la amaba muchísimo... - pero primero, vas a ver como se
pudre tu bonita novia.
- Ella no es mi novia. - le aclaró Jesús, hablándole fuerte y claro. __________________ tragó saliva.
- ¡Cállate! - gritó Julio. - cállate joder... - repitió, completamente estresado.
- No lo es. - prosiguió Jesús.
Miró a ________________ cerrar los ojos, sus manos temblaban... - ella no quiere nada conmigo. - le explicó.
Julio tragó saliva, apretando aún más el arma contra la sien de ella. - no voy a negártelo... me he enamorado de ella... ___________________ sintió que lloraría.
Escuchaba cada cosa que Jesús estaba diciendo, y lograba sentir como su corazón se salía de su sitio.
No podía creerse lo que acababa de escuchar.
- Pero ella está enamorada de ti. - _________________ abrió los ojos. Encontrándose con los de él. Mirándose.
Compartiendo esos segundos que llenaban el corazón de Jesús como nadie en el mundo había logrado llenar.
Que lo hacían sentir en esa jodida nube que te transporta a otro mundo, donde solo importas tú y la persona que está mirándote.
- no quiere nada conmigo Julio... nada... - bajó la cabeza y volvió a subirla rápidamente.
Se lo había dicho todo. No había vuelta atrás. - tú lo eres todo.
Las manos de Julio temblaron. Aquello lo había dejado perplejo. Cerró los ojos. Fatigado. Cansado de absolutamente todo. Y la vio a ella... temblando gracias a él y a lo que había hecho... Joder, ¿se lo merecía? ¿Hasta dónde había sido capaz de llegar solo por estar obsesionado con una persona? El arma se la cayó de las manos... en ese mismo instante, varias camionetas blindadas aparecieron alrededor del edificio en donde los tres se encontraban. La policía estaba ahí.