𝕰𝖕𝖎𝖑𝖔𝖌𝖚𝖘

503 77 59
                                    

–Solo tienen que despertarnos en cuanto noten que ya ha pasado mucho tiempo –Hongjoong dijo a sus amigos y se recostó a un lado del cuerpo de su novio, siempre con cuidado de no botar ninguna de las velas encendidas que rodeaban sus cuerpos.

–No creo que tardemos mucho en todo caso –dijo Seonghwa mientras se acomodaba en la alfombra del piso.

–Está bien, pero ya saben que en cuanto comiencen a ver a los psicopompos deben volver antes de que se lleven sus espíritus –dijo Yeosang. La pareja asintió y se acomodaron con los ojos cerrados.

Recostados en medio de la alfombra con velas encendidas rodeando sus cuerpos y un mapa con el lugar al que querían ir marcado con una x, se prepararon para llevar a cabo una proyección astral.

Vola anima per aeterna –comenzaron a repetir como un mantra los siete chicos en la habitación (San en su forma de gato esperaba atento cualquier peligro para proteger a su familiar).

Cuando Hongjoong y Seonghwa abrieron los ojos de nuevo, estaban parados en medio del bosque. Sonrieron con victoria al darse cuenta de que lograron uno de sus objetivos. Caminaron de la mano hasta que llegaron a una cueva en las cercanías y entraron en ella. La oscuridad y la húmedad los recibieron.

Bola de fuego, bola de fuego, reúne para mí brillante y llanamente —Hongjoong susurró a la vez que extendió una palma y de esta, llamas se encendieron permitiendo que el lugar se iluminara un poco. Ambos echaron un vistazo alrededor y esperaron a que su plan funcionara.

Sonrieron con satisfacción cuando sintieron una pequeña ráfaga de viento a sus espaldas que les provocó escalofríos. Cuando voltearon, encontraron justo lo que buscaban: mirándolos con ojos vacíos, seis pequeños niños (o sus espíritus más bien) estaban de pie en la entrada para bloquearla.

–¿Quiénes son ustedes? –preguntó una de las niñas. Llevaba un vestido rosado embarrado en sangre y tierra.

–Somos dos brujos que solicitan su ayuda –respondió Hongjoong intentando ser cortés.

–Necesitamos que nos ayuden a gastarle una broma a otro brujos– especificó Seonghwa.

–¿Y qué obtendremos nosotros a cambio?– preguntó uno de los niños. Este igual tenía su pantalón roto y embarrado.

–Si nos ayudan, los liberaremos –ofreció el más bajo de los brujos.

Los niños parecieron meditar su propuesta. Alternaron la mirada desde Seonghwa a Hongjoong. Fue después de un momento que uno de ellos volvió a hablar –¿Qué es lo que tenemos que hacer?

La pareja sonrió con satisfacción al ver que otro de los pasos de su plan se cumplió. Les explicaron cuando y que debían hacer con los mayores detalles posibles.

Una vez finalizaron con ello y llegaron a un acuerdo, se marcharon de la cueva para volver por dónde vinieron. El tiempo ya se les estaba acabando; el pájaro que apareció a su lado y los comenzó a seguir se los confirmó.

Estuvieron apunto de llegar al lugar que querían cuando escucharon una voz a sus espaldas llamándolos. Eran los amigos de Seonghwa. Rara vez se habían encontrado después de que éste firmara el libro. En una que otra ocasión los vieron en el pueblo cuando al pelinegro se le ocurrió que era una buena idea tener citas por ahí, pero casi nunca en el bosque; menos en un lugar tan profundo.

–Seonghwa, Hongjoong. ¿Qué hacen aquí chicos? —Preguntó Sunwoo.

–Eso deberíamos preguntarles nosotros. Estamos aquí para buscar unas hierbas que me pidió mamá– dijo Seonghwa para salir del apuro –¿Y ustedes?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 31, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A witch? | SeongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora