𝕼𝖚𝖎𝖓𝖖𝖚𝖊

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Cuando volvieron a la casa, ya era más que pasada la media noche, y lo hicieron siendo lo más silenciosos posible. Tuvieron que escalar las enredaderas a un lado de la ventana de la habitación del pelinegro para entrar a la casa. Seonghwa casi no pudo dormir por lo eufórico que se sentía; más al tener a Hongjoong recostado en su brazo.

Al día siguiente, cuando abandonaron la casa para ir a la academia su madre no dio indicios de notar su ausencia la noche anterior. Sus padres se despidieron de Hongjoong con mucho cariño, y el de brujo se sintió feliz.

Obviamente al llegar a la casa en el bosque, tuvieron que separar caminos. Seonghwa entró por la puerta principal y Hongjoong por su entrada clandestina. Por suerte, cuando se encontraron con los demás a la hora de almuerzo, estos aseguraron que le habían cubierto la espalda a Hongjoong y nadie notó su ausencia.

Después de aquello, que Hongjoong se escapara con él a casa algunos días se hizo recurrente. Su madre era feliz teniendo al brujo en la casa y Hongjoong parecía igual de feliz.

Una noche, mientras paseaban por el bosque, Hongjoong le preguntó si estaba bien que pasara tanto tiempo en su hogar. Seonghwa le aseguró que estaba perfectamente bien; que de hecho, se sentía bastante feliz de pasar esos momentos con él y que su casa estaría a su disposición cuando quisiera.

Hongjoong se sentía cálido al lado de Seonghwa, y debía admitir que la sensación le gustaba. No recordaba haberse sentido así con alguien jamás, lo más parecido fue con sus amigos cuando los conoció.

No entendía por qué Seonghwa provocaba aquello en él. Su primera impresión no fue la mejor después de todo; le pareció un mortal ingenuo y torpe, definitivamente todo de lo que quería mantenerse alejado. Aunque por alguna razón, no podía evitar esa sensación de querer tenerlo a su lado, querer mostrarle las maravillas de la magia y ayudarlo a descubrir su potencial; porque Hongjoong veía un gran potencial en él.

Y creyó que estaba logrando su objetivo; cada vez que veía los brillantes ojos curiosos de Seonghwa maravillados por cada pequeña cosa que le mostraba, su pecho se llenaba de satisfacción y gozo al pensar en que quizás Seonghwa si se quedaría a su lado después de firmar el libro de la bestia. Estaba seguro que juntos lograrían grandes cosas si Seonghwa decidiera convertirse en un brujo.

Por eso, aquella noche en la Seonghwa insistió en llevarlo a un lago cerca (a lo que Hongjoong aceptó a regañadientes) y se encontraron con los amigos mortales del pelinegro, los celos apretaron su pecho al ver que quizás todos sus esfuerzos se habían ido por la borda.

Todo había estado bien; Seonghwa había convencido a Hongjoong de meterse al agua luego de insistir casi por una hora y ambos habían comenzado un juego donde el pelinegro intentaba alcanzar al más bajo y este huía. Así que cuando escuchó que pronunciaban el nombre del más alto y vio que se trataban de unos mortales, estaba seguro que la sangre abandonó todo su cuerpo.

–Chicos... –fue lo único que pudo decirle Seonghwa a los jóvenes que lo miraban confundidos.

–Seonghwa... creímos que estabas de viaje –Juyeon dijo mientras dejaba lo que llevaba en sus manos en una roca y lo miraba interrogante.

–Yo... sí lo estaba, volví hace poco –respondió con nerviosismo.

–¿Dónde estabas?¿Por qué no volviste a la escuela? –Lee Know preguntó con curiosidad pero también emoción de ver a su amigo después de tanto tiempo.

–Es difícil de explicar –Seonghwa contestó.

–¿Quién es él? –preguntó esta vez su amigo más alto.

Recién en ese momento Seonghwa se dio cuenta de que Hongjoong se había escondido en su espalda y miraba a los otros dos con ojos atentos y cautelosos.

A witch? | SeongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora