11. Masoquismo

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Sasuke no dejó pasar ni un segundo más para tomar lo que era suyo.

Fue apenas divisó a Naruto llegar el momento en el que lo tomó bruscamente del cuello de la campera y comenzó a despedazar la misma con euforia. Antes de que el rubio pudiera replicar algo, Sasuke lo estampó contra un árbol, apresando ambos brazos del otro con una mano, y colocando la otra en la boca del mismo.

- Espero que a partir de ahora te quede claro a quién le pertenece tu cuerpo. - le susurró en el oído, para luego soltarlo y terminar de desnudarlo.

Naruto abrió los ojos tanto como pudo. ¿Qué bicho le había picado a Sasuke?

El azabache comenzó a pasar sus manos por todo el cuerpo del Uzumaki, sin delicadeza alguna, hasta llegar a sus piernas, las cuales abrió en un brusco movimiento.

Apoyando sus manos en los muslos de Naruto, se arrodilló hasta quedar a la altura del culo del mismo. Antes de hacer nada, se tomó su tiempo para admirarlo, ya que en su anterior vez no había tenido oportunidad de hacerlo por la falta de luz en el lugar. Era grande, gordo y redondo, suave como la piel de un bebé y sorprendentemente blanco, a diferencia del resto de su cuerpo. Pensó en la cantidad de marcas que podía dejar en el mismo y sonrió con malicia.

Naruto lanzó un sonoro quejido al sentir la palma de la mano de Sasuke impactar abruptamente contra una de aquellas mejillas. Una vez, dos veces, tres veces, el Uchiha no se cansaría hasta teñir todo ese lugar de rojo. Cada golpe era más fuerte que el anterior. El dolor que Naruto sentía en un comienzo no tardó en transformarse en un extraño placer; sus quejidos se habían convertido en gemidos, de alguna manera le fascinaba la idea de dejarse maltratar por Sasuke.

A las cachetadas, el azabache les sumó alguna que otra mordida y chupón, hasta sentir el sabor a sangre en su boca. Se detuvo una vez que observó aquel lugar pintado de marcas rojas de su palma y algún que otro moretón. Relamiéndose los labios, Sasuke procedió a separar las mejillas de Naruto, quien ya sentía sus piernas temblar. Dirigió su lengua a la entrada del rubio para lamer la misma con tanto frenesí como se masturbaba a sí mismo. Naruto comenzaba a enceguecerse del placer. Sin embargo, quería, no, necesitaba algo más.

- S-sasuke. - dijo, intentando indicarle sus deseos.

- ¿Mhm? - contestó el nombrado sin quitar la cara de aquel cómodo lugar.

- Ya podés...

- ¿Qué cosa, Naruto? - desocupó su boca para sonreír con picardía. - Si querés algo, me lo vas a tener que pedir por favor.

- Metela, por favor. - murmuró con un hilo de voz.

- ¿Cómo? No te escuché.

- ¡Por favor, Sasuke! - a la mierda la vergüenza, la calentura era aún más fuerte - ¡Metémela de una vez, te lo ruego! - ''voy a matarlo después de esto'' se dijo para sus adentros.

Sasuke rió y en cuestión de segundos se levantó, tomó las caderas del rubio, y sin aviso previo, entró en él de una sola estocada. Comenzó a moverse rápido y fuerte, burlándose de los quejidos y el llanto del rubio. Esta vez no le importaba para nada la comodidad, el dolor o el disfrute del otro. Estaba cegado por su propio placer.

- ¡Sasuke, pará un poco! ¡Me duele! - le reclamó como pudo.

- ¿No querías que te la meta? - respondió el otro aumentando su velocidad. - Ahora bancatela.

- ¡No me re... - comenzó a gritarle, pero se vio interrumpido por su propio gemido cuando el pelinegro dió justo en el blanco: su punto G.

A partir de ese momento, el dolor se le olvidó por completo. Se apegó aún más a su compañero y comenzó a moverse él también.

Eclipse [ Sasunaru ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora