8. Te amo

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- ¿De quién? - preguntó Naruto. - No te escuché, dattebayo.

Sakura bajó su vista. La decepción y la angustia de no ser ella quien llenaba el corazón de su amado, sino otro chico que lo lastimó tanto, la estaba ahogando. Pero debía apurarse a encontrar una mentira, Naruto no podía enterarse de lo que ella sentía.

- De... Kakashi. - dijo en un hilo de voz. - Pero es un secreto, no le podés decir a nadie. 

-  ¿Kakashi? - Naruto abrió los ojos, incrédulo. - ¡Está bien! No voy a juzgarte. Sos mi mejor amiga, podés confiar en mí.

- Así que... Sasuke, ¿eh?

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Aquellas nubes que hace unas horas se habían pintado en el cielo, por fin hicieron presencia. Las gotas de agua caían con una gran fuerza y velocidad sobre las cabezas de ambos amigos/amantes/rivales, quienes no quitaban la mirada el uno del otro. 

La tensión era ya palpable, como si los dos hubieran sabido de antemano las intenciones del otro.

- Sasuke.

- Naruto.

- Tenemos que... - comenzó el rubio, pero se calló cuando el otro lo tomó del brazo y comenzó a correr consigo. - ¿Qué hacés?

No obtuvo respuesta. 

- Sasuke, tengo que decirte algo importante.

- Creo que ya hablamos mucho ayer, ¿no? - contestó el pelinegro sin voltearse a mirarlo. - Me prometiste algo.

- Sí, pero antes me gustaría que me escuches.

- Después te escucho.

- ¿Después de qué? - otra vez, Sasuke no contestó. - ¿Y a dónde me estás llevando?

El Uchiha frenó en seco, obligando a Naruto a tambalearse en su lugar.

- Hay una cabaña en la que me estoy quedando que queda cerca de acá. - explicó. - ¿Tenés alguna queja? ¿Preferís llenarte de barro y agarrarte una neumonía bajo la lluvia? - el rubio se quedó callado. - Así me parecía.

Y continuaron su camino hasta llegar a una casa. Las ventanas rotas y los musgos trepando las paredes exteriores delataban los años de abandono. Sin embargo, Sasuke se las había arreglado muy bien para hacer de su interior un lugar cómodo y limpio en el cual pasar sus noches. 

Ambos se quitaron sus zapatos y entraron al lugar que, por cierto, estaba bajo penumbras. Lo único que los iluminaba era esa casi imperceptible luz solar que se escondía detrás de las nubes grises. 

- Bueno, supongo que ahora sí podemos ha... - una vez más, el Uzumaki fue interrumpido por la mano de Sasuke en su boca.

Y no solo eso, de un segundo a otro, el de los ojos negros se encontraba acorralando al otro contra una pared. 

Había esperado un día entero para esto, lo que le parecía una eternidad. Durante aquel picnic, Sasuke apenas era capaz de controlar sus impulsos de saltar sobre el rubio y hacerlo suyo, una y otra vez, y era aún peor cuando este le regalaba una de sus brillantes sonrisas, o lo miraba directo a los ojos, o se acercaba más de la cuenta.

Se prometió a sí mismo que ésta sería la última vez que lo vería. Terminaría de satisfacer sus deseos y, una vez más, lo abandonaría.

Naruto no puso ningún ''pero'' ni resistencia alguna cuando Sasuke lo desnudó por completo y lo llevó hacia la cama. Lo único que podía hacer era observar a su pelinegro despojarse rápidamente de sus prendas, con una impaciencia no muy propia de él. 

Eclipse [ Sasunaru ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora