Eclipse [ Sasunaru ]

12. La última pelea.

Por  alguna razón que ni él mismo lograba comprender, Sasuke había estado esperando por Naruto en aquel lugar cada día de las siguientes dos semanas. 

Algo en él quería creer que el rubio de ojos azules que había estado detrás suyo todos estos años iba a regresar. Pero, ¿por qué quería eso? Luego de lo ocurrido, ¿por qué se pasaba horas en aquel bosque recordando los momentos que ambos habían vivido en esos pocos días?

Poco a poco el orgullo que habitaba en el Uchiha estaba desapareciendo, y su corazón volvía a revelar el nombre de Naruto Uzumaki, sus ojos ansiaban encontrarse con los del rubio una vez más.

Y un Uchiha siempre consigue lo que quiere.

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- Gracias por acompañarme a casa, la pasé muy bien hoy. - dijo Sakura con una brillante sonrisa en el rostro, tomando las manos del mismo.

Naruto sonrió de lado y la observó con detenimiento. 

- Me alegro-ttebayo, yo también disfruté el día. ¡Te dije que el miso era rico!

- Tenías razón. - rió. - Nunca lo había probado antes.

- Todavía no te lo puedo creer, es como si vinieras de otro planeta.

- Idiota, algunas personas acostumbramos a comer sano, ¿sabés?

Naruto frunció el ceño.

- Tch, eso me ofende. - dirigió su mirada al costado, frunciendo el ceño y dibujando una especie de puchero en su rostro.

 Sakura volvió a reír y lo tomó del mentón, atrayendo su vista de nuevo a ella. Los ojos de Naruto se abrieron como platos una vez que rodeó los brazos en su nuca y comenzó a acercar sus rostros para plantarle un largo beso. Una vez que Naruto se separó para buscar algo de aire, la pelirrosa volvió a atacar su boca, esta vez abriéndose paso con la lengua. Sin embargo, el Uzumaki se alejó y volvió a correr la cara hacia el costado.

 No es como si no lo hubiera hecho antes durante estas semanas, claro, pero aún no se acostumbraba. 

- Ey, Naruto. - llamó su atención y bajó su vista, algo avergonzada. - Mis papás no van a venir a casa hasta mañana, si querés podés pasar a casa y... puedo cocinarte algo casero. - dijo mientras bajaba el volumen de su voz y se ruborizaba.

- Perdón, Sakura-chan. - rascó con nerviosismo su nuca. - Tsunade obaa-chan me dijo que vaya a su oficina a esta hora.

- ¿Huh? ¿A esta hora? - Sakura miró hacia arriba y señaló el cielo. - Pero si está oscureciendo.

- Sí, ya sabés lo loca que está esa mujer. - rió y comenzó a alejarse. - Ya es tarde, ¡me va a matar si tardo más! 

Ambos se saludaron con la mano y Naruto se retiró del lugar.

La realidad era que no debía encontrarse con nadie, pero quería irse en cuanto antes de allí. Sakura y él llevaban dos semanas saliendo a citas juntos, con la idea de empezar a ser algo más que amigos. Sin embargo, Naruto aún se sentía algo incómodo. Quizás le molestaba el hecho de obligarse a sí mismo a sentir algo que no sentía, y a forzar ese vínculo. Pero también quería borrar a Sasuke de su mente y su corazón. Si de chico estaba todo el tiempo detrás de Sakura, ¿por qué desperdiciar esta ''oportunidad'' ahora? Quién sabe, quizás pueda encontrar la felicidad en ella.

Pateaba algunas piedras que se cruzaban en su camino, con las manos escondidas en los bolsillos de su pantalón mientras caminaba por las desoladas calles de Konoha. A estas horas no había ni un alma allí. Pese a que la primavera había comenzado, un frío viento recorría la aldea entera.