Suspiró de alegría al ver la casa frente al lago, la casa que le perteneció por unos años. Se despidió del taxista y con maleta en mano se acercó a la puerta trasera...cerrada, sonrió y se agachó encontrando la llave enterrada entre los arbustos; al abrir la puerta se fijó en la cocina limpia y las mesas altas en el mismo lugar era como si el lugar nunca hubiese sentido los años pasar. Dejó la maleta a un lado abriendo la nevera sacando una botella de agua...había olvidado lo caluroso que solía ponerse el lugar. Escuchó voces muy inesperadas para ella e intentó salir lo más rápido posible de allí."Oh vamos, será rápido, lo prometo", la voz masculina se quejó.
Escuchó una risa femenina y rodó los ojos.
Ya sabía quiénes eran los que estaban en la casa.
"No, te lo he dicho mil veces". El tono divertido y coqueto en su voz decía lo contrario a lo que pronunciaba.
De repente, se dio cuenta que ambos estaban en la cocina y unos cachorros se acercaron a ella ladrándole, intentó espantarlos haciendo sonidos con la boca y pidiéndoles que se alejen. Obvio no le prestaron atención.
"Hagan silencio", dijo la dueña de los cachorros, sin percatarse que le ladraban a alguien más allí. Su calentura era más grande. "Solo un poco" le escuchó decir y luego un par de ruidos más, jadeos y respiraciones pesadas.
Maldita sea, por qué le sucedían estas mierdas a ella.
"Oh, ya sabía que lo deseabas, ven."
Vio la puerta que daba al lago abierta, contó hasta tres y corrió hasta ella lo más rápido que pudo...no contó con que el viento movería la cortina cercana y esta le daría de lleno en la cara evitando su huida. Al contrario, dobló a la derecha y chocó con uno de los muebles de la casa, asustando a los calenturientos. Volteó a verlos porque los escuchó jadear...del susto.
"Oh, Kelly...no sabía que vendrías", se acomodó el vestido rápidamente dándole una mirada incómoda acompañándola de una sonrisa.
"Sí bueno, mi hijo se va a casar, ya sabes, lo normal" hizo un ademán para restarle importancia junto a una mueca de "no es nada pasa siempre".
"Kelly, qué tal". El se acercó y la abrazó de lado, sintió algo duro junto a su cadera y miró, él también. "Ah, ya sabes, las pastillas esas que 'te ponen duro después de viejo' " hizo una voz de comercial y se echó a reír, ellas también, una más incómoda que la otra.
"No me dijiste que Kelly vendría hoy", golpeó el brazo de él luego volteó a mirarla. "Disculpa, de verdad no sabía, hasta te hubiera preparado la habitación y todo," acomodó su cabello tintado de rojo porque no encontraba qué hacer con sus manos.
"Ustedes discúlpenme a mí. La verdad es que solo deseaba ver la casa antes de que los demás se aparecieran por aquí, entiendo que tendremos casa llena y quería respirar aire fresco antes de las preparaciones", les sonrió y acomodó su cabello, luego miró su maleta. "Ya estoy aquí, ¿dónde puedo acomodarme?"
Ambos se miraron y luego voltearon a ver a Kelly, sorprendidos. Repitiendo la acción algunas veces aparentemente pensando qué hacer, suponían que ella se quedaría en un hotel cercano, no directamente en la casa. Al final él se encogió de hombros.
"Puedes quedarte con la habitación de Franco, de todas formas, él no dormirá aquí."
Asintió tomando su maleta abriéndose paso a la habitación.
Incómoda, rezaba porque sus hijos aparecieran lo más rápido posible.
*
Siempre odiará los hospitales, ese aire a alcohol, inyecciones y cirugías no era lo suyo, lo detestaba. Podía escuchar el sonido de sus tacones a través del pasillo, las enfermeras se volteaban a verle con una sonrisa y otras la ignoraban, rodó los ojos y se irguió levantando más la cabeza para verse más alta de lo que ya era. La recepcionista le miró momentáneamente cuando se puso detrás del paciente que atendía, miró a los lados mientras los escuchaba hablar sobre el formulario y ella respondía sus dudas. Cuando fue su turno se acercó y le preguntó por Edward Jones, la chica asintió buscando en un par de hojas su ubicación.
Le dijo que podía esperar en la sala de espera, estaba un poco ocupado por mientras. Asintió y cruzó las piernas mientras lo hacía, con el paso del tiempo movía los pies con más inquietud ganándose la mirada del hombre que estaba frente a ella. No sabía reconocer si porque sus piernas se veían fantásticas en esa falda o porque lo estaba irritando con el constante movimiento, él movió los labios, pero luego decidió callarse cuando se encontró con su mirada directa.
Idiota.
Una alarma empezó a escucharse por todo el lugar, hasta la recepcionista salió corriendo a ver qué sucedía, entonces se arrepintió de salir porque en ese momento se fijó en la ambulancia que llegaba y cómo bajaban a una pareja llena de sangre...mucha sangre. No lo pudo evitar, todo se puso negro.
"Hey, hey", sentía que alguien golpeaba su rostro levemente, parpadeó intentando acostumbrarse a la luz, cuando lo hizo reconoció la cabellera rizada de Edward, él mostró su sonrisa marca Jones. "Me parece que no puedes estar visitándome si pasarás a ser la paciente al ver un poquito de sangre."
Rodó los ojos al oír el comentario e intentó sentarse. "Eres un idiota" alcanzó a murmurar mirándolo.
Él le pasó su bolso y sus tacones, quitándose la bata de médico que llevaba inscrito su nombre y apellido. Se acercó al baño para tirarse un poco de agua en la cara, se acomodó el cabello y salió, apoyándose en el marco para ponerse los tacones e hizo una mueca cuando todo le dio vueltas momentáneamente.
"Toma, esto te hará bien" recibió el agua y se encaminó con él a recepción. "Oh, espera, déjame buscar mi maletín", asintió viendo cómo la chica se acercaba a ella.
"¿Te encuentras bien?"
Le regaló la sonrisa más amable que pudo encontrar y asintió: "Sí, gracias por preguntar". La vio sonreír.
"Me alegra." la chica no se alejó, parecía que pensaba antes de dejarlo salir bien de sus labios o estaba formulando la pregunta que haría. Lo que sea que fuera, no quería escucharlo, bufó por lo bajo procurando no ser escuchada. "¿Sabes si el doctor Jones hará algo más tarde?" alzó la vista mirando al techo y cerró los ojos dando las gracias.
"Me parece que sí." Le sonrió esta vez con simpatía, cuando iba a volver a abrir la boca para decir algo como "pero puedo decirle que cancele todo, si quieres". La chica dijo:
"Entonces estás libre." La chica sonrió relajada. Rodó los ojos internamente y maldijo.
"De hecho, Candy, mi querida hermana saldrá a comer conmigo y nuestros hermanos, pero yo te hago saber cuándo estará disponible." Eddie la abrazó por los hombros y le sonrió encantadoramente a la recepcionista, ella se sonrojó brevemente y asintió, continuando su trabajo. Empujó a su hermano y empezó a caminar para salir de allí.
"Muy idiota."
"Pero al menos te salvé un poco", él rió en voz alta.
*
Por otro lado, en el mejor estudio (el único, de hecho) del pueblo se encontraba otro de los hermanos viendo una película mientras sus alumnos admiraban los detalles y los colores de esta. Disfrutaba educarlos y mostrarles un poco cómo se veían las películas en años anteriores, el hecho de que podían sacar buenas pinturas e inspirarse más de los temas que trataban. Volver al Futuro siempre será una reliquia y nunca se cansará de verla, tampoco de enseñarla.
La película finalizó y los chicos empezaron a recoger sus cosas mientras él apagaba todo y recogía los cables para dejar todo listo. Pese a que disfrutaba enseñar, también disfrutaba cuando ya no tenía que enseñar. Guardó todo y volteó a verlos con una bonita sonrisa.
"¿Qué tal les pareció?"
"Fantástica." murmuraron algunos, otros no contestaron solo asintieron, como si eso fuera alguna respuesta coherente a su pregunta. Se encogió de hombros.
"Nos vemos la próxima semana, recuerden que su pintura debe basarse en algo que vieron en la película, pueden buscar referencias, pero sin copiarse del todo. Ya pueden retirarse, feliz semana."
Ellos salieron y él lo hizo al final, asegurándose de cerrar todo y caminar hasta su departamento. Estaba a punto de cerrar la puerta cuando apareció un rostro que no veía en años, soltó su mochila y corrió a abrazarla, ella chilló por el impacto y también por sus ganas de alejarlo de su cuerpo. Él la despegó y besó su cabeza con cariño.
"¡Murphy! No pensé que vendrías"
"Gracias por soltarme, Brodie."
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Boda ||CXC
RomancePara Murphy era bastante obvio que en algún momento tendría que regresar al sitio donde fue criada, el sitio que la vio crecer y donde compartió risas, pero también lágrimas y traumas que todavía la están acompañando en su día a día. De todas formas...