Capítulo diecisiete

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El conductor las dejó 30 minutos después en lo que parecía un hotel de varios pisos, miró interrogativa a Murphy, pero esta solo se encargó de sonreírle suavemente. Al salir y atravesar las puertas del lugar le gustó el frío que le puso la piel de gallina con cada paso que daban. Murphy se acercó con confianza al mostrador en donde se encontraba una mujer que no parecía tan mayor, tal vez tenían la misma o era menor. Miró alrededor fascinada por los bonitos cuadros que decoraban las paredes, el color blanco y beige predominaban en el lugar aportando claridad junto a los sillones que se encontraban esparcidos, al fondo se podía ver el elevador que estaba subiendo al tercer piso.

"Buenas noches, bienvenidas al Hotel Live, mi nombre es Ana, ¿cómo les puedo ayudar?", aunque el tono se escuchaba casi robótico la pregunta le pareció más espontánea.

"¿Todavía aquí?" le escuchó a Murphy decir en tono burlón, giró la cabeza a su dirección para encontrarla apoyada del mostrador con una sonrisa. La chica que se declaró como Ana la miró sorprendida hasta que una sonrisa se dibujó por su rostro.

"¿Tú aquí? Increíble, un milagro." Entonces eso significaba que se conocían. Ana observaba a la ojiazul con una fascinación que le resultó incómoda, se removió inquieta, pero se acercó.

"Ya sabes que Franco y Mercedes se van a casar en estos días, no podía faltar a ver esa unión."

"Oh, por favor, todos sabíamos que esos dos terminarían juntos." la chica hizo un ademán restándole importancia y ambas rieron suavemente. "¿Qué te trae por aquí? ¿Buscando trabajo?" inquirió, mirando brevemente a Fallon.

"¿Volver a trabajar aquí y soportarte? Nah. Quiero una habitación para esta noche." Murphy le sonrió y señaló a Fallon, "ella es Fallon, Fallon esta es Ana. Trabajé aquí hace unos años por varios meses y esta fue mi compañera de travesuras." comentó riendo. Fallon se sorprendió por la comodidad que transmitía.

"Encantada", estiró su mano y la estrecharon.

"Es un placer. Espero que Murphy te esté tratando bien, ya sabes, es una estúpida." el guiño de ojo al final la hizo reír y relajarse mientras escuchaban a Murphy quejarse. "Bien, último piso, habitación número 4, ya sabes dónde queda todo aquí. Tengan una buena estadía."

Murphy asintió y agarró la llave, pasándole su tarjeta y haciendo el pago antes de que Fallon pudiera decir algo. Se despidieron de Ana mientras la mano de Murphy buscaba la suya y se encaminaron al elevador en un silencio que les resultaba cómodo, aunque estaban nerviosas. El silencio solo duró varios minutos porque cuando el elevador llegó hablaron un poco.

"¿Era una amiga?" preguntó la latina.

"No, era como mi mejor amiga en esa época." le contestó con suavidad.

Murphy estaba dispuesta a contestar y Fallon a preguntar.

"¿Era?"

Murphy asintió, "yo era más abierta y cariñosa antes, pero mis únicos amigos siempre fueron mis hermanos y Mercedes. Tenía amigos aparte de ellos, por supuesto, pero solía hablar más con Mercedes. Ana y yo nos conocimos cuando entré aquí por un castigo, y bueno, pasaba varias horas con ella todos los días," se encogió de hombros justo cuando el elevador llegó al último piso, salieron "fácilmente podría considerarla una amiga, tal vez más, pero me alejé de todo el mundo y después me fui del pueblo."

Usó la llave para abrir la puerta encontrando un buen espacio. La cama estaba en el medio con una lámpara a un lado, había un sofá y frente a este un televisor, una neverita y el baño estaba a la izquierda cuando entraron a la habitación. Cómodo y pequeño. No esperaban más. Se miraron incómodas por un momento, Murphy murmuró que le haría saber a Franco que estaban bien y Fallon caminó hasta la cama para soltar su bolso después de quitarse el calzado, había un clóset con dos batas blancas y en el baño encontró dos toallas más utensilios para la higiene.

Boda ||CXCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora