Capítulo cuatro

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El restaurante estaba lleno, lo cual no era raro porque era sábado por la noche, aunque no les fue difícil encontrar la mesa que habían reservado con antelación. Estaba en la terraza del lugar, era un tipo de petición silenciosa para Murphy porque esta no soportaba estar rodeada de gente golpeando simultáneamente los platos y hablando en voz alta. Cruzó miradas con Franco agradeciéndole y él se llevó la mano al corazón con el puño cerrado, sonriéndole. Llevaba una camisa blanca de mangas largas que había doblado hasta los codos, pantalones caquis, unas botas negras y llevaba una chaqueta en la mano solo por si acaso, se llevó algunas miradas que ignoró con toda la tranquilidad del mundo. Se sentó en medio de JJ y su mamá, pero frente a Fallon, el vestido blanco que llevaba le estaba cortando la respiración y sus ojos miel le atraían demasiado.

Comieron la entrada en relativa paz, mientras esperaban a su papá y la esposa, cada cierto tiempo Franco miraba las dos sillas que estaban vacías en la mesa preguntándose por qué no llegaban y Mercedes apretaba su rodilla cada vez que eso sucedía porque sabía lo que él estaba sintiendo, eso llevaba a que MJ arrugara el ceño con obvia decepción aunque ya estaba bastante acostumbrada a que eso sucediera, no esperaba tener que presenciarlo en una semana tan importante para Franco. Justo cuando estaban tomando las últimas órdenes para el plato fuerte ambos llegaron sonriendo y disculpándose por la tardanza.

Murphy cruzó miradas con su padre, cuando él quiso saludarla, negando con la cabeza; el tragó saliva alejándose, gesto que no pasó desapercibido para los demás. Sintió una mano apretando su rodilla, notando cómo su pie dejaba de moverse, ni siquiera había notado el gesto, pero alzó la vista hasta su mamá y esta le sonrió cálidamente, recibiendo una más tranquila a cambio.

"Entonces, ¿de qué hablaban?" preguntó él sonriendo después de haber ordenado.

"Nada muy importante. Aunque ahora que lo  preguntas, me surgió una pequeña duda, ¿por qué no hacen la ceremonia en un salón?" preguntó Katie, la madre de Mercedes obteniendo un suspiro de cansancio de su parte.

"Mamá, ya te expliqué, no queremos hacer esos gastos".

"Ya te dije que podíamos ayudarte con eso, cariño" los hermanos se miraron cuando vieron la sonrisa que se supone era cariñosa.

"No, mamá, no te preocupes" Mercedes sonrió suave, cansada por estar hablando sobre el mismo tema.

"Bueno, también tenía la misma pregunta" todos miraron a Angela y Franco le sonrió con suavidad, el inglés era lento y el acento era marcado, pero todos creían que era tierno.

"Casarnos frente al lago ha sido nuestro sueño desde que éramos solo amigos, mamá. Nos hace sentir más cómodos y nos trae muy buenos recuerdos" explicó él, Katie, desde el otro lado de la mesa, rodó los ojos, pero forzó una sonrisa.

"En un salón podrían obtener mejores fotos y más espacio para bailar o hacer actividades".

En ese momento los meseros dejaron los platillos y los hermanos empezaron a comer, sin ganas de opinar, pero observando que todo se volvería un desastre en un par de minutos. Fallon solo observaba un poco confundida los gestos de la mujer y a los hermanos, pero optó por no opinar en un tema que no le concierne. "Mamá, ya te expliqué que Brodie se encargará de las fotos". Mercedes le clavó los ojos encima al susodicho y él asintió rápidamente, tragando.

"No se preocupe, tengo una cámara profesional y ya les dije que este seria mi regalo de bodas". Katie frunció el ceño, que no se preocupara decía el chico, el peor de los Jones a su parecer.

"Voy a decidir preocuparme, ahora que lo dices". Los demás soltaron una risa, hasta Kelly, pero se controló y los retó con la mirada.

"Katie, es SU boda, déjalos con la opción que más les gusta, porque tú ya te casaste y apuesto a que nadie te dijo cómo hacer la tuya". Murphy palmeó el muslo de su mamá debajo de la mesa y, disimuladamente, los hermanos levantaron el pulgar. Mercedes le dedicó una pequeña sonrisa asintiendo por su participación. Sus ganas de asesinar a los hermanos por no ayudar eran más grandes que sus ganas de quedarse ahí.

Boda ||CXCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora