Boda ||CXC

Capítulo once

Ya era de tarde y para ese día no tenían nada programado para hacer, por lo que todos estaban afuera cerca del lago disfrutando de los rayos del sol, comiendo papitas y escuchando música. Era relajante y lo más divertido era ver a Murphy usando una camisa mientras le daba malas miradas cada cierto tiempo. Las marcas que tenía en su abdomen estaban de un tono rojizo con algunos puntos que fácilmente podrían ser sus dientes, por lo que nadie creería que eso fue una picada de algún insecto, así que su opción era utilizar una camiseta oscura que encontró en su maleta. No se atrevería a usar algo blanco para meterse al agua. Estaba bien, dándole el último trago a su cerveza cuando sintió un pie en su espalda, un empujón y su cuerpo golpeó el agua de una forma un poco dolorosa, maldijo al que la tiró y se pasó las manos por la cara mientras tosía agua e intentaba acomodar sus rizos para que despejaran su rostro.

Las risas de los demás era lo que más podía escuchar y al abrir los ojos se encontró con la sonrisa bergante de Brodie que daban ganas de golpearlo, joder.  Fallon decidió reír cuando vio a los demás hacerlo, pero le resultó preocupante el cómo Murphy cayó al agua de manera inesperada, incluso aunque haya sido su hermano para bromear estaba considerando que no sería algo que la chica vería como divertido. Por lo poco que podía conocer de ella estaba comenzando a pensar que se reiría solo para no asesinar a alguien, pero su molestia debía de ser enorme, ¿se consideraría eso como un toque físico no solicitado? Teniendo en cuenta que Murphy al parecer odiaba el contacto físico. Se dio cuenta cuando después de almorzar se estiró para ver uno de los anillos que la ojiazul tenía en su mano derecha hasta que la mano se apartó abruptamente antes de poderla tocar, frunció el ceño porque habían tenido sexo, eso era un toque inofensivo, pero suponía que, para Murphy, no era lo mismo.

"¿Qué mierda...?" escuchó decir a Murphy, salió de su ensoñación para ver sus cejas fruncidas y su frente arrugada, por un breve momento notó una behetría en su rostro y todos dejaron de reír. Murphy no estaba tan molesta como todos pensaban, solo le parece que fue algo estúpido de hacer conociéndola.

"Lo siento, Murph..." susurró Brodie al notar que su broma no tuvo el efecto deseado.

La ojiazul negó con la cabeza y dio unos pasos saliendo del pequeño ambiente que tenían a orillas del rio y se sacó la camiseta, tal vez en un arranque de irritabilidad olvidándose de las marcas en su abdomen que todo el mundo logró ver. Fallon no tuvo tiempo para sonrojarse por lo que eso podía implicar, su preocupación al ver el estado de la chica era mucho más alto que cualquier otro pensamiento que pudiera cruzar por su cabeza.

"No vuelvas a hacer eso", las palabras salieron duras y una vena se marcó en su cuello por la tensión que había en su cuerpo, le dio vuelta a la camiseta y la exprimió para intentar sacar el agua que la misma había absorbido por el impacto. Salió caminando de allí con dirección a la casa con pasos largos y furiosos.

Kelly golpeó la cabeza de su hijo, él se quejó y acarició la zona, "no sé en qué se supone que estabas pensando".

"Él no piensa", intentó bromear JJ con una sonrisa, pero nadie le vio la gracia. Kelly volteó a mirarlas con una sonrisa triste en su rostro.

"Disculpen por eso...MJ pasó por algunas cosas en su adolescencia que le han dejado marcas...se le hace un poco difícil ser ella" suspiró, "quiero decir, la de antes."

Mercedes apretó el brazo de Fallon (porque estaba sentada a su izquierda) y le hizo un gesto hacía la casa, la ojimiel abrió los ojos negando; no conocía a Murphy de una manera en la que pudiera ir hasta allí y preguntarle si estaba bien o si quería hablar sobre lo sucedido hace unos minutos, pero Mercedes asintió e insistió un poco para que se pusiera de pie. Frunció el ceño preguntándose por qué insistía tanto, como si supiera algo, pero no lo creía posible porque ella ni siquiera estaba en la casa hasta hace unas horas. Se puso de pie y murmuró algo sobre necesitar ir al baño y caminó un poco apresurado para hacerlo más notable, el teléfono en su mano vibró avisándole que Lucía llamaría en unos treinta minutos.