Capítulo ocho

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Le gustaría decir que la noche prometía ser divertida o que se estaba divirtiendo, pero la verdad era que no era cierto.

Por un lado, Eddie y Broddie discutieron por alguna banalidad (según lo que su madre le había dicho), y por el otro los padres de Mercedes estaban presentes por algún lugar del bar/restaurante, no era por decir que ellos no eran bienvenidos porque eso sería de muy mal gusto, pero tampoco le brindaban comodidad y confianza para soltarse un poco. Para sumarle a la situación, aunque esto sí lo veía como algo muy bueno y satisfactorio, Murphy se veía atractiva con el vestuario de esa noche, aunque era bastante simple, a ella le quedaba fascinante. Si fuera una chica que asistiera al gimnasio se le acercaría a hablar de eso y aprovecharía para acariciar sus brazos o apretar sus hombros con la esperanza de sentir los músculos. Fallon no se arrepentía para nada sobre los pensamientos que bailaban en su cabeza porque esa camisa manga corta de color azul, adornada por unas palmeras blancas estaban haciendo estragos en su cabeza, más las converse y el pantalón negro, no podía con tanto.

De todas formas, Franco y Mercedes se veían adorables. Aunque la vestimenta era más informal ellos solicitaron que usaran alguna prenda negra y eso casi hace que su cerebro explote porque no recordaba haber empacado algo negro (porque creía que todo sería colorido), pero la falda negra que encontró al final de su maleta le devolvió la respiración, a eso le agregó una blusa rosada que tenía unos botones, que decidió abrochar y unas zapatillas negras. Al menos no hacía frío, pensó. Volviendo a Franco y Mercedes: la parte de abajo de la vestimenta de ambos era completamente negra y la parte de arriba usaron un color diferente, pero ambos llevaban una camiseta, Franco tenía una cerveza en su mano izquierda mientras la derecha abrazaba la cintura de Mercedes, ocasionalmente se reían y cruzaban miradas que demoraban unos segundos extras y tal vez algún suspiro, algún beso en la mejilla del otro o una pequeña caricia. Eran adorables, tenía que admitir que se moría de amor cada vez que los veía.

Los demás hermanos estaban dando vueltas con un par de cervezas en la mano, Murphy hablaba con una chica que no dejaba de acariciar su brazo de manera ocasional (casi quería arrancarle la cabeza cuando lo hizo la primera vez), sus padres estaban hablando con su mamá sobre cosas que Franco hacía en su juventud y también opinaban varias veces sobre el lugar en el que estaban, era tranquilo, relajado y la música era en vivo, pero era algo lento también. Deseaba estar en algún tipo de discoteca con música retumbando de una manera que hiciera imposible hablar, mucho baile y muchos besos, pero tampoco se iba a quejar. Hizo una mueca pensando en que a Lucía le gustaría estar en un sitio como este. Decidió que lo mejor era conseguirse una cerveza.

Bueno, no era que quisiera ser una persona grosera (aunque naturalmente lo era), pero quería alejarse de la chica frente a ella e ir detrás de sus hermanos para jugar alguna estupidez y avivar la fiesta (que se supone también era una cena), porque estaba aburriéndose de una manera que era incapaz de soportar. Asintió cuando la chica acarició su brazo, otra vez, por milésima vez en menos de 30 minutos e intentó hacer una sonrisa, sus ojos desviándose con pereza hasta donde logró visualizar a Fallon por última vez, esa falda que tenía puesta estaba quitándole el aliento y si alguien le preguntaba estaba en disposición de admitirlo sin ningún tipo de problema porque Fallon se veía espectacular llegando al punto en el que casi todos los solteros del lugar eran incapaces de desviar la mirada de ella, los entendía.

"Pero bueno, me alegra estar aquí y ver que mis amigos unirán sus vidas para siempre", oyó vagamente desviando la mirada hacia los novios, sonrió al ver que se miraban por unos segundos extras antes de reírse y mirar a las personas que estaban frente a ellos.

"Son el uno para el otro", comentó mientras tomaba un trago de su cerveza, que resultó ser el último e hizo una mueca al notarlo, pero esto también le funcionaría como excusa. "Disculpa, pero iré a buscar otra, ya vuelvo", sonrió sin mostrar los dientes señalando la, ahora, botella vacía, Stacy asintió y hizo un ademán restándole importancia.

Boda ||CXCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora