En el jardín mágico...

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Era verano, y como todos los veranos, sabíamos que debíamos escondernos de aquellos seres gigantes y temibles, que venían a infectar nuestro hábitat. Ellos eran los humanos, en particular dos humanos que por años llevaban intentando exterminarnos ¡Pero por qué, si nosotros habíamos llegado primero!

 Ellos eran los humanos, en particular dos humanos que por años llevaban intentando exterminarnos ¡Pero por qué, si nosotros habíamos llegado primero!

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Me llamo Effy y vivo con mi pareja, Jo. Soy un hada del bosque y ella una pequeña duende.

Como era un día común y corriente, salimos a recorrer los alrededores, encontrándonos con la sorpresa de un nuevo habitante, este era peludo y su pelo era anaranjado, olfateaba todo de forma muy fuerte pero alegre y tenía una larga cola que movía ...

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Como era un día común y corriente, salimos a recorrer los alrededores, encontrándonos con la sorpresa de un nuevo habitante, este era peludo y su pelo era anaranjado, olfateaba todo de forma muy fuerte pero alegre y tenía una larga cola que movía de un lado a otro. Nos dimos cuenta que notó nuestra presencia, aun así, su alma desprendía pureza, por lo que no lo consideramos un peligro. Se recostó un poco más allá y cayó en un profundo sueño... junto a las demás hadas y duendes, inspeccionamos a ese nuevo ser, pero... ¡despertó! Dejo que lo revisáramos en una tranquilidad que solo un animal podría dar, una serenidad y calma que nos tranquilizó a todas y todos.

Anocheció, se le notaba intranquilo, Jo me mencionó que escuchó un silbido, que nos fuéramos de ahí ya que podía ser peligroso, sin embargo, no quise, no pude abandonar a este animal grande que estaba lleno de amor y alegría

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Anocheció, se le notaba intranquilo, Jo me mencionó que escuchó un silbido, que nos fuéramos de ahí ya que podía ser peligroso, sin embargo, no quise, no pude abandonar a este animal grande que estaba lleno de amor y alegría... no como sus dueños. En ese descuido, fuimos capturadas en frascos distintos ¡quede separada de Jo! gritamos e intentamos escapar mientras de fondo se escuchaban unos ladridos fuertes y tristes. A él también lo amarraron, y desde el estante donde nos dejaron, podía vigilarlo por un pequeño agujero que daba al patio.

 Nos encontrábamos en una agonía constante, angustia y temor, Jo se fue desvaneciendo poco a poco, hasta que su cuerpo dejó de tener su color habitual, el pequeño de afuera también fue lentamente volviéndose más delgado, hasta que un día, noté, qu...

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Nos encontrábamos en una agonía constante, angustia y temor, Jo se fue desvaneciendo poco a poco, hasta que su cuerpo dejó de tener su color habitual, el pequeño de afuera también fue lentamente volviéndose más delgado, hasta que un día, noté, que no respiraba... pude descansar. Me encontré con Jo en los siguientes minutos, quien me esperaba junto a Tommy; estuvieron hablando mientras me esperaban... así que así es el paraíso... interesante.

 interesante

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Hadas y duendes en las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora