Pasado 2 años antes
—Maldita sea Arturo —estallo lleno de rabia Aron. Después de ser testigo de como un sujeto quiso propasándose con su mujer en plena fiesta.
Ver esto lleno de furia Aron, por eso no dudo ni un segundo en proponerle varios golpes al sujeto que había coqueteado deliberadamente con su mujer.
Pero lo que más le llenaba de odio, es que el muy descarado había coqueteado con su rubia delante de él, como si él, no fuese nadie.
—Estás exagerando —hablo Arturo caliente. Se había tomado par de tragos, antes de que las cosas se salieran de control —. Emma es grande puede cuidarse sola, además, ese tipo estaba borracho —rodó los ojos su gemelo. Exasperado.
—Malnacido —Aron lo agarro de la solapa de la camisa —mi mujer es intocable —Aron entono los ojos lleno de furia.
—Suéltalo —ordeno su mujer detrás de él.
—Emma, no te metas en esto —respondió su esposo, sin soltar a su hermano. El cual tenía deseos de querer matarlo.
—Haz lo que te dice hombre —dijo burlón.
—Te voy a matar infeliz —Aron cada vez más, estaba que se lo llevaba el mismo diablo de la ira. Desde un principio se había negado a asistir a esta fiesta, pero su mujer lo había convencido.
—Te he dicho que lo sueltes —volvió a ordenar su mujer, pero ahora cruzada de brazos —. ¿O prefieres que yo misma lo haga? —lo retó.
Aron soltó con brusquedad a su hermano menor, pero no sin antes dale un puñetazo en el rostro.
—Aron —lo regañó su esposa, corriendo hacia su cuñado.
—Se lo merece —grito eufórico el rubio —si él no te hubiera convencido de que me convencieras de venir a esta maldita fiesta, nada de esto hubiera. Pero tú siempre quieres complacerlo en todo. Y aquí estamos en esta bendita fiesta que no quería venir. Y que tengo que calarme que esos imbéciles intenté tocar lo que es mío —declaro colérico.
—Eso no es cierto —lo enfrento su esposa molesta —. Arturo no tiene la culpa de nada. Yo quería venir a la fiesta.
—No lo sigas ofendiendo y recoger tus cosas que nos vamos — sentencio —y tú también —señalo a su hermano menor —. No te voy a dejar aquí con estos buitres, que cuando viene a ver hasta usan sustancias ilícitas —le comunico a su hermano.
...
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presente
Arturo aquella noche regreso a su departamento con una sonrisa en los labios. Sonrisa que se borró cuando abrió una correspondencia que le había llegado y el cual lo llevó hacia el pasado. Pasado que lo atormento inmediatamente porque era como si el tiempo nunca hubiera pasado y su hermano y cuñada estuvieran ahí, con él, culpándolo por haberlos matado.Logrando así, no poder dormir en lo que quedo de la noche, pensado en el final que tuvieron su cuñada y su hermano por su culpa. No se lo perdonaría nunca. Y por ello, en aquel momento, Arturo se estaba cuestionado si casarse con Rosa o no.
Él no quería hacerle daño. Ella merecía a un hombre completo que la amara. No a una piltrafa humana, a una basura como él, sin futuro ni presente, que lo único que lograría es hacerla infeliz al no darle lo que ella realmente quería de él. Aún no se lo digiere.
Pero demonio, la deseaba con todas sus fuerzas y aunque sabía, que era egoísta de su parte querer obtener su cuerpo a como de lugar. No lo podía evitar. Porque, aunque sabía que ella lo amaba, y que él no podría brindarle lo mismo. Porque ya estaba muerto por dentro. Deseaba estar con ella. Deseaba hacerla suya. Rosa lo había seducido. Su forma de desafiarlo. De seducirlo lo tenía loco. Rosa era la única persona que lo hacía sentir bien en todo los sentidos y con quien podía olvidar su pasado. Pero el que le envió la nota tenía entre sus manos tenía razón. Él no tenía derecho de arruinarle la vida.
Arturo se repitió una y otra vez, mientras su nuevo chofer conducía hacia el lugar donde se celebraría la boda. Que por cierto era en la playa; Arturo no podía dejar de pensar que Rosa se merecía un hombre completo y no un hombre atormentado incapaz de sentir o merecer amor, como él.
¿Dios, que iba a hacer?
Él no podría condenarla a estar con él, Rosa es mujer maravillosa, que se merece toda la felicidad del mundo.
El rubio, otra vez tomo el papel y comenzó a leer.
Felicidades, señor Arturo Torres, por su matrimonio. La verdad que tengo que reconocer que tiene agallas. Porque yo sabiendo el monstruo que es, mañana se casa, para arruinarle la vida a otro inocente como hizo con la pobre pareja, que para rematar era su hermano y cuñada; en donde dejo a una pobre niña sin padres, que hasta el día de hoy sufre por su ausencia. Pero al parecer no aprende o es que no tiene conciencia ni remordimiento.
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Rosa ve veía hermosa con su vestido de novia, el cual no era un vestido largo, sino uno que llegaba a las rodillas. Su cabello estaba trenzado en una hermosa trenza que tenía varios mechones sueltos y varias diademas como adorno para su cabello rubio que en ese momento se veía divino.
En ese momento se encontraba su madre y su hermana a su lado, su madre había comenzado a decirle lo que pasaría en la noche de bodas, mientras Rosa y Amanda querían estallar de la risa, ya que su hermana ya se había encargado de eso, y muy bien por cierto, pero no podía decirle, porque la misma quedaría horrorizada al saberlo que sus dos hijas ya no eran tan inocentes como ella creía.
—Ya madre, ya ella entendió. No la sigas abrumando con esa cosas —dijo exagerada Amanda, cuando su madre comenzó con los tabús como, que tenía que dejar que hombre hiciera sus necesidades sin moverse. Que dolería un poquito la primera vez, en fin, esas y tanta cosas más que a Amanda le dio flojera.
Amada se sintió colérica por la actitud de Amanda, pero la dejo tranquila. Rosa solo pensaba que los consejos de su hermana le llamaban más la atención que los que su madre le había recomendado, pero no dijo nada.
Momentos después entraron todas sus nuevas amigas a terminar de arreglar a la novia.
—De verdad que ese color pastel te quedo hermoso, Amanda —dijo Melody burlona.
—Ja, ja, no me digas —la fulmino la rubia, ya que por culpa de su madre, tuvo que ponerse ese horrible vestido, que más que una dama de honor parecía una monja, más cubierta que la novia.
—¿Arturo ya llego? —pregunto de repente Rosa sintiendo un mal presentimiento.
—Si, él ya acaba de llagar. En este momento está con el abuelo —declaro Mari. Ella tenía la impresión que el abuelo tenía que ver en todo esto. Una vez le había dejado dicho que ya tenía a alguien para Arturo, pero ella nunca ha querido preguntarle a Rosa, puesto que no quería incomodarla, con suposiciones. Sin embargo, ahora que veía su nerviosismo, le rogaba a dios que no fuera así. Ella conocía a Arturo, él y su esposo se parecían mucho más de lo que ellos querían admitir. No obstante, Arturo es rencoroso, él es más complicado, ya que él no toleraba la traición ni las mentiras y si el abuelo tiene que ver con Rosa de alguna forma, la rubia lo pasaría muy mal.
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Seduciendo a mi jefe
RomanceRosalía Coronel tenía una misión "seducir a Arturo, rescatarlo de sí mismo. Antes de que cometiera una locura" solo que no espero que las cosas se salieran de control. Arturo quiere vengarse de Rosalía por haber preferido a su hermano gemelo, cuand...