Nunca mío⌠TanjiSen⌡

Prólogo:

Sus grandes ojos dorados como el sol miraban asombrados y asustados al hombre que se suponía seria su compañero el resto de su vida.

Su aroma era cautivador como salvaje, terroso, húmedo, poderoso y bravío, sensual y atrayente, casi se le hizo agua la boca.

Su aroma era de un reptil, un ¿Dragon?

Los dragones eran orgullosos, valerosos, valientes, buenos guerreros y leales con los suyos, pero nunca a otras razas de shifter.

El cómo shifter lobo omega, debía encontrar un compañero fuerte, para protegerlo, él era débil, un ser al que debían proteger y adorar, con el poder de traer cachorros sanos y fuertes al mundo.

A su parecer era un montón de mierda, todos eran hombres sin cerebro, cuando dijeron que era débiles, quisiera ver que aun su más fiero guerrero parir un bebé, ahí verían lo querer amar a Dios en tierra ajena.

Su corazón acelerado, sus latidos en sus oídos por la emoción que comenzaba a crecer en su interior, con el gran impulso de correr a los brazos de su compañero para que lo besara, lo abrazara y lo jodiera.

Un omega no podía procrear hasta que su verdadero compañero lo reclama o que el mismo quisiera de verdad formar una familia con ese lobo o la especie a quien quisieran.

Pero los dragones jamás se mezclaban con otros tipos de cambia formas, era su ley, su tradición, su lema, así se aseguraban que su sangre siguiera pura y fuerte.

Pero era su compañero del que hablaban, nunca lo dejaría, solo hay un compañero para cada uno de los cambia formas, su otra mitad, su complemento, su unidad, su todo.

Su compañero era precioso, bueno precioso no era la palabra correcta, era más viril, poderoso, vigoroso y caliente como el infierno.

Su cabello pelirrojo, sus anchos hombros, gran altura, cintura estrecha, nariz romana, mentón cuadrado, facciones no duras, pero si marcadas, era todo un adonis.

Y sus ojos rojos, brillantes y llenos en sorpresa como los propios, lo único que podía significar esos ojos rojos era que era un alfa, un poderoso alfa.

Rengoku Senjuro dio un paso tentativo hacia delante, su cuerpo vibrando en anticipación, cada fibra de su cuerpo llamado por su pareja, con su sorpresa inicial superada, el terror delegado aun lado, ahora con la alegría que lo embargaba lo único que quería era correr hacia su compañero, ser abrazado fuertemente y besado con pasión.

Pero cuando el dragón negó más que aterrado, Senjuro frunció el ceño extrañado, encontrar a tu compañero debía ser momento de celebración, no de miedo, pero cuando vio al pequeño niño correr hacia los brazos de un padre, supo que todo estaría mal y cuando oyó el suave y singular —Papi — Senjuro casi se desmorono.

Miro hacia los dedos que apretaban protectoramente la cintura del niño contra su pecho y ahí estaba la alianza de matrimonio que tanto terror le había producido pensar y para acabarlo de romper, una bella mujer de ojos purpura abrazo a su compañero.

Su pareja estaba casada y tenía un hermoso hijo, el ya no tenía cavidad ahí, estaba siendo rechazado.

Con lágrimas contenidas en sus hermoso ojos ámbar, Senjuro no pudo evitar amortiguar un sollozo en su mano, antes de que derramaran una sola lagrima delante de su no compañero, ahora.

— Senjuro que te parece si... — su hermano, como siempre llegando en una situación oportuna.

Senjuro no pudo evitar el impulso de refugiarse en los brazos de su hermano, pegándose a su pecho de forma dramática y dolorosa, dejándose llevar, derramando las lágrimas que ya no podía contener más.

Kyojuro lo miro más que sorprendido, pero se aferró a su hermano tembloso, ambos escucharon el gruñido de posesividad y Kyojuro comprendió de inmediato.

Senjuro se tensó ante la agresión, no eran nada, nunca serian nada ¿Por qué la posesividad?

— Sácame de aquí — murmuro Senjuro entre mocos y lágrimas.

Kyojuro asintió con convicción, era un hombre con una misión, aun protegiendo a Senjuro contra su pecho, no pudo evitar fulminar con la mirada al otro hombre, ese hombre, ese maldito lagarto, había herido a su hermanito, no merecía perdón y comenzó a caminar tan rápido como pudo y cuando se le hizo difícil tratar de escapar, Kyojuro tomo a su hermano por la cintura y lo cargo instándolo a que rodeara su cintura, cuando sintió las piernas de Senjuro seguras comenzó a caminar de nuevo.

— Espera — el llamado desesperado del otro alfa lo tenía sin cuidado, lo único que quería era poner a Senjuro en un lugar seguro.

Los gritos de la mujer llamando a su compañero, "Tanjiro, Tanjiro a dónde vas ¡Tanjiro!" lo tenía molesto, irritado y a punto de estallar.

Pero le fue imposible cuando sintió el fuerte jalón en su hombro, obligándolo a retroceder unos pasos y a encarar al otro alfa.

— Es mi compañero el que cargas — su voz sonaba tan cerca de su animal, sus ojos rojos llenos de ira y posesividad.

Kyojuro estaba a punto de responderle al otro alfa, sus colmillos descendiendo afilados y mortales a punto de dar un mordisco fatal, pero era pelea de Senjuro no suya y se sintió orgulloso cuando Senjuro puso en su lugar al otro alfa.

— No, no soy nada tuyo, tu hiciste tu elección y tu elección fue otra persona, una hermosa mujer es tu compañera, ahora no venga a querer reclamarme, ni querer algo de mí, tienes un hermoso hijo y una hermosa esposa, ve con ellos, se feliz que yo voy a tratar de serlo — y con esas palabras dolorosas dio por zanjada la discusión, miro desafiante al alfa, que pretendía replicar, quedándose con la boca abierta ante la mirada fiera del pequeño lobo.

— El reclamo de un dragón para su compañero es absoluto — Tanjiro como escucho que se llamaba dio un paso hacia delante desafiando a Kyojuro.

— Con una mierda si lo es, no soy un dragón, gracias a Dios por eso y no voy a vivir sin amor y sin un compañero solo porque el mío no supo esperarme y escogió a otra persona — y con eso Senjuro dio su señal a su hermano para salir de escena.

Senjuro miro a Tanjiro volver con su bonita y perfecta familia antes de esconder su rostro lloroso en el cuello de su hermano y respirar su aroma tan familiar y tranquilizador.