Senjuro, Tanjiro, Senjuro 06:

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Para cuando Senjuro abrió los ojos y parpadeo, viéndose en una habitación de algún hospital, conectado a máquinas para sobrevivir, supo que había fallado, hasta para morir era un inepto de mierda.

Pero cuando escucho la puerta abrirse y pasos apresurados, caminando hacia su camilla y lo primero que deslumbro fueron los ojos llorosos de su padre y la sonrisa de felicidad y alegría de su hermano supo que había tomado la decisión equivocada.

El gran abrazo de parte de su padre, lo apretó tan fuerte que no pudo respirar por los momentos en que duro, que le siguió no lo hizo sentir mejor.

— No, nos vuelvas a asustar así, hijo — murmuro su padre besando su mejilla.

— Si Senjuro aun tienes muchas cosas que hacer, como criar a un par de mocosos revoltosos — Sejuro miro a su hermano con los ojos entornados completamente confundido ¿Mocosos revoltosos? ¿A qué se refería? Apuradamente fue consciente del abrazo fuerte apretado que le dio su hermano.

Aun mirándolo con incertidumbre, Kyojuro rodo los ojos en blanco y se separó de un muy aturdido Senjuro.

— Si Senjuro, estas embarazado de ese idiota — Senjuro no pudo sofocar la risa de alegría que broto de su garganta, observando su aun plano vientre, ahí estaban sus cachorros, lo unico que tendría de su compañero, le había entregado el regalo más hermoso, antes de partir.

Con manos temblosas acaricio su vientre, dejando que las lágrimas brotaran sin parar, había atentado en contra de la vida de sus cachorros, estúpido, estúpido, estúpido y todo había sido por esa mujer que lo enveneno en contra de Tanjiro, la furia comenzó a hervir en su pecho.

No duro mucho, el alboroto a las afueras de su habitación era lo suficiente escandalosa como para llamar la atención de todos en la clínica cambia formas.

Entonces lo escucho llamarlo — ¡Senjuro! — su corazón comenzó a palpitar dolorosamente en su pecho y su estúpida esperanza comenzó a crecer.

Senjuro observo con una súplica silenciosa a su hermano, Kyojuro tenía una expresión indescifrable y supo que Tanjiro había estado ahí para salvarlo y había estado aquí, todo el tiempo, velando por su salud ¿No se merecía una oportunidad de dejarse explicar? Quizás ya estaba más allá de la salvación, pero amaba a su compañero y sabía mejor que nadie que le daría las oportunidades que requiriera para ganarse su corazón.

— ¿Quieres verlo? — pregunto con dulzura su padre mientras acariciaba su cabello.

Senjuro dudo por un instante, en esos instantes pensó en muchas cosas, Tanjiro sería el padre de sus cachorros, si no fuera por él no tendría estas dos pequeñas bendiciones, era su compañero, les gustara o no lo eran y siempre lo serian así que apretó sus puños con coraje, no era un maldito cobarde, su intento de suicidio solo había sido un desliz, un fuerte estúpido desliz, impulsado por una mujer celosa y egoísta, pero era un Rengoku siempre seria fuerte, siempre valiente, asintió con fuerza.

Kyojuro suspiro y asintió, caminando hacia la puerta, hablando con los ejecutores de la manada, se imaginaba Senjuro que eran ellos, ¿Quién más cuidaba a la manada?

Tanjiro entro sofocado, respirando irregularmente, comprimiendo su pecho dolorosamente, había sido producto de la pelea por entrar, sus hermosos ojos rubí lo buscaron con desesperación y observo el alivio en esos mismos ojos al observarlo.

— Senjuro yo... no sé por dónde empezar — murmuro con tristeza el dragón caminando hacia la camilla del pequeño lobo.

Pero fue detenido por un fuerte agarre.

— Hasta ahí — murmuro con furia Kyojiro.

Tanjiro observo la mano en su hombro para después deslizar su mirada triste a Senjuro, el pequeño lobo trago.

Nunca mío⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora