Tanjiro, Senjuro, Tanjiro 02:

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Tanjiro odiaba visitar a su padre y mucho más cuando era confinado a su oscura y fría oficina como el corazón de su padre, Tannjuro Kamado era un dragón y hombre sin escrúpulos y piedad que gobernaba a su clan con puño de hierro, con su padre no se podía mostrar debilidad y si cometías el error de mostrárselo, lo explotaría en tu contra y te haría sufrir por ello.

Él debía saberlo todo, de todos, le gustaba tener estricto control sobre todos los miembros de su clan, y si cometías el error de no contarle o decirle algo importante o insignificante que alterara tu vida, lo pagabas con puño de hierro.

No tenían vidas, sus vidas le pertenecían al gran Dragon y eran suyas para hacer de ellas lo que él quisiera con ellas, era lo que había pasado con Tanjiro, lo condeno a un matrimonio que no quería con Kanao, obligándolo a tener un heredero poco tiempo después, fue una buena invención para su empresa, según supo, vendido por el imperio y más poder para su padre.

Odiaba aún más, mucho más, estar sentado delante del elegante escritorio de su padre siendo completamente ignorado por el mismo, mientras leía y firmaba papeles, siendo que él era el que deseaba saber todo de la vida de todos.

Si cometía el error de no decirle sobre Senjuro, el pobre lobo pagaría las consecuencias, acabando muerto o en banca rota, aun así, había la gran posibilidad que acabara de las dos formas si amenazaba lo que había construido.

Tanjiro comenzaba a impacientarse, tenía mejores cosas que hacer que estar aquí sentado perdiendo el tiempo, se removió inquieto sobre la madera, siempre habían sido incomodas las sillas de la oficina de su padre, de madera sólida, duras y gélidas y todos creían que fueron hechas, así como un castigo por estar en la presencia del gran dragón.

— ¿Qué es lo que quieres Tanjiro? — dijo Tanjuro con cierto fastidio y frialdad en su tono, aun sin despegar los ojos de los papeles que leía y firmaba.

— Necesito reportar algo señor — su padre le gustaba que se refirieran a él, con nada más que respeto, que, según el merecía, maldito bastardo.

Otro incomodo silencio se prolongó por un largo momento, Tanjuro nunca dejo de hacer lo que hacía y su ceño se frunció cuando Tanjiro no dijo ni una sola palabra, le gustaba incomodarlo como la mierda, no era muy seguido, sin embargo.

— Habla muchacho — exigió con amargura.

Tanjiro medio sonrió, sin embargo, no lo reflejo en su rostro estoico.

— Encontré a mi compañero — su corazón comenzó a trotar desenfrenado, pero su padre aún no se movió.

— ¿Y? — pregunto con frialdad tan gélida que podía sentirla hasta los huesos, aun con su corazón desbocado ¿Por qué sentía un hueco en su estómago cada vez que pensaba en su padre haciéndole daño a Senjuro? Pero aún seguía sin moverse.

— Es un hombre, un hombre omega lobo — la pluma en la mano de su padre tartamudeo, pero siguió escribiendo.

— ¿Y? — Dios como lo odiaba.

— No puedo dejar de pensar en él, tanto que hasta he tenido problemas para complacer a Kanao, se metió debajo de mi piel, es mi compañero — hasta ahora comprendía lo que era tener un compañero, era su todo.

Estaba tan metido en el recuerdo de los momentos en que conoció a Senjuro que no vio venir el fuerte agarre en las solapas de su impecable camisa, obligándolo a darle la cara a su padre, dejando la silla atrás, tirada en el suelo, olvidada y confinada, su mirada rojiza miro con desafiante al otro hombre, nadie podía mirar de frente a Tanjuro Kamado sin pagar un precio y el precio que pago un fuerte golpe en la mejilla, tan fuerte que el impulso lo tiro al suelo.

Nunca mío⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora