La chica que pertenecía al fuego.

~Capitulo 13: Pasados judiciales.~

Narra Jhon:

~Flashback~

Ya al salir del instituto me dirijo a casa observando las hojas caer por la llegada del otoño. Mi casa no era muy lejos del instituto por lo tanto no tardaría mucho, mientras camino en mi cabeza retumban las sirenas y el recuerdo desastroso de la muerte de mi madre y hermana. Sin darme cuenta ya había llegado a casa y me dispongo a abrir la puerta, pero en esta no entra la llave porque al parecer no es de esta.
Toco la puerta y de esta sale una mujer joven y detrás de esta mi padre se hace presente.
-Hola cariño. - habla y sonríe, su voz es chillona; me adentro a la casa y está todo cambiado, las fotos familiares fueron cambiadas por fotos de ellos y por mías en las que estoy solo.
- ¿Dónde están las fotos? - pregunto con lágrimas y mi voz quebrada.
-No llores, pareces niña.
-¡¿ DONDE ESTAN LAS MALDITAS FOTOS!?- grito y lo empujo, la mujer solo observa la situación.
- Las quemé, las hice trizas llorón marica. - dice tranquilo.
Ese era mi pasado judicial...ese que me podía hundir con solo recordar.

~Fin de Flashback~

Paso al lado de la mesa de mi padre y la desagradable mujer; el lugar era bastante grande pero al ser fin de semana casi todas las mesas estaban ocupadas. Encuentro una mesa y Gaby solo mira el lugar, si no fuese por la presencia de mi padre diría que es magnífico el lugar, tiene un aire campestre y lo hace único a diferencia de la mayoría de pizzerías que tienen letreros de luces y solo una decoración simple. Esta tenia cuadros de personas haciendo pizzas, propuestas de matrimonios, fotos de los antiguos dueños, sus diplomas y premios, uno de ellos era por la pizza más grande de toda Inglaterra.

-Buena noche, bienvenidos a DiNapoly ¿Qué desean ordenar?
Gaby me observa- No hemos decidido aún, pero en un momento, gracias- dice mirándome y solo me extiende la carta, el camarero se va a otra mesa. - ¿soy yo o algo te afectó al entrar.?
-No, estoy bien. - mentí, como me es costumbre ahora. Ella solo calla y observa su copa con agua. - ¿estás pensando? No lo hagas, no es nada, enserio.
-Hijo mío ¿cómo estás? - llega Alfredh a mi lado con la mujer.
-No quiero pasar un mal rato, por favor retírate de mi mesa. - hablo con tono neutral y Gaby solo observa a mi padre con una mirada que, si mataran, mi padre ya estaría unos cinco metros bajo tierra.

-¿Puedo sentarme?- dice mi padre dirigiéndose a Gaby.
-Lo lamento, pero no decido sola, mi acompañante al perecer esta disgustado con su presencia.
-Pero tú no... ¿o sí? - el desafío en los ojos de mi padre y el inexpresivo semblante de Gaby me tienen nervioso. - Estoy seguro que tienes intriga.
-Debo admitirlo, pero la intriga es un impulso humano y no es que me deje llevar mucho por estos. - mi padre decide tomar asiento y me mira.
-¿Qué tal el trabajo hijo? ¿Cómo va todo, has atrapado más criminales? - me mira y yo estoy más que nervioso por lo que acaba de decir, literalmente puede arruinar mi trabajo.
-¿Qué tal tu vida de casado?- le replico y Ada me mira tranquila pero Gaby tiene una mirada matadora que dudo que vaya a cambiar.
-¿Señorita...?
-Gabriela Roosevet.
-¿puedo decirle Gaby?
-No, solo Roosevet.
-¿Eres la hija de Roberth Roosevet?-habla Ada sorprendida.
-Si.
-¿Ustedes son pareja?- señala Ada a Gaby y luego me señala.
-¿No lo son verdad?- dice mi padre con un tono de burla.
-¿Por qué no lo son? Son el uno para el otro- dice Ada.
-Somos pareja.-habla Gaby y me sonríe radiantemente, lo que hace que sonría.
-¿Se casarán?- dice Ada emocionada.
-Ella no cree en el amor.- dice mi padre.
-Cada quien elige en que creer.
- Si no me equivoco, no buscas a alguien perfecto. Un amor así es un infierno.- mi padre le observa molesto. A lo que Gaby solo se pone de pie y se va sin despedirse, yo trato de entender pero luego la sigo. La veo intentando abrir el auto molesta, quito los seguros de las puertas y está entra; troto hasta el carro y subo.

-Gaby lo siento por todo eso.-le hablo sin mirarla, no quiero verla llorar...me va doler pensar que en algún momento ella tendrá que saber todo.
-Cada quien elige su propio infierno...-susurra mientras solo observa sus manos.
-¿A qué te refieres con ello?
-Todos somos la víctima de nuestro propio infierno; pues este te hará suplicar, gritar, arrastrarte y te volverá lentamente loco. Suelen llamarlo amor y yo decide enamorarme de ti...
-Estas loca ¿Lo sabes?-digo sonriendo.
-Puedo estar malditamente loca, fuera de mis cabales pero por ti estaría cuerda.-sonríe entre lágrimas y decido besarla, me inclino hacia ella mientras está me observa y la beso con suavidad; nuestros labios estaban en una pequeña lucha. Odiaba y amaba el instante en que nos besábamos, era un punto de caer rendido a sus pies de tal manera que era una gran debilidad. En ese momento me di cuenta que estaba cayendo en el fuego de esta chica, me estaba enamorando.
-El diablo puede apoderarse de los cielos y puede estar ardiendo el mundo, pero si te tengo a ti...estoy seguro que no me importará nada más que estar a tu lado.- susurro con una respiración agitada, Gaby sonríe.
-oh shit...-susurra.
-¿Qué sucede?
-Billie me va a matar, no le he dicho que fui rescatada por Superman.
-Oh, yo le dije que iba a tratar de rescatarte y prefiero ser Hércules y tú Megara.
-¿Si sabes que la versión original de la historia ella muere en manos de Hércules?
-Si pero prefiero la versión Disney.-le digo sonriendo y ella me devuelve la sonrisa.
-No te puedo mentir, quiero pizza pero hay más pizzerías y podemos pedir a domicilio.-dice mientras toca su abdomen.
-Creo que puedo hacer pizza si tenemos los suficientes ingredientes.
-¿¡En serio!? Yo quiero y necesito probar tus pizzas. Ya pon en marcha el auto quiero de esa pizza.
Le obedezco y pongo en marcha el auto a un market que no estaba tan lejos, bajamos y ella va brincando de alegría como si una niña de 5 años se tratase; entramos y está solo me espera.

-¿Qué debemos comprar?
-Debemos comprar harinas de trigo, huevos, levaduras y polvos de hornear, quesos, peperonni, beicon, jamón y si quieres algunos vegetales, pueden ser pimiento, (otro nombre del brócoli).
-Tu compra todo eso y yo solo me voy a la sección de golosinas y yogures te espero en la caja. - dice con una risita nerviosa.
-De acuerdo, pero si sucede algo solo grita 0823 ¿Ok?
-¿Por qué 0823?- pregunta con duda en su mirar.
-Es tu cumpleaños y el mío, es como una nueva clave para ambos si estamos en problemas, si lo digo al revés solo debes irte ¿De acuerdo?
-Ok... -ella toma rumbo y yo empiezo a llenar el carrito con las cosas necesitadas rápido por miedo a que la vuelvan a secuestrar.

Narra Gaby.

Jhon es muy extraño pero me agrada que tengamos un código por si alguno está en problemas, lo único es que si llegase a decir al revés nuestros cumpleaños, soy consiente que no me iré; no lo dejaré si corre peligro, el no lo hizo yo mucho menos.
-Disculpa ¿Te conozco?- alguien habla sacandome de mis pensamientos.
-¿Ah?- le observo y siento que le conozco pero no lo sé...- Talvez.
-Es que te me resultas conocida...-habla con confusión.
-También te me haces conocido, talvez sea un deja vú.
-Bueno, talvez lo sea pero ¿Qué tal si nos presentamos? Creo que ayudaría.
-Mmm...vale. Soy Gabriela Roosevet, es un gusto...- espero me diga su nombre pero nos interrumpen.
-Gaby.- habla Jhon con un tono neutro.
-¿Si?
-Adiós, un gusto Gaby hablaremos otro día si el destino lo desea así.- habla el chico besando mi mano y se va.
-¿Quién era él? - habla con un tono celoso.
-Ni siquiera alcanzó a decirme, me dijo que le parecía conocida y el también me lo parecía; talvez era un deja vú pero no lo sé,no me daba mucho esa aura.
-No te quiero cerca de gente que no conozcas y crees que lo haces, es un peligro.
-¿Me estás prohibiendo hacer algo?- enarco una ceja mientras le observo y hecho las pocas cosas que tomé.
- Talvez.- sigue el mismo tono y queda en cuclillas porque el es más alto acercándose a mis labios. Lo ignoro y tomo más golosinas echándolas en el carrito, vamos a la caja pagamos y guardamos las cosas en el carro.
Pasa la noche mientras yo solo estoy en mi habitación y Jhon en la suya, lo que era algo muy tranquilo pasó a ser una discusión.