Narrado por Angelyn:
Me siento acosada y no es por los osos...voy a la ventana y ahí vi algo...o mejor dicho alguien escalofriante.
Había un montón de aves muertas en el balcón formando la palabra: MORIRÁS. Del otro lado en la casa vecina estaba un hombre completamente tapado pero sus ojos y boca eran visibles en esta había una sonrisa de un completo psicópata y en sus manos había un cuchillo; no sabía cómo accionar, no sabía si gritar, si llorar o si dejar que mi cuerpo desvaneciera de nuevo por el horror que sentía. El extraño psicópata lanzo el cuchillo y detrás de mi estaba estupefacta Anna la cual corrió con la mala suerte de que cayera en su pie el cuchillo que aquel hombre había lanzado con suficiente fuerza para recorrer la distancia y herir; de tanto shock del que en mi mucama hubiera un cuchillo mientras su pie sangraba y que ya el hombre agresor no estaba, en ese momento accione. Empecé a llamar a la policía junto con una ambulancia, llame a Willy del nerviosismo y no soportaba esta tensión quería soltar todos los sentimientos que abordaban dentro de mí, pero no podía ni si quiera podía conducir. Después de unos minutos ya estaba la policía, los médicos, mi padre y Willy. Los policías hacían preguntas, pero yo no sabía que responder, no sabía qué hacer, mi padre se encargaba de Anna y Willy estaba a mi lado con un semblante nervioso.
-Will... ¿qué sucede? -le pregunto con cierto desconcierto.
-¿Ha? Nada solo que me preocupa tu seguridad no creo sea buena idea sigas viviendo aquí. -dijo con una voz ronca.
-No tengo de otra.
-Canela de mis ojos- dice mi padre y le abrazo al ver su preocupación la cual se reflejaba en sus ojos. Mi padre siempre fue muy sincero, pero con ello le acompañaba la ternura no sabías si llorar por la verdad o apapacharlo por decírtela.
-Padre estaré bien, no estaré más aquí ya tengo cosas empacadas aunque eran para salir de viaje no es bueno en estas circunstancias además de que el descanso universitario ya acabo; puedo irme a casa de Will temporalmente en caso de temer iré a casa contigo ¿vale?.- le dije sin titubeos pero era mi padre y sabia mejor que nadie que no estaba bien, que tenía miedos y que este me llevaría a querer desatarlo y dejarlo ir, con ello podría llevarme mil vidas pero no era mi caso, no era una asesina en serie. El solo me miro con cierta inseguridad, no sé porque, pero mi padre siempre desconfió de Will no obstante cuando Emily falleció casi todo cambio. Emily era y siempre será la mejor amiga que llegamos tener Willy y yo; para mí era mi mejor amiga y hermana, aunque no fuese de sangre nuestro vinculo era bastante fuerte, pero para Will aparte de ser su mejor amiga era su hermana con quien compartió un mismo vientre, si hubiese llegado minutos antes de que el incendio fuese más grande talvez ahora estuviese conmigo llorando por el susto del asesino, pero estuviese a mi lado.
-Gaby ¿estás bien? Estas pálida. -dijo Will.
-Sí, ya quiero irme de aquí. - No estaba bien, cada que me sentía agobiada por muchos sentimientos o aun si fuese uno, mi corazón empezaba a acelerarse tanto que hacía que mi pecho doliera y eso no iba a ser algo bueno si llegase a peores estas situaciones de probable acoso e intento de homicidio que si se llegase a atrapar al culpable llevaría unos treinta a sesenta años por el intento de homicidio y por acoso si se induce a sexual serian de uno a cinco años.
-Está bien pequeña-dijo con ternura mi padre-Will, cuida de ella por favor. -esta última sonó con tanta autoridad que no parecía que pedía algún favor si no que dictaba una orden.
-Claro que sí señor Ros, saludos a su esposa. -dijo Will y tomo mis cosas salió casi corriendo y guardo mis cosas en su auto y volvió a mi lado, mi mente me decía que me faltaba o que debía llevar algo mas y allí supe que cuando mi vista se posó en mi cama; era un oso de felpa de tantos era el más bonito y el más grande.
ESTÁS LEYENDO
La chica que pertenecía al fuego.
Mistério / SuspenseDurante la infancia de Gabriela todo era perfecto, hasta que empezó todo a dejar de ser una vida calmada a una vida de desorden mental. La mente de las personas es afectada por cada cambio y la mente de Gabriela ya estaba llena de caos, cansancio, d...