Capitulo 30

22 1 0
                                    

Maraton 5/5

NOTA: Leer con la cancion del video Don´t Let Me Go-Harry Styles

Lamento mucho lo de Zayn Malik como Rusher apoyo a todas las Diectioners

-No me dejes. No me dijes nunca –lloré silenciosamente en su hombro desnudo 
-No quiero dejarte. 

Sabíamos que ese momento no duraría para siempre y en algún momento tendría que regresar a la realidad. A la fría y oscura realidad. 

-¿Dónde has estado Rose? Nos preocupaste
-No es nada, solo fue una fiesta y se alargó un poco más. Perdónenme ¿Si? 
-James, es la última vez que nos haces esto. No solo estábamos preocupados por Rose, sino por ti también. Que sea la última vez -dijo mi mamá con su tono atolondrado.
-Lo prometo. –dije con una mirada que la convencería de lo que decía. 

Sábado y era un día aburrido. Teóricamente la familia Olson nunca hacía algo los fines de semana, a menos a que la invitaran a algún evento en especial. 

-Marie. ¿Dónde esta tu mamá Rose? –preguntó mi papá desesperado 
-En la cocina con mi tía. ¿Por qué? 
-¿Y tu primo y tu tío? 
-En la cochera reparando la… algo –dije de improvisto al ver que no recordaba que estaban reparando. 
-Llámalos
Fui por mi tío y por mi primo y nos reunió en la cocina mi papá 
-¿Sucede algo malo? –decidió preguntar mi tío 
-Familia… Agarren sus maletas. Nos iremos dos días a la hermosa playa de Carolina del Norte “La costa de cristal” 
-Genial –dije sin entusiasmo –No quiero ser aguafiestas pero… no tengo ánimos 
-Anda. Te sentará mejor estar relajada –me ánimo mi primo 
-Solo dos días –condicione 

Agarre una mochila, la que usaba para guardar el uniforme de porristas, cuando aún podía hacer un poco de ejercicio, y metí en él solo unas bermudas y una playera de tirantes… No me metería a la alberca y menos al mar.
A mitad del camino me llamó James. Él y su familia también irían con nosotros a la playa de Carolina del Norte. 

-¿Qué pasa? Te noto algo decaída 
-Lo mismo de siempre James –me senté en la arena y agarre una rama vieja que se encontraba por ahí y empecé a garabatear con ella. –Me teme dormir, porque pienso que no despertaré al día siguiente. Me aterra no despertar nunca de mis sueños. 
-Ya no quiero que pienses en eso, Rose. Me pones triste con estas charlas; porque no sabes lo que yo sentiré cuando te marches –Le escuché apenas porque sus palabras salían con dificultad. 

Seguimos caminando por la playa y de vez en cuando nos deteníamos para ver a Alexander surfear. Algo que no sabía de mi primo era que amaba surfear y era bueno en las cosas que le apasionaban…, excepto en sus noviazgos, en ellos es terrible. 

-¿Sientes esto hija? –Preguntó mi mamá mientras nos asoleábamos en las sillas de playas -¿Sientes la vitamina D entrando por cada pequeño poro de tu piel 
-Es algo increíble. –Una de las tantas cosas que extrañaré pronto –Mamá… -Añadí después de un rato de estar en silencio 
-Mande 
-No quiero que llores nunca más por mí. Prométemelo –me senté y la mire fijamente 
-Rose –se sentó y se inclinó a mi -, eres mi única hija y adoración. No puedo prometerte algo que ni siquiera puedo prometerme a mi misma. 
-Recuerda lo que dice papá “Una promesa a quién amas es recordarlo para siempre en el corazón. Se vaya o se quede. Porque en ella siempre permanecerá el recuerdo de esa persona” –cité la frase de la familia Olson. 

Sin haberlo notado antes, más que ahora, me di cuenta que lo que no quería hacer abiertamente lo hacía en secreto e indirectas… Me di cuenta que ya me estaba despidiendo de ellos sin antes morir. 
La noche cayó como sorpresa en nosotros. El tiempo se iba volando cuando disfrutabas lo que hacías y aun había mucho por hacer. 

-Tienes que meterte al agua, Rose –dijo James 
-¡No! No quiero morir ahogada. No sé nadar 
-Aunque sea en la orilla. 
-Se nota que me conoces demasiado –reí burlonamente –De chica tuve el incidente de caer a una alberca y no sabía nadar y experimente la muerte más cerca de lo pensado. –Tomé aire –Desde ahí –arrugué la nariz y con la mano me hice sombra en los ojos, aunque traía mis lentes de Sol –le temo al agua. 
-No te pasará nada porque estás conmigo. Y conmigo no te pasará nada, lo prometo 
-No lo sé. Mejor iré a tomar un poco más de Sol –me di la media vuelta 
Sentí como las manos de James enroscaron mi cadera y a la vez no sentía pisar la arena. 
-¡James, suéltame! –me aferré más a su cuello para que no me dejara caer. Algo irónico –Le temo al agua 
-Conmigo no hay de que temer 
Y lo miré con esa mirada que tenía reservada solo para aquel dichoso que fuera mi verdadero amor. 
-No me dejes caer 
-No lo haré –sonrió –Y si llegó a hacerlo no dudes en que te atraparé 

Los días iban pasando. Cada día que pasaba tenía la necesidad de estar más tiempo con James. De estar más cerca de él. Me di cuenta que ahora mi cuerpo también quería estar junto a él, desde aquella vez.

I WON'T GIVE UP [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora