Capitulo.3 Parte.2

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Estuve esperando un buen rato a que el doctor que me atendiera se desocupara. Esta aburrida y apenas llevaba diez minutos en el hospital mientras mi padre se había ido a comer a la casa. 

-Rose, puedes pasar -¡Milagro! Fui al consultorio con él – Bien según tu expediente tienes Lupus desde los doce años ¿Cierto? 

-Así es, el medicamento no está funcionando –

-Como debe de ser y te quedan tres meses de vida –concluyo -Bien te sacaré un poco de sangre para hacer algunos análisis que necesito –agarro una aguja, ya de lo acostumbrada que estaba puse mi brazo voluntariamente 

-¿Ahora me puedo ir? –tenía hambre y estaba molesta, gran combinación 

-Claro –agarre mis cosas y salí del consultorio. Choque de hombros con alguien –Fíjate por donde caminas –seguí mi camino 

-¿De nuevo tú? La chica nueva que no quiere platicar para llegar temprano a clases 

Paré –Oh de nuevo tú el chico que me hace perder el tiempo –sarcásticamente le conteste. Volví de nuevo a lo mío 

-Mañana en la entrada a las ocho –Acaso me estaba citando en la escuela. Volteé la cabeza para verlo 

-Lo pensaré –no pude evitar sonreír

Le marque a Jake para que pasara por mí y me contesto cuando estaba llegando. Me llevo a casa y en cuanto entre podía oler la fabulosa comida ¡BENDITA SEA LA COMIDA! Me senté y no comí, trague a más no poder. 

-Esto merece mil horas en el gimnasio –sobe mi panza

-Lo bueno es que yo como sin remordimiento –paso por ahí mi papá y beso mi cabeza 

-¿Tía tienes una gelatina o algo de postre? –lleve mis platos para aprovechar que Charlot lavaba los platos 

-No sé, creo que si. Busca –abrí el refrigerador y solo vi helado. Agarre el bote discretamente –No te vas a llevar todo el helado arriba –Me agarro –Sírvete un poco y vuélvelo a meter a la nevera 

-Está bien –le volteé los ojos sin que se diera cuenta. Mi expectativa de poco era mucho así que me serví y lo volví a meter. 

Haciendo la tarea y comiendo helado, solo faltaba una cosa… música. Fue mala idea pues la tarea de Astronomía la deje por estar cantando e interpretándola como si yo estuviese en un escenario; Era la mejor manera de despejarme de todos los problemas que tenía ahora. 

-Rose te busca Melanie –al ver a mi tía parada ahí deje de bailar y me porte seria 

-Ya voy –me concentre y baje rápido las escaleras -¿Qué paso Melanie? 

-Solo pase a ver si mañana vas a comer con Kendra y su bola de sangronas –cerré la puerta haciéndonos quedar afuera

-No son “Kendra y el equipo de sangronas” son el equipo de porristas y créeme, soy muy amigables –defendí lo que me hacía feliz 

-Así son todas las porritas, soy engreídas y se sienten superiores a todos los sentidos –Me enoje al escuchar eso, yo no era así… creo 

-Aguarda no todas son así 

-Como sea, solo te digo que si te vas a juntar con ella tenías razón la amistad necesita paciencia y confianza –se encamino a su casa

-Yo era porrista en mi escuela en Colorado y no era así –estaba por llegar –Pero bien, si no quieres mi amistad no me afecta. ¡AY! – vi como se metió a su casa como sin nada e hice lo mismo 

-¿Qué paso afuera? –Mamá como siempre quería saber 

-Nada, solo que me dijo sangrona presumida y bueno me hizo sentir un gusano –mentí en la parte del gusano. Subí las escaleras y me vinieron horribles mareos –Mamá… Ayúdame –se nublo mi vista 

Estuve inconsciente por ese horrible mareo. Cuando desperté lo hice gritando y queriendo saber que había pasado conmigo hace minutos atrás; Estaba sentada en el consultorio del doctor con el que fui esta tarde con un suero entrando por mi vena del brazo derecho. 

-Ya me siento bien, ¿Ya me puedo ir? –me pare rápidamente 

-No Rose, no estás bien –me sentó de nuevo mi padre –Sino no te hubieses desmayado

-En serio ya estoy bien –con mi sonrisa los convencí y pude salir de ahí 

-Amas los hospitales ¿verdad? –él de nuevo 

-¿Problema? –alce una ceja. Me iba a salir pero volví a él –¿Cómo te llamas?

-No te quiero decir, ¿Problema? –me arremedo 

-Que gracioso –Por dentro estaba molesta de que me arremedara –Ya que no me quieres decir cómo te llamas me voy –me fui a la puerta y vi a mis padres esperándome 

-No se te olvide nuestra cita mañana en la preparatoria en la entrada –alcance a escuchar 

-Si como digas –ya no me escucho, pues estaba afuera del hospital 

Llegue a casa y todos me trataban como muñeca de porcelana, no me dejaban bajar ni nada; Incluso me llevaron de cenar a la cama <<Esto es bueno>>. Me dejaron reposar para que mañana no sufriera otro ataque como estos pero no podía, no podía por un simple detalle que me molestaba y fascinaba al mismo tiempo él. 

OK esa fue la parte 2 del MES UNO, DIA TRES :) este capitulo mejor ddecidi divirlo en 2 para no aburrirlos con muchas paginas Gracias por leer, vota y comenta que te parecio todo comentario es valido

xoxo, Sofia

I WON'T GIVE UP [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora