Capitulo 33

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Nota: Leer con It Will Rain de Bruno Mars

EL TRÁGICO FINAL 
Día veintitrés 

-Eso está bien. Es tiempo dé. –le guiñe un ojo 
-En este tiempo que has estado aquí, me he llegado a encariñar contigo. Me recuerdas a mi hermana Rose. Ella murió hace cuatro años por cáncer, tenía solo veinticuatro años. 
-Lo lamento tanto –salió una lágrima de mi ojo navegando por mi mejilla hasta que se estrellara en el suelo 
-Prométeme algo –se limpió las lágrimas y paró de chillar 
Vacilé por un momento -¿Qué he de prometerte? 
-Si está en tu cielo, por favor…, dile que Jasmin está bien. Que su hija está bien 
Y con esfuerzos dibujo una sonrisa en su bello rostro y salió de allí. 

Tal vez la vea en mi cielo. Tal vez no. Pero les aseguro que estaré bien. Estaré pensando en cada uno de los que me mantuvieron con vida un poco en este largo tramo de mi trágica vida. 
¿Por qué Dios? ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me envías a la Tierra con mi familia y después me los quitas? ¿Por qué me haces y los haces sufrir tanto? ¿Por qué? Y a pesar de todos esos porqués te agradezco. Porque sin ti no hubiera llegado a Tennessee y no lo hubiera conocido. A él. Al que posiblemente enviaste a la Tierra sin alas para que durará de su personal tan angelical y tan celestial. A aquel que dijiste “Ven. Te quitaré las alas para que no sospechen”. Exacto: A James Maslow. 

-¿En que piensas, Rose? –preguntó mi primo Alexander 
-En nada. Solo… balbuceaba en la mente –tomé aire -¿Te puedo decir algo? Pero por favor –supliqué antes de decirle lo demás -, no le digas a nadie. 
-¿Pasa algo malo? ¿James te hizo algo malo? 
-¡No! ¡Para nada! Hace rato… Bella, la enfermera… 
-¿Te hizo daño? 
-Alexander –lo interrumpí –No me interrumpas –lo vi con mi mirada de “cállate y escucha” 
-Está bien –se hundió de hombros
-Bella… Me dijo que ésta es mi última semana Posiblemente muera el treinta y uno de Diciembre 
-Vivirás –agarró mi mano y la apretó fuertemente –Lo harás. Yo lo sé 
Quité mi mano rápidamente de la suya –Olvídalo. ¡Superalo! ¡No viviré más! Esta es la semana en la que me ha pasado de todo. Estoy demasiado mal. Apenas y te puedo hablar y necesito de estos aparatos para seguir respirando. Esto ya no es vida –mi voz se hizo un suspiro. –Me veo horrible. Mi cabello ya no brilla y el color de mis ojos se apaga. Mis labios se resecan y mi piel envejece con rapidez. Dime que no, si es falso lo que te digo 
-Rose… me temo que apenas te has dado cuenta de cómo eres 
Sonreí por inercia 
-Tonto –dije en una sonrisa. Una de las últimas que me quedaban 
-Hey…, Giovanni y tus padres quieren hablar contigo 
-¿Sabes de qué es? 
-Sí. Pero no te diré. No les reclames nada hasta escuchar todo lo que tienen que decir. ¿Me lo prometes? 
-Te lo prometo 

Entraron al cuarto. Todos estaban preocupados y la angustia me la contagiaron. No me sentía bien como para recibir más malas noticias. 

-Rose… Tenemos que hablar de ti, mi amor –empezó por decir mi mamá. 
Acaricio mi rostro y acomodó un par de mechones de cabello en su lugar 
-No quiero que nos juzgues mal, Rose. Solo escúchalos –dijo como defensa de algo, Giovanni 
-¿Qué pasa? Me están angustiando –la respiración se me hacía corta. Tan corta que no sentía que respiraba 

Cada palabra que decían me partía el corazón. Cada expresión hacía que llorara a todo lo que podía. No. Simplemente no podía escuchar más de lo que me decían. Todos estos años viviendo totalmente engañada. ¿Dios, que te hice?, me preguntaba mentalmente mientras ellos seguían diciéndome que era adoptada. 
Me habían adoptado meses después de que nací en el hospital de Colorado. Lo hicieron porque mi madre no podría tener nunca hijos. 

-Tú eres una bendición, Rose. 
-No me llames así. No soy una verdadera Olson –dije con esfuerzos. 
El nudo en mi garganta se apretaba mucho más para que no me soltara a llorar de una buena vez. 
-Déjenme. ¡Déjenme! –a como pude grite. Y después hice que se fueran de ahí 

Los dos días siguientes me la pase en depresión. Eso no ayudaba mucho en mi estado. Solo quería morir de una buena vez. Sin dolor, sin tristeza, sin nadie. 

-Está durmiendo. Déjala dormir un poco más. 
-Tengo que decirle esto, Alexander. ¿No entiendes? Ahora tiene que saberlo. Los dos van a morir… 
-¿De qué…? ¿De qué están hablando? –pregunté. 
Aún no abría los ojos por miedo a ver el mundo como en realidad era. 
-No se lo puedes decir, Gio. No ahora 
-¿Chicos…? 
-Espero y hagas bien –me vio Alexander y se retiró del cuarto. 
Su mirada no era pura. Era de enojo y tristeza mezclada formando una mirada que destruía con tan solo verla. 
-Rose… Ya se lo dije a James. Esta roto por dentro. No quiero que llores. ¡No, por favor! No quiero que llores 
-Dilo –lo anime a decirme de una buena vez 
-Rose… Llevas un mes de embarazo. Él bebé es el que te está haciendo daño. Está agarrando toda tus nutrimentos, fuerzas. Tu bebé también te está matando 
-¿Estoy… embarazada? 
Asintió con la cabeza 
Lloré. Empecé con pequeñas lágrimas y después con lágrimas enormes. 
-También morirá –me lamenté por dentro 
-Es un feto. Tiene un mes. No podemos salvarlo 
Y con eso pude ver que era una asesina aunque no quisiera. Con el simple hecho de quererme morir también estaba matando al bebé que traía adentro 
-Lo siento –fue lo único que pude escucharle decir 

Las horas pasaron. Horas y horas. James estaba ya conmigo; Lloraba por dentro. Lo podía descifrar con sus miradas 

-Lo siento. En serio, James –chillé –Yo… yo no sabía esto. 
-Tranquila. Todo estará bien –se paró de su asiento y me abrazó fuertemente 
-No puedo… 
Me calló poniéndome un dedo en los labios –Shh… Solo duerme. Es por tu bien. No quiero verte así. ¿De acuerdo? 
-James… Yo
-Anda. Es hora de que duermas. Habrá más tiempo para hablar de esto 

Al día siguiente no me podía despertar. Era una guerra por querer abrir los ojos. Ya no sentía mi cuerpo. Era la fiebre. Y las yagas que salían cada vez empeorando y no dejándome estar acostada ni sentada 

-Es todo. Solo… váyanse despidiendo de Rose. 
-¡NOOOOO! ¿Qué ha dicho? ¡Esto no puede ser! 
-Señora, Olson… Cuando desconectemos a Rose. Ella habrá muerto 
¿Era verdad? ¿Ya estaba muerta? Eso explica por qué no siento mi cuerpo. Por qué no despierto.
-Rose. Bebé… -escuché a mi mamá chillar junto a mi –Recuerda que te quiero mucho. Nos veremos pronto, cariño. Te amo –y escuché como empezó a llorar a mares 
-Mi pequeña. No sabes cuanto te extrañaré. Siempre te quise, Rose. Cómo a mi propia hija. Cómo si llevases mi sangre en la tuya. Rose… -la voz de mi papá se quebrantaba-Eres lo mejor que me pudo pasar en la vida. 
-Hola, Rose. Soy yo, Alexander. Solo quiero decirte que, que… fuiste parte escencial de mi en estos últimos meses. No te olvidaré. No olvidaré –paró por un segundo -, las bromas que te hacíamos. Tengo que decirte que… no me caías bien al principio. Cuando recién llegaste a la familia. Pero ve. Te has ganado mi cariño 
-Rose. Pequeña. Sé que te dolió tanto lo que te dijimos. Peor era por tu bien. ¡Cuidate mucho! No me olvides, Olson. Estate orgullosa de tu apellido que, a pesar de no tener nuestra sangre, te lo mereces más que todos nosotros. Pequeña…, te querré siempre –Y sentí los labios de Giovanni en mi frente 
-Hola cariño. Soy, soy yo, James –su voz se escuchaba quebrantada por el llanto –Rose… no sé si me escuchas. No lo sé. Sólo quiero decirte que, te amo. Te amo más que a mi propia vida. Y sin ti no será lo mismo. Me llegué a embriagar lo suficientemente de ti como para poder decir que no podré amar a nadie como lo hice contigo. Tú fuiste mi esperanza, mis súplicas. Fuiste mi vida en estos tres meses. Tú eras la razón por la que me despertaba todos los días e hiciera todo lo que tenía que hacer. Fuiste tú quién me insitó a trabajar de voluntario en el hospital. Para estar más cerca de ti. ¿Te acuerdas que en estos días te dije que si algún… algún día te ibas, tendría que necesitar una sobredosis de morfina? Amor…, ese día llego. No quiero vivir si no es contigo, cariño. Te amo, demasiado Rose Olson. Te quise, te quiero y te querré por siempre, mi vida. 

Y me besó. Fue nuestro último beso en carne viva que tuvimos. Sólo moví el dedo y pude acariciar su mano. Fue como si sólo necesitara escuchar su voz y después podría morir en paz. Esta predestinado. Tenía que conocerlo para poder morir sabiendo que alguien en realidad me amó durante todo este tiempo. Durante mi infancia, durante mi adolescencia. 
En este tiempo que viví en Tennessee, ellos me enseñaron a no rendirme. A no darme por vencida tan rápido. Me enseñaron lo que es en realidad una amistad. Lo que es el amor. Lo que es la familia; No solo es la sangre lo que te une a ellos, sino el cariño que les tienes. 
No me di por vencida en vano. No me rendí en expresar mis sentimientos hacia James. Y no me di por vencida simplemente porque mori.

FIN.

N/A: El capitulo final :( *LLORA DESCONTROLADAMENTE* no puedo crre que ya se termino IWGU, la verdad es que yo nunca crrei terminarla, crei que se me iba a olvidar que la tenia y se quedaria arrumbada pero no ustedes (una chica en especial) me alento a seguir escribiendo y la verdad es que querida si estas leyendo esto... Gracias, gracias por insistir en que continuara la historia porque ahora que o veo si hay gente que quiere leerla

No se preocupen que esto no es todo; todavia falta el epilogo que lo subire en un rato

Xoxo, Sofia

I WON'T GIVE UP [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora