Capitulo11 Parte 2

34 1 0
                                    

Nos sentamos. Una camarera llego a tomarnos la orden -¿Qué van a pedir? -dejo de ver en la pequeña libreta que tenía y fijo su mirada coqueta en James

-¿Qué vas a ordenar? -me pregunto sonriente

-Una ensalada de pollo, no demasiada mayonesa y para tomar un jugo de naranja recién hecho

-Solo tenemos el que habíamos hecho algunos minutos atrás -su mirada hacía mía decía que me pensaba como una chica egocéntrica, preocupada solo por el físico. Por una parte si me preocupaba de tener un cuerpo presentable, pues imagínense si fuese una porrista con unos kilos demás, no podría hacer todo lo que hago con facilidad ahora

-De acuerdo, tráeme ese. ¿Tú que pedirás? -pregunte

-Lo mismo que la bella dama -sonrío a la mesera y se fue a que hicieran la orden.

-¡Te morirás de hambre! Hubieses pedido otra cosa, no sé tal vez un batido o una pieza de pie

-Bien, moriremos de hambre juntos. Pediste lo mismo, así que morirás de hambre, a menos que... ¿Pedimos una pieza de pie para ambos? -cuestiono emocionado

-De acuerdo -sonreí

-De manzana -dijimos al mismo tiempo -Eso fue

-Raro -termine la oración de ambos

Nos trajeron la orden y la disfrutábamos. Entre risa y risa terminábamos; Pedimos la pieza de pie de manzana para ambos.

-¿Y qué tal te has sentido en Tennessee?

-Es... lindo -corte uno de los últimos pedazos de tarta -Pero extraño Colorado, extraño todo lo que tenía allá. A mi equipo de porristas, a Katya, Selena, Mathew, Harry -suspiré

-¿Quién es él? -termino de comer. Me había dejado dos pedazos más

Sacudí la cabeza -Nadie, un amigo que tenía; Nada importante, olvida lo que dije -sonreí -¿Por qué me has dejado los últimos dos pedazos?

-Porque, tal vez sea el mejor pie que hayas probado en la vida y no te has dado cuenta -Lo miré con rareza - Y cuando pruebas muchas más sabrás que la mejor la probaste conmigo y no quisiste otro pedazo

-De acuerdo, de acuerdo, la comeré -le mostré como me comía ambos pedazos

-Señorita, la cuenta por favor -ordeno que se la trajesen rápidamente. Se la trajeron

-¿Cuánto hay que pagar? -saque la billetera de mi bolsillo trasero del pantalón de mezclilla clara. Al voltear vi a James parado con la chica para pagarle. Ya lo había hecho y seguía platicando y la chica... empeoraba con sus coquetos movimientos; Eso me hizo enojar, demasiado y decidí esperar en el auto

No quería omitir palabra en el recorrido de regreso a la escuela. No quería que James se enterara que me había dado una crisis de celos, unos pequeños celos por las acciones que tenía con la chica.

-Gracias por todo -fue educada y dulce en mi tono de voz. Salí del auto, él hizo lo mismo

-¿Qué hice ahora? -corrió a mí para bloquearme el paso

-Nada -dije en sarcasmo -Nada, en serio -mi tono ahora era serio -¿Puedo ir a ensayar?

-Tienes media hora para llegar, no hablas en serio -se sorprendió de lo que había dicho. Su mirada me decía que estaba pensando ¿En qué? No sabía, su mirada no era tan específica para decirme -Espera un momento -una sonrisa misteriosa apareció en su rostro -Estas celosa -dio un salto de alegría

-¿Celosa? ¿Yo? Vamos James, no me hagas reír -solté una risa forzada

-Estás celosa de la chica de la cafetería. Lo sé, no mientas

-¿Por qué la sonrisa en tu rostro? -me había cruzado de brazos para entonces

-¿En serio quieres saber? -Asentí -Bien, te diré, lo está porque ahora sé que te importo por lo menos un poco y no como amigo, porque si fuera así no tendrías celos. Eso me hace feliz; Me hace pensar que tengo una oportunidad

-De acuerdo, estoy celosa, demasiado -extendí los brazos estirados por el aire

-Lo sabía, lo sabía -bailaba de alegría y con un tono agudo de voz. Eso me hizo reír

-Para, para -me eche aire a la cara y golpeé levemente mis cachetes para alejar la risa de mi cuerpo -Se me hace ahora si tarde. Hasta mañana

-¿Te gusto nuestra segunda cita? -grito mientras corría por el pasillo

-No fue una cita -lo volteé a ver -Espera, ni siquiera fue la segunda cita

-Para mí lo fue, y me encanto -sonreí y me eche a correr de nuevo al gimnasio.

No sabía porque tenía esa sonrisa en mi rostro, si era por James, de estar alegre de que supiera que en verdad lo quiero, y demasiado como para tener ese nivel de celos; O porque había sido oficialmente nuestra segunda cita

I WON'T GIVE UP [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora