Cuestiones Monetarias (Cryde)

421 16 1
                                    

Clyde caminó por el campus cubierto de nieve, admirando la sensación mágica que la nieve recién caída daba a los árboles desnudos. Tarareaba en voz baja It's Beginning To Look A Lot Like Christmas mientras caminaba. Todavía faltaban algunas semanas, ya que aún era principios de diciembre, pero la nieve daba una sensación festiva al mundo, y Clyde se sintió justificado por haberle hecho el regalo de Navidad a su novio unas semanas antes. Se habían conocido un mes antes de salir, aunque todavía había muchas cosas que no sabían el uno del otro. Pero en eso consistían las relaciones.

Sonriendo para sí mismo, Clyde entró por la puerta del edificio de los dormitorios de Craig. Realmente esperaba que a Craig le gustara el regalo que había recibido. Craig le había dicho que no tenía que regalarle nada. Finalmente, Clyde no se había decidido, pero sus dudas se disiparon cuando vio el regalo perfecto en una tienda. Pensó que el moreno se alegraría de recibir un regalo, aunque no lo hubiera pedido. Quizás cuando especialmente recibiera uno, suponiendo que fuera tan perfecto como él creía.

Bueno, Clyde sabría lo que Craig pensaría de él muy pronto, puesto que ya estaba frente a su puerta. Llamó a la puerta y Craig le pidió que entrase.

Craig estaba acurrado en su sofá, viendo una película en la televisión. La apagó cuando entró Clyde.

- Hombre, guapetón, ¿vienes a acurrucarte aquí, lejos de la nieve?

Clyde se unió a él en el sofá y se acurrucó.

- Feliz Navidad. - susurró en voz baja, acariciando a su novio. Sacó una pequeña caja y se la entregó. - Te he traído algo.

- ¿Qué...? - Craig suspiró y tomó la caja. - No tenías que comprarme nada, ya te lo dije.

- Y muchas veces, por cierto. - Clyde se encogió ligeramente de hombros. - Sé que no tenía que hacerlo, y por eso mismo lo hice.

Craig suspiró, pero desenvolvió la pequeña caja.

Por favor, dime que no me ha regalado joyas... Hmm, puede que la cajita sea elegante, pero seguro que dentro hay un cupón para "sexo guarro" o algo así.

Pero no era eso. Craig jadeó al abrir la tapa del largo joyero, y la luz se reflejó en el adorno que había dentro. El brazalete era una pieza muy intrincada, aunque varonil, engastada con turquesa y ónix en plata. Era precioso, y sin duda algo que Craig llevaría en ocasiones especiales, aunque un poco elegante para llevarlo por casa. Sólo había un problema: Clyde lo había comprado para él.

- Clyde, ¿por qué...? - se detuvo a trompicones al ver la mirada de su novio.

- Lo vi y pensé en ti, eso es todo. No significa nada. Sólo quería hacer algo bueno por ti para variar. Siempre eres el que me compra cosas.

- Me gusta comprarte cosas. No tienes que devolverme el favor.

- No te estoy devolviendo el favor. ¿Acaso no puedo comprar algo para mi novio, por una vez?

Estaban entrando en terreno peligroso.

- Sí puedes, es sólo que...

- ¿Sólo qué? - Clyde se quebró. - ¿No te gusta?

- Clyde. - Craig pasó una mano por el pelo del otro. - Me encanta, es precioso, como tú. - el cumplido no tranquilizó a Clyde como Craig esperaba. - No es que no me guste tu regalo, y no es que aprecie el gesto, es sólo que no quiero que gastes dinero en mí.

Clyde se apartó completamente de él.

- No creo que seas un desperdicio de dinero.

- Pero tienes... - comenzó a decir.

Una Semana Especial (South Park)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora