Capítulo 6 - El diario de Dumbledore

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La noche es fría, el viento sopla y las hojas de los árboles empiezan a teñirse de tonos ocres, dos figuras masculinas ataviadas con sendos abrigos aparecen frente al número doce de Grimmauld place.

Sirius y Remus están en el comedor de la cocina repasando los últimos detalles de una cena que esperaban ofrecer desde hace algunas semanas, Draco está en casa de los Greengrass y Harry en la madriguera; así que la cena es para cuatro.

Tocan la puerta, Remus abre:

-¡Dean! ¡Seamus! Bienvenidos.

-Hola Remus -Saluda Dean.

-¿Cómo estás? -Pregunta Seamus.

-Muy bien, adelante, Sirius está en la cocina.

Tras una agradable cena, las dos parejas pasan a la sala de estar, todos tienen en la mano una copa de whisky de fuego, charlan animadamente, de pronto, Sirius toma la vocería:

-Chicos, el motivo principal de esta invitación es el de hacerles entrega de algo muy especial, algo que nos dejó Albus, y que queremos que ahora conserven ustedes.

-Estamos seguros -continuó Remus- de que ustedes van a darle un buen uso, teniendo en cuenta su contenido.

Y dicho esto, Sirius sacó de un pequeño baúl junto a la mesa de centro, un paquete rectangular, y lo puso en manos de Dean; éste, al destaparlo, dejó ver un gesto de asombro, se trataba del diario de Albus Dumbledore, un libro muy bien conservado, cubierto por una fina piel marrón, y la palabra "Diario" escrita con letra cursiva dorada, en la parte de abajo en letra más pequeña estaba el nombre del anciano en la misma letra.  Seamus, por su parte alternaba su mirada entre el diario y la pareja Wolfstar...

-¿Están seguros de querer entregarnos esto? Tengan en cuenta que es muy valioso.

-Como les ha dicho Remus, confiamos en que ustedes le den un buen uso.

-Lo que ustedes nos quieren decir, es que nosotros como periodistas podemos arreglar de algún modo el desastre que esa Skeeter hizo con "Vida y mentiras de Albus Dumbledore". -Concluyó Dean.

-Lo que nosotros queremos decir -respondió Remus- es que sabemos que ustedes dos tienen el criterio para publicar la verdad con la dignidad que merece la memoria de Albus.

-Cuenten con nosotros para ello. -Dijo finalmente Seamus.

-Por favor, pasen la noche en nuestra casa. -Les pidió Sirius.

-Hemos preparado la habitación de huéspedes para ustedes, mañana pueden partir a la hora que crean conveniente. -Finalizó Remus.

-¿Saben algo? -Dijo Seamus sonriendo- es hermoso ver cómo el uno finaliza las frases del otro.

La mañana siguiente, durante el desayuno, los Deamus le cuentan a los Wolfstar que han decidido volver en tren, así tendrán algo de tiempo para echar un vistazo al Diario.

Horas más tarde, en un compartimiento privado del tren abren el diario, reconocen la pulcra caligrafía del ex Director, y empiezan a leer algunos apartes:

"La aparición de Gellert en mi vida, aunque totalmente inesperada, fue para mí en ese momento, lo mejor que pudo haberme sucedido, hacía poco había fallecido mi madre y yo había tenido que hacerme a la idea de olvidar los planes que había hecho para viajar por el mundo con Elphias, debido al hecho de que tenía que, como hermano mayor y cabeza de lo que me quedaba de familia, hacerme cargo del cuidado de mi hermana Ariana, Aberforth se había ofrecido a hacerlo por mí, pero yo no iba a permitir que él cargara con mi responsabilidad dejando de lado sus estudios; no quisiera ser malinterpretado, amé a Ariana con todas las fuerzas de mi alma, pero en ese momento me debatía entre el dolor del duelo, la frustración de los planes que ya no se llevarían a cabo, y la seriedad del asunto de cuidarla..."

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