Capítulo 4 - El ministerio de Magia

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La taza de café humeante que reposa sobre la pequeña mesa de invitados de la oficina del ministro de magia, reposa junto a dos tazas de Té mientras Sirius y Remus están charlando con Kingsley...

-Entonces, debo entender que lo que quieres de nosotros es que nos hagamos cargo de entrenamiento de Harry y Ron, ¿No es así, Kingsley? -Va diciendo Sirius mientras le da un sorbo a su taza.

-Así es Sirius, mi idea es que tú te encargues del entrenamiento mágico, y que Remus les dé todas las bases teóricas.

-Bueno, -Continúa Remus-. ¿Y se tratará sólo de ellos dos?

-En tu caso si, pero en el caso de Sirius, se va a tratar del grupo completo de novatos que estará conformado por ocho aprendices.

-¿Y dónde impartiremos ese entrenamiento? -Quiso saber Black.

-El ministerio dispone de un instituto en las afueras de Londres, en Little Henham, lejos de las miradas curiosas de los muggles, los campos están encantados para evitar que cualquier desprevenido pueda dar por casualidad con el lugar.

-Bien, ¿y cuándo empezamos? -Inquirió Lupin.

-Esperaba que pudieran empezar hoy mismo, le pediré a Arthur que los ponga a ustedes dos al día con las cosas del ministerio, les haga un recorrido guiado por las instalaciones y les enseñe las novedades.

-Por nosotros está bien -Contestó Sirius- somos material disponible.

-Excelente, -Shacklebot levantó su varita y de ella salió el lince de plata a toda velocidad- mientras viene Arthur me gustaría saber ¿Cómo van las cosas en casa?... Ehm, no es necesario que me cuenten nada íntimo -Sonrió con picardía- me refiero más a la convivencia con Potter y Malfoy.

-Bien, -Empezó Lupin algo sonrojado- Como te imaginarás, las cosas no han sido fáciles para Draco, dados los hechos de la batalla de Hogwarts...

-Dímelo a mí -observó Kingsley- las bajas de esa guerra han sido muy difíciles para todos, aún estoy en lo de modificar la fuente del ministerio para honrar a los caídos en guerra.

-Si, eso sería muy gratificante para todas esas familias -dijo Sirius.

-Sin embargo, -continuó Remus- hay una chica del colegio que ha ayudado a mitigar en parte el dolor de Draco; y su decisión de repetir el séptimo año ha sido también de mucha ayuda., así tiene la mente ocupada...

-Si, es muy triste lo del Chico Malfoy, el acto de valentía de Narcissa al hacer pasar por muerto a Potter fue un factor determinante para ganar esta guerra. -Observó el ministro Shacklebolt.

-Y Harry, por otro lado, -dijo Sirius- ha estado muy entusiasmado con esto de ser auror, no habla de otra cosa, tiene muchas expectativas al respecto.

-Y vaya que tiene un futuro prometedor -respondió Kingsley- no me refiero sólo al hecho de haber acabado con Voldemort, sino a su expediente escolar, ¡sus habilidades en defensa contra las artes oscuras son impresionantes!

-Recuerda que durante un año fui su maestro en esa materia, ¡con tan sólo trece años ya podía conjurar un patronus corpóreo! -Observó Remus.

-Patronus -Añadió Sirius mirando a Remus a los ojos agradecido- que me salvó la vida, de no ser porque le enseñaste ese hechizo, loe dementores me habrían dado el beso de la muerte.

-No sé que sería de mi vida en este momento sin la ayuda de Harry, sin tu presencia... -concluyó Remus.

-Está claro que heredó sus impresionantes habilidades de sus padres, y ha mejorado mucho con la ayuda de ustedes dos. Tanto Harry como el chico Malfoy están en deuda con ustedes.

-Nosotros no lo vemos de esa forma Kingsley -dice Sirius- esos dos chicos han añadido a nuestra vida un toque de color extra, en la casa se siente vida, no sólo por las modificaciones físicas que se han hecho, sino por la presencia de estos chicos que consideramos nuestros hijos.

En ese momento tocaron a la puerta.

-Adelante -dijo el ministro Shacklebolt con su voz grave.

-Por las barbas de Merlín Kingsley -entró diciendo Arthur Weasley- ¡Tu patronus casi me mata de un susto! Estaba lidiando con el boggart que sacamos de la casa de Sirius cuando se apareció tu Lince y me ha dado un susto de muerte... ¡Oh! Hola Sirius, hola Remus, había olvidado que estarían aquí reunidos.

Los aludidos se pusieron de pie y saludaron a Arthur:

-¡Buenos días Arthur! -Dijeron al unísono.

-Arthur -Dijo Kingsley- Te he pedido que vinieras porque quiero que pongas a Sirius y a Remus al día con las novedades del ministerio en todo a lo relacionado con el trabajo de los aurores, ellos se encargarán de entrenar a nuestros aprendices.

-¡Por supuesto! Si gustan pueden seguirme. Ehm, Kingsley, Harry Potter y mi hijo Ron te esperan aquí fuera.

-Hazlos pasar por favor.

Dicho esto, Sirius y Remus salieron después que el señor Weasley, cuando se cruzaron con Harry y Ron, saludaron a los chicos con la mano.

-Potter, Weasley, bienvenidos. -Saludó Kingsley.

-Buenos días señor Ministro dijeron al unísono.

Shacklebolt ya no estaba en el sillón de la mesa de té, sino que estaba en su silla detrás del escritorio.

-Tomen asiento por favor. ¿Nerviosos?

-"Si", Dijo Ron, mientras Harry decía "No", los dos rieron.

-Bueno, talvez un poco -reconoció Harry.

-Debe usted tener en cuenta que probablemente éste es el primer día del resto de nuestras vidas -Dijo Ron.

El semblante del Ministro se oscureció un poco.

-Verán, el camino que iniciarán hoy, no va a ser un camino fácil, ni un camino seguro, es nuestro deber como institución enseñarles y prepararlos para todo lo que tiene que ver con la lucha contra las artes oscuras, sé que ustedes dos, especialmente Harry, fueron las piezas clave para la victoria contra Voldemort y sus mortífagos, pero aún es largo el camino que deben recorrer para poder hacerse llamar aurores del ministerio; tengo entendido por ejemplo que Harry nunca llegó a terminar sus sesiones de oclumancia con Severus, y tu Weasley, necesitas dominar a la perfección el arte del duelo, adicional a eso, el año que les faltó cursar en Hogwarts deberá ser concluído en nuestra academia de aurores, la teoría es la base fundamental de los conocimientos requeridos para su entrenamiento.

Los dos muchachos escuchaban atentamente las palabras del Ministro.

-Para ello, -Continuó Kingsley- he decidido pedir a tus tutores Harry, que nos apoyen con esta tarea, a Lupin con las bases teóricas y a Black con el entrenamiento práctico.

Harry y Ron se miraron entre sí, componiendo un gesto de asombro y satisfacción.

-Pero no crean -prosiguió Kingsley- que por ello va a ser fácil, ellos dos saben que lo que un auror se juega a diario es la vida, y no se los van a poner fácil por el hecho de que a nivel personal haya algún tipo de confianza con ustedes; igualmente les comunico que en el entrenamiento con Black van a tener más compañeros que han decidido unirse al cuerpo de aspirantes, y les advierto que no todos llegarán al final, algunos van a querer cambiar de área profesional en la mitad del camino. Sin embargo, debo felicitarlos por esta primera decisión, ser auror es uno de los más nobles trabajos que puede hacer un mago, erradicar el mal no es algo que cualquiera aspire a hacer, y por ello, tienen mi respeto.

El pelirrojo y el de gafas se quedaron sin palabras, de algún modo entendían que no estaban ahí, sentados, como un juego, sino que habían tomado una de las decisiones más importantes de su vida, y que había mucho en juego. Sin embargo, después de unos momentos, asintieron, agradecieron al Ministro y le dijeron.

-No lo vamos a decepcionar, señor ministro.

-Se que así será, los espero en una semana aquí mismo, para llevarlos a la academia, ¡hasta entonces!

-Hasta entonces, dijeron sonriendo.



*Continúa en el capítulo 5: La boda*

Sirius y Remus por fin unidos.

Nuestros hijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora