𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖 𝐓𝐈𝐄𝐒 ──𝐉𝐉𝐊

【9】

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❝the beginning of a prophecy❞

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Registro: Septiembre, 2018.

Sábado, un día después de la muerte de Yoshino Jumpei.

Tokio, Japón.

Itadori había sido el primero de ambos en despertar y había sido el primero en despegarse de la camilla en la enfermería. El pelirosa, al igual que la azabache a su dalo, se había mantenido en silencio desde que recuperó su conciencia, lo cual había sucedido casi una hora más tarde de que Nanami los devolviera a la Academia Jujutsu casi completamente ilesos, bueno en único caso de Takeshi. Ambos estaban despiertos y consientas, no obstante, realmente no tenían deseos de hablar sobre lo sucedido, mucho menos el menor de los dos estudiantes, el cual había perdido a su amigo en aquella escuela gracias a la maldición.

El sonido de la puerta de la enfermería abriéndose dio paso a Leiri, quien rápidamente se acercó a Itadori en el momento en que lo encontró despierto. Como protocolo, recitó una serie de preguntas acerca de cómo se sentía y como se encontraba el estado de su cuerpo, a lo que la enfermera concluyó con que, además de algunas heridas no demasiado significativas, Yuji se encontraba bien. Claro, en lo que al físico respectaba.

—¿Cómo está Mei-san?. —Cuestionó, observando la camilla que se hallaba cerca de él. Leiri soltó un suspiro y profirió una mueca, al mismo tiempo que tres figuras irrumpían en la enfermería. Nanami, Satoru y un tenso Takeshi.

—Sufrió una sobrecarga de energía en su cuerpo debido a la adrenalina. —Informó la mayor. Itadori ladeo su cabeza no entendiendo como eso afecto demasiado a su amiga. —No te preocupes, Itadori, Mei deberá descansar por unos días hasta reponerse completamente. No corre ningún riesgo mortal.

El pelirosa soltó un lánguido suspiro de alivio y asintió, aunque la culpabilidad por colocar a Mei en aquella situación no menguó ni un poco. El joven suspiro para salir con el rubio. Dejando a Takeshi y a Satoru. Pronto, Nanami y Yuji desaparecieron de la enfermería, puesto que el mayor debía tener una conversación con el estudiante, mientras que Leiri continuaba sus labores y dejaba a la internada con el peliblanco y el otro chico, el cual se encontraba muy molesto por lo que había sucedido. Aun así, Gojo no profirió palabra y aguardó un lado de la muchacha.

—¿Qué es exactamente lo que te preocupa?. —cuestiono el de la venda mirando a uno de sus alumnos estrella.

—Profesor, Mei... —murmuro viendo la menor. —Ella jamás sufre de dolores de cabeza, pero esta vez...

Ambos querían suponer que eso solo había sido causado por el extraño sello que los tres de segundo aun poseían, pero para Takeshi que se encontraba presente no lo pensaba así. Gojo se mantenía tenso aun con su mirada en el menor.

—Cuando llegue, Mei tenia en sus manos una extraña espada, jamás había visto un diseño así, era totalmente negra y desprendía una enorme cantidad de energía maldita. Sin duda alguna era de clase especial.