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─Siempre pensaste cosas malas de mi, que se siente saber que todo esté tiempo estuviste equivocada─ Susurró Sofía.

─Nunca estuve equivocada, tu aún lo quieres─ Hablo Isabell sentada frente a Sofía.

─Si, lo quiero, pero no me atrevería a matarte o asesinarte, yo no soy una traidora─ Sofía renegó por segunda vez.

─¡Tu querido amigo, atacó a Alexandro y no solo eso, planeo destronarlo!─ La alteración en su voz era presente, el Rey del sur de Europa intento un complot en contra de Alexandro y el Reino.

─Como lo haz dicho, el solo es un amigo...─ Fue lo último que dijo Isabell, para después salir de aquella habitación dejando sola a Sofía.

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─¿Por qué tan sola?─ Dialogo Sofía quien se dirigía a Isabell.

─Fue a recibir a unos amigos y aún falta la realeza de Europa, creo que tendré que recibirlos─ Isabell se veía cansada, a pesar de todo Sofía aún era su amiga.

─Escuche que el Rey es muy elegante y bastante atractivo─ Hablo entre risas Sofía mientras palmeaba un poco su hombro.

─No, lo dudo, la persona que realmente quiero, nunca me querrá de la forma que yo lo hago─ La risa de Isabell poco a poco se iba borrando.

─No puedes obligar a alguien a querer sin que sientan ese sentimiento─ Sofía le ofreció un poco de agua la cuál acepto.

─Mucha razón─ Sofia e Isabell siguieron hablando, hasta que se anuncio a la Realeza Europea.

─¡La Reina Vanessa y su hermano el Rey David Ⅲ!─ Anuncio un eunuco.

La mayoría de Duques y Duquesas se inclinaban, mientras Reyes de otras partes solo veían a los Hermanos pasar.

─Bienvenidos─ Hablo Sofía por Isabell.

─Soy Vanessa de Baskerville─ Se presentó amablemente la Reina.

─David Ⅲ de Baskerville─ Este hizo una pequeña reverencia ante Sofía e Isabell.

─Isabell de Saboya─ Se presentó Isabell.

─Y yo soy Sofía de Monpezat, Princesa de Dinamarca─ Está vez se presentó Sofía.

A pesar de ya tener un gran tiempo conversando con Vanessa y David, Alexandro aún no aparecía o alguno de los amigos con los que se marchó.

─¿Estás bien?─ Cuestionó el Rey David al ver la impaciencia y el nerviosismo de Isabell.

─Si, claro─ Respondió no muy convencida está.

─Ire en busca del Rey─ Anuncio Isabell.

─Entretenlos en lo que busco a Alexandro─ Susurró Isabell a Sofía.

Rápidamente Isabell salió del Gran Salón en busca de Rey, ciertamente no lo había visto ni a el o al Príncipe Ahmed, así que eso le preocupaba un poco.

( . . . )

─Y como está Pensilvania ahora─ Alexandro se burló de Lilianne.

─Ja, ja, Muy gracioso─ Se quejo Lilianne, Alexandro le había robado la prometida a su hermano.

─Ya basta con sus juegos y tú no tendrías que estar junto a tu prometida y recibir a los invitados─ Salvatore regaño a los dos.

─Yo creo que si, por qué Isabell te está buscando─ Señaló Dánae Al lugar donde se encontraba Isabell.

Isabell llegó hasta el grupo de amigos que aún se encontraban platicando y hablando sobre sus vidas y que habían hecho durante tanto tiempo.

─Bueno, ahora yo sé los quito. Llegaron los Reyes de Europa y tú no estás para recibirlos─ Isabell sentenció.

─¿Hace cuánto tiempo?─ Alexandro se llevó corriendo a Isabell hasta el Salón.

Alexandro se presentó ante la realeza y está también se presentó ante el, la tarde y la noche paso rápido, ahora la mayoría dormía, los invitados se hospedaban en aquel gran lugar a pesar de ser varias personas el lugar seguía siendo enorme.

( . . . )

─Aun sigues despierto─ Sofía apareció en el gran jardín.

─¿Y tu por qué lo estas?─ Volteo Alexandro.

─Lo mismo que tú, intentar despejarme─ Sonrió.

─Es muy agobiado esto... Es decir, hubiera querido poder disfrutar un poco más mi estatus como Príncipe─ La melancolía en su voz era muy notoria.

─Aún extrañas a tu padre, ¿No es así?─ Una de las manos de Sofía palmeó la espalda del Rey en forma de comprensión.

─Las cosas pasaron muy rápido, de un momento a otro murió─ Alexandro no se pudo contener y la abrazo.

Aún con lo incómoda que se sentía Sofía por el abrazo le dejo, sabía perfectamente ese sentimiento, ella alguna vez también lo sintió y no había nadie con ella que la comprendiera.

Ella alguna vez sufrió mucho más de lo que la gente se podía imaginar, quizá aun nadie lo sabía, ni siquiera sabían cómo se sentía, pero no dejaría caer a alguien por ese sentimiento que mata por dentro, sería la salvación de Alexandro y estaría junto a el, pero el destino es cruel y nadie sabe lo que se prepara.

𝐃𝐄𝐒𝐀𝐅𝐈𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐀𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎Where stories live. Discover now