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─¿Eres feliz? Ya lograste lo cometido─ Sofía se sentó a un lado de Alexandro.

─No lo sé, es complicado─ Frustrado se levantó de golpe de aquella silla en la que se encontraba sentado.

─No, tu aquí eres el que complica todo, ¡¿No puedes verla feliz?!─ También se levantó Sofía.

─No, no puedo, no quiero alejarme ni de ella ni de ti... ¡¿Acaso no entiendes?! No quiero dejarte ni a ti ni a ella─ Este tomo fuertemente de los hombros a Sofía y la sacudió un poco.

─Las quiero...─ Se alejo de esta y se fue a un lugar sin rumbo.

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Sirvientes, sirvientas y eunucos rápidamente iban y venían, los preparativos de la boda del Rey Alexandro e Isabell ya casi llegaba, pero algo en Isabell le decía que parece esa boda.

Desde aquella noche, hace unas semas, que observo a Sofía y Alexandro en el jardín a altas horas de la mañana, hablando y abrazándose, se estaba creyendo lo que Ahmed le decía, pero ahora había forjado una amistad con el Rey David, quién siempre se dedicaba a darle una rosa roja todas las mañanas.

─Isa, ¿Cómo estás?─ Justo apareció David con una pequeña rosa en sus manos.

─Estaba bien, pero ahora estoy mejor contigo a mi lado─ Isabell le dio un gran abrazo, cosa que este acepto de inmediato.

Desde aquella escena donde los protagonistas eran Sofía y Alexandro ambos se habían vuelto muy unidos, como si Sofía fuese la prometida y no ella.

─Señorita Isabell, el Rey y Lady Sofía están aquí─ Isabell y David se separaron del abrazo para voltear a ver a los gobernantes que justo cruzaban las puertas muy sonrientes.

─David─ Menciono con desagrado Alexandro

─Alexandro─ Le respondió de la misma manera David.

─¿Pasa algo?─ Pregunto Sofía rompiendo aquella mala tención que se hacía entre David y Alexandro.

Ambos eran muy orgullosos, David quería la parte de su territorio el cual Alexandro Gobernaba y Alexandro quería la parte que David Gobernaba.

─No pasa nada, Que hermosa flor, ¿Quién te la ha dado?─ Alexandro cambio repentinamente el tema de conversación.

─Yo se la he dado, siempre lo hago, desde hace ya casi una semana─ Hablo con altanería el Rey de medio Europa.

─Si, así es, y casi todas ya están marchitas pero aún las conservo─ Sonrió Isabell.

─Isa, los sastres vendrán mañana, harán pruebas, solo faltan menos de dos meses para que una mujer de la honorable casa de  Saboya vuelva a ser una gran Gobernante─ Alexandro se acercó a Isabell y le dio un fuerte abrazo.

─Espero ser un invitado de honor Isa, no puedes dejar en segundo fila a tu mejor amigo─ Una guerra de miradas empezó entre ambos Reyes.

Sofía se acercó hasta Alexandro y le hizo salir de aquel juego en el que seguramente perdería.

─¿Que haces? ¿Acaso tienes celos?─ Se burló Sofía.

La tención volvió al lugar después de que Sofía dijera Celos, afortunadamente los amigos de Alexandro llegaron a su rescate y la hermana de David también llegó.

─Alex, tienes que resolver unos asuntos con la guardia real, te necesitan─ Hablo Franco.

─David, necesitas enviar un informe, nuestro plazo en este lugar se ha alargado y aún así tienes deberes─ Vanessa se llevó casi a regañadientes a David quién aún quería permanecer junto a Isabell.

─Y antes de que te burles...─ Interrumpió Dánae a una posible burla de Alexandro hacía David.

─Tu tienes que hablar con mi hermano y explicar la situación del por qué Isabell no se casara con él─ Lilianne también entro por Alexandro.

─Y tienes que firmar y recolectar peticiones de las personas─ Salvatore también hablo.

─Cuando tú seas Reina por fin, podrás gobernar y compartir deberes con Alex, siempre he escuchado que las mujeres de tu familia son de admirar.─ Halago Leandro quien recibió una mala mirada por parte de Alexandro.

Lilianne se llevó de ahí a Alexandro dejando solas a Sofía e Isabell quién desde aquella situación que contemplo Isabell no volvió a hablarle.

─Tu lo quieres ¿verdad?─ Pregunto Isabell tomando por sorpresa a Sofía quien no estímulo palabra alguna.

─Responde...─ La voz fría de Isabell daba miedo y justo ahora Sofía lo sentía.

𝐃𝐄𝐒𝐀𝐅𝐈𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐀𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎Where stories live. Discover now