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─¿Que haces aquí?─ Isabell se levantó rápido del asiento en el que se encontraba.

─No te cases, porfavor─ Suplico Alexandro.

─Tu mismo re segaste por tu ambición de tener a dos mujeres, déjame ser feliz, tu lo eres con Sofía que más da─ Isabell se alejaba de Alexandro al ver como este se acercaba.

─No puedo, no quiero y no lo haré...─ Alexandro atrás vez se acercó.

─No, no se puede amar cuando ninguno de los dos sabe amar, y aunque duela, deberemos dejar que otros nos amen como deberíamos amar, tu nunca me vas a amar, no como yo lo hice─ Isabell pasó de largó a Alexandro y arreglo el gran vestido blanco que portaba, lista para su boda.

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─Isa, ya estás bien, solo fue una caída─ Alexandro estuvo todo el tiempo junto a Isabell sin dejarla sola ni un solo minuto.

─Vete por favor... Quiere star sola─ Isabell ni siquiera se dignaba ver a los ojos a Alexandro.

─Isa... Yo te hice una promesa y pretendo cumplirla─ Afirmó Alexandro, le dio un beso en los nudillos de la mano izquierda y se fue.

─No, ya no puedo creerte, no más mentiras por favor, aclara lo que sea que tengas en la cabeza...─ Isabell corrió casi, casi al Rey.

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─¿Cómo está ella?─ La noche ya había llegado y como siempre Alexandro y Sofía estaban en el jardín conversando.

─Muy mal, no físicamente si no, mentalmente y sentimentalmente, está sufriendo... Por mi culpa─ La voz de Alexandro se quebró y este bajo la mirada.

Sofía ahora era más que una amiga para Alexandro, quizá sus sentimientos se estén cruzando pero... Ahora quería solamente estar con Isabell, sentir un gran abrazo de esta.

Pero a la vez, quería estar con Sofía, la alegría y la tranquilidad que le causaba mientras conversaba era inigualable, ambas personas le daban alegría y felicidad.

Pero el tampoco podría tenerle a ambas, lo único que sabía es que Isabell era mucho para todos y Sofía era mucho para el.

─Crees que pueda ir a verla─ La voz de Sofía interrumpió sus pensamientos.

─Si, probablemente, ahora está más calmada─ La voz de Alexandro sonaba mejor.

─Ire a verla, nos vemos mañana─ Sofía se despidió con un beso en la mejilla del Rey y fue hasta la habitación donde reposaba Isabell.

─Isabell─ Tocó tres veces la puerta principal de la habitación hasta que está se abrió dejando ver a una Isabell con los ojos rojos.

─¿Que haces aquí?─ Cuestionó amargamente Isabell.

─Solo quiero arreglar las cosas, explicarte los sucesos─ Sofía pidió.

─Las acciones dicen más que mil palabras, ¿No?─ Ver de esa forma a Isabell daba miedo, en ella siempre se veía una hermosa sonrisa alegre, ahora su rostro no reflejaba dicha felicidad.

─Por favor, dame un momento, solo uno─ La desesperada Sofía volvió a insistir, Isabell termino accediendo y la dejo pasar.

─Dime lo que sea que quieras y luego te vas, en cuanto me recupere por completo dejo Italia─ Aseguro Isabell sorprendiendo a su "amiga".

─Todo fue un error, un impulsó, nunca quise besarlo, yo te debo mucho y...─ Sofía callo al ser interrumpida por Isabell.

─Se supone que eras mi amiga... Estuve junto a ti en tus peores momentos, quizá nunca supe lo que sentías pero siempre, siempre me tuviste a mí─ Isabell se sentó rápidamente en una silla y empezó a llorar nuevamente.

─Isa─ Intento formular una palabra Sofía.

─Isa nada, lo que tú hiciste no se le hace a una "amiga" como tú dices, lo que tú hiciste se llama Traición, tu más que nadie sabía lo que el significaba para mí... Pero fue mi culpa... Por confiar en alguien como tú─ En cada palabra que formulaba Isabell se notaba el odio que sentía.

─Pero tampoco puedo culparte a ti sola, Alexandro también es culpable, el te ama y yo no puedo decir nada al respecto, así que me iré, el podrá cumplir mis sueños junto a ti.─ Finalizó Isabell.

─No, Isa, no digas eso...─ Sofía intento tamar su mano pero Isabell la quitó rápidamente.

─Calla ya, vete por favor, no quiero humillarte aún más─ Isabell se limpio con fuerza las lágrimas que aún salían de sus ojos.

─Siempre estaré agradecida contigo, espero alguna vez nos perdones─ Sofía salió de aquella habitación e Isabell no se contuvo más y volvieron sus lágrimas.

La traición de su "amiga" y la persona la cuál alguna ves quiso le dolía, saber que tanto Alexandro como Sofía eran la gran pareja, ambos eran tan parecidos y ella... Ella solo era una mujer más para Alexandro que no se igualarla nunca a Sofía.

─Ya no llores más─ Una voz se hizo presente en el gran silencio que había en esa habitación, por inercia volvió a limpiar sus lágrimas.

─Lo siento no sabía que estabas tan... Ocupada─ David se acercó hasta donde Isabell se encontraba sentada y se agachó hasta estar a su altura.

─Solo... Me desahogaba, es mucha presión─ Mintió Isabell.

─En tan poco tiempo, me di cuenta que no sirves para mentir, tu boca te delata, siempre haces una mueca cuando mientes─ Intento animar David, cosa que resultó fallida, haciendo que Isabell llorase aún más.

─Ya no puedo más, quiero desaparecer, quiero irme ya no existir─ Isabell se aferró a David con un gran abrazo.

─No mereces nada de lo que te está pasando, no pienses en esas personas─ David acariciaba la espalda de Isabell y está solo lloraba en su hombro.

─Ya no más... Quiero irme, liberarme de una vez por todas de esto─ Confesó Isabell.

─Entonces yo te ayudaré, los dos nos iremos a un lugar lejano y yo estaré junto a ti─ David suavemente retiro el rostro de Isabell de su hombro y la miró directamente a los ojos.

Ojos color café claros, como una avellana e Isabell miraba los del Rey del Occidente, igual a los de ella con un brillo peculiar, está ya había parado su llanto y David con su dedo pulgar limpiaba la última lágrima que derramó.

─Yo seré quien de ahora en adelante te cuide...─ Ambos no resistieron más la tención que se formó entre ellos y se besaron como si no hubiese un mañana, por primera vez Isabell sentía "maripositas" por alguien más que no fuera Alexandro.

𝐃𝐄𝐒𝐀𝐅𝐈𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐀𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎Where stories live. Discover now