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La boda Real entre el Rey Alexandro primero y la nueva Reina de Nápoles Isabell de la honorable casa de Saboya, se celebraría en unos cuantos días.

一Aún no te das cuenta verdad, eres muy ingenua一 Sofía se burló.

一No me interesa saber si se siguen viendo o no... Tu no me interesas y el tampoco一 Isabell intento irse del lugar en el cual creyó que Ahmed la había citado para despedirse.

一No te ama... Y nunca lo hará一 Sofía la tomo del ante brazo para impedir que se fuese.

一Al contrario de ti, yo no necesito de un hombre para sentirme querida... 一 Isabell se quitó a Sofía de encima y fue a buscar a su amigo, quien se retiraba por cuestiones de Estado.

( . . . )

一Esta cosa aprieta一 Se quejo Isabell al sentir como le apretaban el corset.

一Es para que se corrija la postura y le entre el vestido一 Vanessa, la Reina del Occidente ánimo a quien se había convertido en su amiga en poco tiempo.

一Dile adiós a tus costillas一 Se burló Lilianne.

一Y el vestido pesa mucho, son como treinta capas de tela一 Volvió a quejarse Isabell.

一Comportate, en unos días serás Reina, Señora, Emperatriz, Gobernante y todos esos títulos, no será lo mismo ya vez a Alex, que no para con asuntos de Estado y campañas一 Dánae acomodaba la parte de la falda del vestido que portaba Isabell.

一Saben dónde está David, hace dos días no me dirige la palabra... Creo que se molestó conmigo一 Los celos de David no le dejaban en paz, al saber que la mujer que ama se estará cansando con uno de sus enemigos.

一¿Por qué será?一 Pregunto sarcásticamente Vanessa, quien ya conocía los sentimientos de su hermano por Isabell.

一La prueba del vestido terminó一 Informo la sastre que se encargaba de realizar el vestido de bodas de Isabell.

一Gracias al cielo一 Está no perdió el tiempo y se quitó todo, para después colocarse su propio vestido amplió y sin corset.

( . . . )

一¡Quédate quieto!一 Se quejo Sofía.

一Me estás asfixiando一 Renegó Alexandro.

一Solo es un broche... No te ahorca一 Hablo sería la princesa.

一Pero me pica一 Alexandro retiro las manos de Sofía de su cuello.

一Y luego dices que soy mala一 Sofía le entrego los dos anillos que había perdido Isabell.

一¿Dónde?一 Alexandro tomo ambos anillos, el de su padre se lo coloco y el de Isabell lo guardo.

一En los establos, fui a ver al caballo y me los encontré, tirados一 Explico.

一No se que haría sin ti一 Alexandro la abrazo fuertemente, ambos volvieron a lo de siempre, pero ahora a oscuras.

El ya no quería que Isabell se sintiera mal, pero tampoco quería alejarse de Sofía, así que decidió prestarle atención a ambas de diferente manera pero lo hacía.

一Mañana traerán tu abrigo一 La tristeza se hacía presente entre ambos.

一¿Por qué ella?一 Sofía se sentó en la cama de Alexandro.

一Ya te lo expliqué una y mil veces, Sofía no vengas tu también con lo mismo一 Sofía últimamente solo hablaba de su relación con Isabell o se comparaba cosa que le molestaba a este.

一¡Por que sigues tras ella, esta enferma y loca!一 cuestiono Sofia al emperador. 一Intento matarse一 volvió a hablar.

一Y es por eso que debo seguir tras ella, no solo será legitima esposa, también será la Reina de este pueblo y como yo soy el Rey, mi deber es mantenerme cerca de ella, de mi futura esposa一 acato el Rey hacia Sofia.

一Ademas me entere de todo, se que tu le dijiste toda la verdad, si no te amara, ahora misma estarías encerrada一 Alexandro levantó a Sofía de la cama sin hacerle daño, por todo el cariño que le sentía no podía hacerle nada, pero esa situación se estaba descontrolando poco a poco.

一No, tu no quieres matarme a demás de que no puedes hacerlo por qué por mi, tu reino y el mío no están en guerra, no te cases y seremos felices juntos一 suplico.

一No, esta vez hare las cosas bien, cumpliré las promesas que le hice a Isabell y se lo cumpliré a ella, no a otra mujer, además se te olvida que gracias a Isabell estas aquí... Y no es por ti que no estamos en guerra, es por tus padres.一 Alexandro saco a Sofía de su habitación y se sentó en la cama...

Sería esposo de Isabell, pero que pasaría si otra vez el destino le tiene una mala jugada... Esta vez no podrá desafiarlo y el ya temia lo que se avecinaba.

𝐃𝐄𝐒𝐀𝐅𝐈𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐀𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎Where stories live. Discover now