My Exception | J.Jungkook

01. La primera impresión.

"A veces la vida toma un giro inesperado en la dirección correcta"

La cálida brisa veraniega se cuela por mi ventana, y un pequeño rayo de sol choca contra mis parpados, logrando que apriete los ojos con fuerzas por la repentina intrusión de claridad. Me giré hacia el lado contrario de la ventana con la intención de seguir durmiendo, pero algo en mi cerebro gritó 'Alarma'.

Abrí los ojos de par en par.

¡Mierda!

Se supone que hoy es mi primer día de trabajo y me había quedado dormida.

¡Grandioso Hyerin!

Aún no creía que esto me estuviera sucediendo. ¿Cómo se me pudo olvidar poner la alarma de mi celular?. Algo tan sencillo como programar un estúpido aparato para que suene a la hora indicada. No podía quedar mal en mi primer día de trabajo. Mi madre siempre me dijo que la primera impresión es la que cuenta.

¿Pero de qué manera causaré una buena impresión si llego tarde a la primera cita?

Corriendo entré en el baño para tomar una ducha y alistarme como si mi vida dependiera de ello. Aunque si lo pienso bien, mi vida (literal) depende de que tan rápida sea para prepararme. No podía perder esta gran oportunidad, no después de pasarme meses buscando algún lugar para trabajar y no haber encontrado absolutamente nada. En estos tiempos, encontrar un trabajo en la ciudad es como encontrar una aguja en un pajar.

Me tomó solo quince minutos salir del baño y cinco para seleccionar la ropa que usaría, que no fue más que: un jean azul marino, una camisa blanca de mangas cortas y mis Vans. Los veranos en Seul suelen ser super intensos y el calor es muy sofocante. Además de que debía ir acorde con mi nuevo empleo, puesto que mi función seria nada más y nada menos que de niñera.

¡Una locura! Lo sé. No tenía nada de experiencia con los niños, pero esta oportunidad me cayó del cielo. Era una familia de la alta sociedad y el dinero que me ofrecían no daba cabida a las dudas. Lo necesitaba con urgencias pues no podía permitir que mi mejor amiga pagara sola los gastos del depa donde nos estábamos quedando.

Corriendo salí de mi habitación y entré en la cocina observando el rostro adormilado de Nara.

— ¿Cuál es la prisa? — me observó con el ceño fruncido mientras bebía de su taza blanca, la cual tenía grabado "Amo el sexo" en letra cursiva… Típico de Park Nara.

— Me quedé dormida y hoy es mi primer día en la mansión — hice una mueca con mi boca de disgusto.

— ¿No piensas desayunar?

— No me da tiempo — agarré una manzana del centro de mesa y pasé por su lado dejándole un beso en la frente — Vuelvo para la cena… ¿Saldrás hoy?

Se encogió de hombros y sonreí.

Nara amaba las fiestas tanto como yo amaba leer un buen libro. Éramos completamente diferentes, como el día y la noche, pero creo que es esa diferencia la que hacía que nuestra amistad fuese especial.

Crecimos juntas puesto que nuestras casas quedaban una al lado de la otra y desde que tengo uso de razón, ella ha sido mi mejor amiga. Nunca hemos tenido ningún problema a pesar de que discrepábamos en muchas cosas, como por ejemplo: mi estilo de vida… Nara decía que era tedioso y aburrido, y que necesitaba un poco de acción.

— Quizás quede con Minho — dijo observando cada paso que daba — Deberías venir con nosotros, te hace falta un poco de distracción.

Fruncí el ceño — No gracias, paso… Sabes que no me gustan las fiestas.