08. Sentimientos contradictorios.

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Es la quinta vez en el día que recorro la casa de extremo a extremo. No he podido encontrar al dichoso "Frodo" y ya estoy comenzando a impacientarme. Desde ayer, he estado buscando a la supuesta mascota de Sunhee y aún no ha dado señales de vida. Me pregunto si será verdad que el susodicho existe o solo lo hizo para mantenerme ocupada y alejada de ella.

Con un suspiro de frustración decido subir al segundo piso por tercera vez. Quizás pasé por alto alguna esquina o no busqué bien en la habitación de la pequeña, cosa que no creía posible porque hasta removí todo su closet virándolo al revés, provocando que me demorará casi una hora en volverlo a organizar.

Camino por el pasillo de las habitaciones observando cada rincón con detenimiento. El hecho de no saber que es exactamente lo que estoy buscando me hace sentir de alguna forma perdida. Sería más fácil si supiera que apariencia tiene el tal Frodo, podría ser un perrito, un hámster o quizás hasta un ratón de laboratorio. Conociendo a Sunhee, sé que suele ser un poco singular con sus gustos y eso de cierta manera me inquieta.

No suelo asustarme fácilmente, pero el desconocimiento es algo que sin dudas me aterra.

Esta parte de la casa acostumbra a permanecer tranquila, sin ruidos fuertes, ya que casi nadie transita mucho por aquí. Por lo que camino centrando mi sentido auditivo en cualquier sonido fuera de lo normal y es cuando la cerradura de una puerta me sobresalta al ser abierta abruptamente, dejando a la vista unos marcados pectorales.

Jungkook estaba ahí, de frente a mí. Vistiendo solo un pantalón de chándal gris, descalzo, con el torso descubierto mostrando su brazo lleno de tatuajes y una cara soñolienta, que de cierta manera lo hacía ver ¿adorable?.

Sacudí esos pensamientos de mi cabeza.

Él nunca podría ser adorable y lo corroboré cuando sus intensos ojos se posaron en mí. Su mirada se volvió oscura, frunció el ceño mientras su lengua jugaba con el piercing de su labio, el cual ni siquiera me había percatado que tenía.

Me quedé paralizada, mis ojos incapaces de separarse del cuerpo del castaño y mi corazón latiendo como loco desquiciado dentro de mi pecho. Mi boca se secó y mis piernas temblaron ligeramente.

Quería salir de ahí. Debía salir de ahí, pero mis estúpidos pies no cooperaban.

Ninguno de los dos decía nada, solamente nos mirábamos, creando una guerra entré nuestros ojos mientras el aire se cargaba de una tensión escalofriante. Nunca en mi vida había sentido algo así. Mi piel se erizó cuando una corriente recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, provocando, si es posible, que mi pulso se acelerara aún más. Mucho más.

Me sentí algo mareada por el calor que se formaba en mi interior y fue cuando las voces de dos personas provenientes de la escalera lograron ahuyentar un poco toda la tensión que se había generado en cuestiones de segundos. Los ojos oscuros de Jungkook por fin se apartaron de mí permitiéndome respirar profundamente y aproveché esa oportunidad para salir de aquí.

Di media vuelta tratando de escapar, pero sentí como una mano me agarraba por el brazo izquierdo mientras otra tapaba mi boca.

No supe como sucedió, pero en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba dentro de la habitación de Jungkook con la espalda pegada a la puerta y su cuerpo peligrosamente cerca del mío. Las voces que habíamos sentido antes pasaron por fuera de la habitación. Eran dos mujeres las cuales no pude identificar, sin embargo, estaba segura de que pertenecían al personal doméstico.

Alcé la vista observando el rostro de Jungkook a escasos centímetros del mío respirando pesadamente. Pude apreciar que tenía un pequeño lunar debajo de su labio inferior y una pequeña cicatriz en la mejilla izquierda. Sus cejas estaban ligeramente fruncidas dándole un toque intimidante, el flequillo corto cayendo sobre su frente y sus labios entreabiertos, luciendo húmedos y tan apetecibles que me hicieron tragar con fuerza.

My Exception | J.Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora