Parte 11

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Lamento la demora, mí musa se pegó el palo unas semanas jeje pero ahora volvió con otro capi. Acá les va...

Se detuvo al otro lado de la calle, sus ojos miraron a la gente que caminaba por en frente del restaurante, buscando a alguien en especial.

Lo encontró de pie cerca de las puertas, con los brazos cruzados sobre una camiseta azul, traía también una chaqueta gris desabrochada y un nuevo par de jeans azules.

Se había cambiado de ropa para esta 'cita'.

Su sonrisa se redujo y se miró a sí misma, notando que todavía estaba usando la misma ropa que antes y se mordió el labio, un poco avergonzada. Era demasiado tarde para cambiarse de ropa ahora y no podía simplemente darse la vuelta y alejarse de él así sin explicación.

De repente, sintió su mirada sobre él y miró en su dirección, sonriendo alegremente cuando la vio. Descruzó los brazos y la saludó con la mano, esperando a que ella caminara hacia él.

Él no parecía desconcertado ni ofendido o molesto porque ella todavía estaba usando lo mismo, así que se calmó. Su sonrisa amistosa regresó y rápidamente se dirigió hacia él.

—Hola, no tuviste que esperar mucho, ¿verdad?

—Para nada, gracias por venir —le abrió la puerta, dando un paso a un lado— ¿Entramos?

Se sintió halagada por su gentileza y entró al restaurante de comida rápida, seguida de su cita de esa noche.

Estaba a punto de caminar hacia el mostrador con él para ordenar, pero Blake la detuvo tomándola de la mano.

—Busquemos una mesa primero —sugirió.

Cuando ella asintió, él la guió -todavía sujetandola de la mano- hacia una mesa libre al lado de la ventana que tenía una linda vista de un parque al lado de la cuadra en la que se encontraban.

Soltó su mano y le acercó una silla.

Charlotte sintió que le ardían las mejillas. Aunque era independiente y autosuficiente, en el fondo seguía siendo una romántica y tenía que admitir que sus amables y dulces actos eran halagadores.

—Gracias —dijo sonriendo suavemente.

Él igualó su gesto de una manera menos tímida.

—¿Qué te gustaría pedir? Iré a buscarlo para los dos —ofreció.

Ella miró el tablero con los alimentos disponibles y después de decidirse, le dijo su pedido y él lo memorizó.

—Regresaré en un minuto —prometió, dándose la vuelta y caminando hacia el mostrador.

Ella miró su espalda en retirada, nuevamente reconfortada por su actitud y disposición.

Mientras tanto, Blake sudaba a lo loco. Él estaba asustado. Estaba más que asustado. Aterrorizado. No. No aterrorizado. Más bien nervioso e inquieto.

Había pasado un tiempo desde su última cita, y aunque esta no era una cita realmente, no pudo evitar sentirse inseguro de sí mismo. Esta no era una cita nocturna común con una chica bonita, ella era la chica que había estado invadiendo sus pensamientos durante meses y estaba seguro de que estaba enamorado de ella.

Un enorme enamoramiento.

Quería que esta noche transcurriera sin problemas, pero también quería que esta noche fuera maravillosa y que ella terminara queriendo encontrarse así con él en otro momento.

Y quizás también en muchas más ocasiones.

—Disculpa, chico.

La voz exasperada del cajero lo hizo volver a la realidad y le sonrió torpemente al sujeto.

Charlotte Mas UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora