Parte 1

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Damas y caballeros, ya sé que tengo otras historias en curso pero no pude conmigo y cedí a las ganas, así que aquí les traigo otra historia Chenry con la premisa de "relación fingida" pero diferente...ya verán, los dejo con el principio.

Era un lunes tranquilo en la biblioteca, y Charlotte se hallaba sentada en una de las mesas, rodeada de libros abiertos mientras escribía su tarea y movía la cabeza al ritmo de la música sonando en sus auriculares. Se hallaba sola porque aunque apreciaba a sus amigos, a veces podían ser un poco ruidosos, de todas formas, era sólo mencionar que iba a la biblioteca para que salieran con alguna excusa para no acompañarla.

Era una estrategia útil cuando quería disfrutar de un poco de soledad y quietud para estudiar.

Más su soledad se terminó cuando una persona tomó asiento frente a ella, dejando su mochila en el suelo y sacando sus propios materiales.

Al alzar la cabeza, se encontró con uno de los rompecorazones de la escuela, Blake Johnson, quien le sonrió con amabilidad y la saludó, pero más que eso no interactuaron, ambos ocupados con sus propios asuntos.

No era la primera vez que se sentaban juntos, esa mesa tenía una agradable vista al exterior, y era de los sitios más tranquilos. Así que ya se habían cruzado en varias ocasiones, además de que compartían algunas de sus clases y ella lo había ayudado con algunas asignaturas. Eso los había llevado a hablar mucho más que saludarse, intercambiar ideas o comentar cosas pequeñas de su día a día. Ella no lo acosaba como algunas chicas tal vez harían, y él no trataba de copiar su trabajo o molestarla sin razón, mayormente disfrutaban de su compañía en silencio y se consideraban buenos amigos.

Y ese día estaba siendo de la misma manera.

Hasta que una llamada a su celular interrumpió la quietud que reinaba.

Ella desconectó los auriculares y acercó el aparato a su oído al atender, levantándose de su asiento y alejándose un poco de la mesa para hablar.

—Hola Mamá.

—Cariño ¿cómo estás? —preguntó su madre del otro lado.

—Bien...eh ¿necesitas algo?

—Solo avisarte que la tía Gina vendrá a quedarse en casa esta semana por la boda de tu tío, no pudo conseguir un hotel donde quedarse —le anunció su mamá—. Llamó antes para avisarme que llegará el miércoles por la tarde, así que necesito que me ayudes a preparar la habitación de huéspedes para ella después de la escuela ¿Podrías pedir el día libre en tu lugar de trabajo para volver temprano a casa? —preguntó su mamá.

Sin que ella lo supiera, su compañero de estudio de cabello oscuro estaba escuchando su conversación, ya que estaba todavía a rango de audición, y la miró, notando cómo se le arrugaban la frente y la nariz ante lo que fuera que le decía su madre. No parecía algo que le gustara, por su expresión un poco molesta. Siguió con sus propios asuntos, pero no pudo evitar echarle un vistazo de vez en cuando.

Por su parte, Charlotte se encontró en una encrucijada. Por un lado, amaba a su tía por parte de su mamá, era divertida, dulce y siempre daba los mejores regalos. Por otro lado, ella era el tipo de tía que creía que debía ayudarla a conseguir novio. Siempre le preguntaba si ya había conseguido uno, qué chico le gustaba, a quién encontraba atractivo... era lindo tener otra mujer con quien hablar de cosas de chicas, pero a veces su tía se volvía... insoportable. Sabía que su tía solo se preocupaba por ella y quería que fuera feliz y se divirtiera en su adolescencia, pero llegó un punto en el que la hizo sentir que no era lo suficientemente buena. "Sonríe más", "usa faldas más cortas", "¿no tienes tacones altos?", "Deberías ponerte más maquillaje..."

Charlotte Mas UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora