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Winstor, Inglaterra
13 de septiembre
*Suena el celular de Maddie*
- mmm... - Madison se quejó dormida.
La joven agarró su móvil y con los ojos entre cerrados atendió la llamada.
- ¿quién es? – preguntó.
- Quien más si no soy yo estúpida – dijo Bruno burlándose.
- Es muy temprano para esto, ¿Qué quieres?
- ¿Temprano? Niña ya son las 7:30, ¿dónde están?
- JA, JA, JA que gracioso, si el despertador todavía no ha sonado, no voy a caer otra vez – advirtió la chica.
- pues perdóname por las anteriores, pero esta vez no es broma querida - *suena la campana* - Ya comenzó la primera clase y tuvimos que hacer la entrada triunfal Thomas, Dante y yo, ¡solos!, ¡porque las niñas se fueron de fiesta un día antes de que comience el año escolar!
- ¡¿Qué?! – Maddie cortó la llamada y se dirigió hacia la habitación de su hermana-. ¡Emma levántate que llegamos tarde!
- No jodas Madison, hace mucho frio, no quiero – contestó.
Maddie recogió una almohadilla del suelo y se la lanzó a su hermana.
- Voy a preparar los cafés, cámbiate y baja las mochilas – Madison se dirigió a la cocina y encendió la cafetera.
Las Rickman eran más que hermanas, eran amigas, se apoyaron desde chicas y aprendieron a cuidarse una a la otra.
Desde niñas sus padres fueron muy ausentes en sus vidas, prácticamente las veían 2 veces al mes, así que ellas se criaron una a la otra y aprendieron a enfrentar la vida de una manera muy ruda.
A veces era difícil de comprenderlas y descifrarlas ya que siempre fueron muy reservadas con su entorno, pero, al mismo tiempo, eran las chicas más populares de la preparatoria Hambleth así que sus vidas, amoríos y polémicas siempre terminaban en la boca de todos, cosa que a ninguna le agradaba mucho, pero que más daba, debían vivir con ello, al fin y al cabo, ellas, Dante Miller, Bruno Richards y Thomas Fiore dominaban la preparatoria.
- ¿Entramos? – le preguntó Madison a Emma en un tono dudoso.
- Qué más da Maddie, entremos.
Emma tocó la puerta de la Srt. Pérez, la profesora de historia.
- Disculpe profesora, tuvimos un inconveniente con el coche – soltó Emma -. ¿Podemos pasar?
Entre la multitud de la clase expectante a la situación, Maddie vio a sus amigos, Bruno y Dante, quienes estaban burlándose de ese momento vergonzoso.
Emma los fulminó con la mirada.
La profesora dejó que las chicas ingresen al salón con una condición, una de ellas debía acompañar a Thomas a darle el recorrido a dos estudiantes que ingresaban hoy.
- Vas a tener que ir tu Emma, yo debo ponerme al día – dijo Maddie preocupaba porque se perdió la mitad de la primera clase.
- Está bien... pero me debes una – amenazó Emma –. Vamos Thomas, a darle el estúpido recorrido a los nuevos.
Emma no entendía porque en Hambleth seguían haciendo recorridos a los nuevos, ¿no se supone que están grandes para esto?, la chica no comprendía a los adultos, decían que los jóvenes estaban grandes para muchísimas cosas, como divertirse, hacer tonterías y recibir cariño de sus padres, pero a la vez les decían que estaban muy jóvenes para beber, fumar y vivir solos, y, al mismo tiempo, los adultos obligaban a sus hijos a decidir su futuro a los 17 años. En fin, Emma creía que la adolescencia y los padres apestaban.
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SIN NOMBRE
Teen FictionCuatro muertes Tres engaños Dos asesinos Un grupo de amigos Una historia llena de secretos, fiestas, drogas, guerras y amoríos. Winstor no estará en calma por un largo tiempo.