Capítulo 2 - Vesperi

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*Jeannette*

No puedo dormir...

El sonido de un gato cruzando el tejado me despertó con un fuerte dolor de cabeza. Pensé que si dormía, al despertar ya no sentiría el dolor pero me doy cuenta de que no es así, por el contrario el dolor ha empeorado, llevo mis manos a mi cabeza, sosteniéndola y apretándola con fuerza como si eso me ayudase a mejorar un poco.

<<Pero... ¿Qué me pasa? Nunca tuve un dolor de cabeza tan fuerte como este>>

Doy vueltas en mi cama presa del dolor.

–Jean –Escucho a alguien llamándome.

– ¿Q-Quién está ahí? –Mi voz se quiebra al principio, el dolor es demasiado e intento no cerrar los ojos.

–Vamos, llegaremos tarde –Risas infantiles llenan mis oídos.

De repente, todo se hace negro y una sensación de estar cayendo me acompaña, sin embargo,  no tengo la fuerza suficiente para abrir los ojos.

Al fin lo logro y la claridad del lugar me toma por sorpresa, paredes blancas y una fuerte luz del mismo tono me rodean, sobo mis ojos con la parte posterior de mi mano, parpadeo varias veces hasta acostumbrarme a la luz.

–Jean –Llaman a la pequeña niña que yace dormida, su cabello carmesí se esparce por la almohada–. Vamos, llegaremos tarde si no despiertas –Veo como mueven el hombro de la pequeña y poco a poco abre los ojos, son de un tono verde, el azul decora los bordes y una pequeña pinta de café en el centro, mezclándose entre sí.

Hay una persona junto a ella, la cual no logro reconocer, solo puedo ver sus ojos, negros y profundos, y escuchar su voz: es la voz de un hombre, ronca y gruesa, por alguna razón, me siento segura al escucharla y la pequeña ríe.

–Ya voy señor vampiro –Dice la pequeña entre risas mientras se sienta.

– ¿Señor vampiro? –Pregunta aquel hombre– ¿De dónde sacas esas cosas niña?

–Siempre vistes de negro y te ocultas en la oscuridad, para mí eres un vampiro –La niña se pone sus zapatitos y seguido a eso se para, caminando a la puerta.

–Niña –Llama el hombre y la pequeña se da la vuelta para mirarlo–, prométeme que intentarás recordar –La niña ladea un poco su cabeza, al parecer confundida.

– ¿Recordar qué?

–Los primeros seis años de tu vida –Responde aquel hombre.

–Lo prometo –Una sonrisa decora la cara de la niña.

–Feliz cumpleaños número seis pequeña Jeannette –Eso me deja helada, la niña corre y abraza al hombre con fuerza, entonces logro ver todo con mayor claridad, esa niña soy yo, esto es un recuerdo, el primero que he tenido en años.

La habitación se distorsiona y el dolor de cabeza regresa, me agacho con las manos en mi cabeza mientras un grito sale de mi garganta, siento como el dolor desaparece poco a poco, levanto mi vista y ya no estoy en la misma habitación, ahora estoy en una especie de sótano. Una silla de madera desgastada está en el centro, rodeada de cadenas, armas y herramientas que parecen de tortura, veo a la niña de antes –La cual ahora sé que soy yo– entrar de la mano del hombre.

–Hola pequeña –Saluda otro hombre desde la oscuridad que le brindan los estantes de armas–, hoy tienes que olvidar todo esto querida, quise protegerte de este mundo pero terminaste aquí conmigo, promete que olvidaras esto Jeannette.

Siguiendo Tu RastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora