Capítulo 7 - Lepus

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*Jeannette*

–Así que tienes una cita –Digo a la chica frente a mí, mientras blandía el libro en sus manos cual bandera.

–Intenta al menos emocionarte un poco Jean, es mi primera cita y necesito tu ayuda –Contesta nerviosa y yo solo ruedo mis ojos, negando con una sonrisa.

–Emma, de verdad no entiendo por qué estás tan nerviosa, es solo una cita –No logro entender su comportamiento, está demasiado nerviosa.

–Jean, querida Jeannette –Dice como si le hablara a una pequeña niña que no es capaz de comprender su situación–. Es la primera cita a la que voy sola, lo conozco hace algunos años pero siempre iba con alguien.

–No iré contigo, tengo cosas que hacer.

– ¿"Cosas que hacer"? Por favor Jeannette, te la pasas sola en casa haciendo quién sabe qué o durmiendo, acompáñame ¿Sí?

–Bueno, tengo cosas que hacer, lo siento Em, no puedo ir contigo.

–Pero Jean...

–No puedo Em, la verdad no entiendo tu nerviosismo, solo tienes que ir y cumplir con tu cita en el consultorio del doctor Maison, la única diferencia es que vas a ir sola esta vez –Así es, todo este alboroto era causado porque es la primera vez que mi querida y misteriosa amiga Em va sola a una cita médica.

Además, su cita es con nadie más que el doctor Maison, el médico más joven del pueblo, su padre –quien se llamaba Meison por cierto– fue su mentor y maestro, heredándole su legado antes de retirarse para gozar de las maravillas de su vejez –lo cual significaba pasar el día en su cabaña a las afueras del pueblo, tomando café mientras leía el periódico en una silla mecedora, muy típico hasta para él pero pues cada quien ¿no?–, en fin, mi amiga hace algunos años tuvo un crush con quien ahora era su médico, según ella ya lo había superado pero me pregunto qué tan cierto es eso ahora.

–Jean no puedes dejarme sola con él, a lo mejor me pregunta cómo estoy y digo algo como "No tan buena como tú, digo: No tan bien cómo tú... creo" –Objetó ella provocando que una ligera risa saliera de mis labios.

–Por Dios Em –Dije negando–, ya has hablado con él antes y nunca ha pasado algo cómo eso.

–Bueno, tal vez hoy sea el día –Habló con una sonrisa como si estuviese orgullosa de ello.

–Em...

–Ok, entiendo –Dijo finalmente–, no insistiré más así que me voy –Dejó el libro en uno de mis estantes, junto a los demás y se dirigió a la puerta de mi habitación lista para irse.

–Lo siento.

–Está bien, estás ocupada y lo entiendo –Pronunció justo antes de salir y cerrar la puerta tras ella, solté un suspiro cansada de esta situación, no sé cuánto decir frente a ella, actuar normal estando juntas es cada vez más difícil.

***

–...Y así es como se atrapa un conejo sin trampas –Dijo Kaleb finalizando su explicación, en mi vida había cazado un conejo, algunas veces mi padre lo hacía pero siempre llevaba una o dos trampas con él, la manera que me explicaba Kaleb ahora era totalmente nueva para mí.

–Claro –No estaba muy convencida de poder lograrlo–, y dices que esto me va a servir para...

–Mejorar tu agilidad –Concluyó él como si fuera lo más obvio–, además de tu coordinación, flexibilidad y la fuerza de tu brazo –Continuó y yo solo asentía a sus palabras.

–No sé si pueda lograrlo, el solo pensar en lastimar un conejo es tan...

– ¿Emocionante? –Intentó adivinar, generando que lo mirara un tanto extrañada.

Siguiendo Tu RastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora