Siguiendo Tu Rastro

Capítulo 11 - Cohors

*Narrador Omnisciente*

Jeannette podría parecer una chica fuerte y segura de sí misma, sin embargo, estaba tan quebrantada que el más mínimo roce podría dañarla de nuevo. El impacto de ver a su padre fue inmenso, nunca se imaginó que lo vería de nuevo o por lo menos no en esas circunstancias; nunca esperó que el funeral de su madre terminara de esta manera, con su padre en el sótano y ella temblando en brazos de Kaleb debido a la impresión. La pelirroja se había preparado mentalmente para enfrentar a su padre, pero eso no impedía que la conmoción llegara. Toda esta situación se había convertido en una catarsis que desencadenaría sus más profundos recuerdos, así como el origen que ella había tenido o la manera en que conoció a Emma... la verdadera Emma, aquella niña a la que Autumn había intentado matar en su momento, la misma a la que ella protegió incluso arriesgando su propia vida, esa que había clavado un puñal en su espalda años después al asesinar a su madre.

El mundo parecía dar vueltas ante los ojos de Jeannette que continuaba siendo sostenida por Kaleb, fue hasta que escucharon pasos en las escaleras que logró estabilizarse, tomó una profunda respiración antes de calmarse por completo, sin embargo, una leve punzada en su cabeza empezaba a instalarse, producto del caos que era ésta misma.

El cerrojo soltó un <<clic>> al mismo tiempo en que la puerta se abría, revelando la figura de un hombre con cabellos tan oscuros como la noche y unos ojos que lucían desesperados, sin embargo, en el fondo de estos podría notarse un toque de cansancio y agotamiento. Sin decir una palabra, los jóvenes se dirigieron al centro de la cabaña donde una pequeña sala de estar los esperaba. Muebles de aspecto rústico decoraban el lugar, al igual que las telarañas y el polvo que parecían haber estado allí desde hace mucho tiempo, sin embargo, había tres sillas ubicadas alrededor de una pequeña mesa en el centro de la sala. Si bien la cabaña estaba deshabitada, los muebles se conservaban en perfectas condiciones y Kaleb se había tomado las molestias necesarias como para preparar todo esa misma mañana. Patrick los siguió a través de la cabaña hasta ese lugar; Kaleb fue el primero en sentarse, seguido de Jeannette a su derecha, dejando a Patrick con la única opción de sentarse frente a ellos y así lo hizo, no sin antes tener un "cara a cara" con la ardilla que lo observaba desde la mesa al mismo tiempo en que un rayo caía en la lejanía, iluminando el lugar.

Luego de tomar sus lugares, fue Jeannette quien decidió romper el silencio:

–Hay muchas cosas que me gustaría preguntar ahora –Dijo demandante–, sin embargo, no estamos aquí para adelantar agenda precisamente.

El capitán solo asentía ante sus palabras, desviando la mirada al suelo, tal vez, solo tal vez estaba pensando en cómo sería su vida si no hubiese accedido a irse, si en lugar de huir a Salcaia elegía quedarse con los Gangs –la pandilla a la que había pertenecido casi toda su vida– o si en lugar de irse y esconderse como un cobarde, elegía luchar por su familia, sin embargo, ya no era nada más que eso, un simple "tal vez". Las decisiones habían sido tomadas y los actos fueron interpretados, no lograría cambiar el pasado con el pensamiento de un << ¿Y sí...?>> lo único que podía hacer ahora era intentar cambiar su futuro, ya había perdido a su esposa, a la persona que más había llegado a amar en el mundo, lo único que le quedaba era luchar y proteger su futuro de ahora en más, uno en el que Jeannette estuviera presente, uno en el que lograra acercarse a su hija y verla sonreír, disfrutar de lo que gusta, un mundo en donde la sangre y la venganza no sean algo necesario en su familia. Sabía que era imposible que eso desapareciera por completo del mundo, pero aun así, albergaba la esperanza de vivir en paz con su familia.

–Comprendo que estés enojada conmigo Jeannette, así que responderé lo que sea que tengas para preguntar –Dijo el capitán en un hilo de voz, deseando poder reivindicarse ante su hija de alguna manera.