Capítulo 6 - Tenebris

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*Kaleb*

Con pasos rápidos me alejé de Jeannette mientras escuchaba cómo me llamaba e intentaba seguir mis pasos. No quería seguir hablando con ella, ya que, hacerlo me provoca esa sensación, ese deseo de protegerla y no sé qué tiene esa chica para generarme aquello pero no me gusta que me haga sentir así. <<En un momento de descuido le dije que me importa>> Me digo a mí mismo en lo que camino entre los árboles ignorando sus llamados.

<<Regresa a casa Jeannette>> Pienso en cuanto logro alejarme lo suficiente de su voz y salgo del bosque.

Ajusto mi gabardina negra antes de esconder mis manos en los bolsillos de esta. Las hojas secas en la calle crujen bajo la suela de mis botas en cuanto paso sobre ellas, camino entre las calles abarrotadas de gente a esta hora del día mientras el sol golpeaba fuerte en mi rostro, pequeñas gotas de sudor empezaban a descender por mi frente. Luego de un rato logro vislumbrar la fuente central del pueblo y me desvío entrando en uno de los callejones, es frío y húmedo, el cual calma un poco el calor de hace un momento. Saco mis manos de los bolsillos mientras me acerco a la segunda puerta del lado izquierdo, rebuscando un poco entre mis bolsillos saco la llave para llevarla a la cerradura, un <<Clic>> se escucha en cuanto se abre la puerta, entro con cuidado, cerrándola tras de mi para luego quitarme la gabardina dejándola colgada junto a la puerta, una vez dentro miro a mi alrededor, siempre lo mismo.

El interior del lugar no tenía muchas cosas, una pequeña mesa con cuatro sillas alrededor era el comedor, una silla mecedora, algunos estantes con libros y un destartalado escritorio repleto de papeles hacían de muebles. Las paredes estaban cubiertas de fotografías, documentos y archivos que me dieran una pista de mi padre o al menos del padre de Jeannette, conectado por hilos rojos y notas, todos llevando al mismo punto de inicio: el bosque que limitaba entre Salcaia y Helmarng: El bosque Laibrecoend

Este bosque podía ser tan hermoso de día cómo tenebroso de noche, durante el día, el sol iluminaba sus hermosos tonos verdes, ramas, rocas y unas cuantas lianas colgando desde las alturas hacían que su paisaje fuese hermoso, sin embargo, en cuanto anochecía, el canto de los pájaros era reemplazado por la ululación de los búhos y sonidos extraños producidos por las diferentes criaturas que habitan allí y salen de noche. Los tonos verdes cambiaban ante la luz de la luna, el negro y la penumbra dominaban el ambiente. Existen diferentes zonas "no exploradas" en el bosque, ya que nadie es capaz de explorarlo solo en la noche y quienes se han atrevido a hacerlo una vez que entran no vuelven a ser vistos; el bosque oculta uno de esos tantos secretos que busco descifrar pero para eso necesito a Jeannette conmigo, si es verdad que su padre se oculta allí, ella es la única que podría salir bien librada.

Caminé un poco más hasta llegar a la puerta que llevaba a mi habitación, adentro la cama se veía realmente cómoda y mullida, a su lado una pequeña mesa de noche con una lámpara y algunos libros sobre esta, me senté al borde de la cama, quitando mis botas para luego estirarme y dejarme caer en esta con un suspiro, acomodándome en la almohada, tenía tantas cosas en la cabeza... pero todo me llevaba a algo o alguien: Jeannette. Seguía sin comprender como esa chica que se veía tan inocente a primera vista podría siquiera sostener un cuchillo contra alguien más y torturarlos hasta la muerte siendo ella tan pequeña, además si era capaz de hacer esas cosas, también debería ser capaz de defenderse pero eso puede ser parte de los recuerdos que su mente bloqueó, una de las razones por las que me acerco a ella es para intentar recuperar alguno de sus recuerdos, buscar algo en su mente que pueda darnos una pista sobre nuestros padres.

***

<<Nunca dejo atrás a quienes me importan>> Las palabras que le dije a Jean han estado repitiéndose una y otra vez en mi mente durante todo el día, no sé cómo acercarme a ella, era una niña cuando todo esto empezó y mientras ella mataba como pan de cada día, yo por mi parte debía cuidar a mi madre mientras intentaba entrenar por mi cuenta, algunas veces damos algo por sentado y en cuanto se va ya no tenemos idea de cómo debemos continuar; con mi madre pasamos muchas necesidades, algunas veces ella se acostaba sin comer para poder alimentarme, otras veces ninguno de los dos podría probar bocado durante el día, algunas veces llegué a decirle que me iría de casa y buscaría algún trabajo pero ella nunca me dejó, decía que debía concentrar en aprender cosas y crecer sanamente.

Siguiendo Tu RastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora