Capítulo 13 - Contritos Corte

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*Autumn*

¿Envidia? Tal vez, aunque en realidad prefiero llamarlo "azares del destino". El destino puede ser una cosa cruel y retorcida que juega bien para algunos y mal para otros, puede causar una gran fortuna o desgracias en un abrir y cerrar de ojos. Pero siempre va a depender de nosotros mismos el obedecer o contradecir lo que el destino tiene para nosotros. Sin embargo, no todas las personas tienen el suficiente carácter para imponerse ante el destino; tal es el caso de mi querida hija, ella es como un pequeño vaso con agua, deja que el destino vaya llenándola poco a poco, imponiéndole cosas que ella a lo mejor no desea pero no va a ser capaz de imponerse ante este, ya que por más que viertan agua en ella, jamás va a desbordarse porque está rota, tiene un enorme agujero por el cual se filtra el agua de manera casi imperceptible. Eso es lo que la hace débil de carácter pero fuerte ante las circunstancias, lo que la convierte en una excelente arma para mí.

Emma es una de las menores preocupaciones que tengo ahora, esa chiquilla solo hace lo que se le pide. Tal vez nuestro primer encuentro no fue de su total agrado, pero debía romperla de alguna forma para poder acceder a ese filo que había en ella, ese que utilizaré cuando llegue el momento oportuno. Por ahora, Patrick ha empezado a dudar de mí y hace un tiempo que le perdí el rastro a Kaleb, lo cual es un tanto preocupante, ya que la última vez que supe de él estaba por reunirse con Jeannette, esa pequeña y escurridiza pelirroja que una vez pensé en convertir en mi arma pero ahora se ha convertido en la causa de mis problemas.

Tenía todo planeado: Utilizar a Emma, alejar a Kaleb y deshacerme de Patrick en el momento justo, utilizando la destreza de Emma para ocultar evidencias. Pero lo que un principio pudo parecer simple, se estaba tornando mucho más complicado de lo que esperaba. El hecho de que Jeannette recordara su pasado implicaba que también iba a recordarme y no se detendría hasta poner fin a todo esto, pues era tan testaruda como su padre cuando de un caso y justicia se trataba.

¿Cuándo inició todo esto? Fue hace muchos años, cuando tenía unos 14 o 15 años. Mi madre era una mujer pobre que vendía verduras a las afueras de un pueblo, nunca supe nada de mi padre... la economía de aquel pueblo estaba cada vez peor y un día, llegó un grupo de hombres que destruían todo a su paso. Poco a poco los puestos fueron aplastados y destrozados, las verduras machacadas y las personas expulsadas. "L'ordre" así era como se hacían llamar, ellos imponían respeto a través del miedo, quitaban el dinero a los mercaderes y las provisiones a los viajeros, la única manera que tenías de vivir en paz era formando parte de su grupo. Fue así como a los 15 años me uní a ellos, temeroso y cobarde pero lo suficientemente fuerte como para cumplir con sus pedidos. Poco a poco fueron tomando aún más territorio y con ello aumentaban cada vez más su poder.

En tan solo unos meses, más de la mitad del pueblo estaba bajo nuestro mando, ese era nuestro territorio... pero el trato que recibían las personas era inhumano, asesinaban, torturaban, humillaban y demacraban a todos aquellos que se opusieran a sus palabras. Como un chico de 15 años, no podía hacer mucho más que observar a los verdugos y en ocasiones, convertirme en uno de ellos mientras pedía perdón en mi mente a aquellas personas que ningún mal habían hecho. Cuando cumplí 16 años, me había acostumbrado tanto a la situación que había dejado de sentir, ya que aún si la tuviera, no podía hacer mucho por aquellas personas que suplicaban piedad a nuestros pies o al menos eso pensaba hasta que un día mientras caminaba por el bosque intentando olvidar los gritos de un hombre que gritaba pidiendo clemencia por su hija, conocí a aquel chico que cambiaría el rumbo de mi vida:

*Flashback*

Sentado sobre una roca en medio del bosque estaba aquel chico, observando su reflejo en el agua del lago que adornaba el lugar, su cabello negro brillaba bajo la luz del sol y la brisa hacía que su cabello y su ropa holgada se mecieran con el viento.

Siguiendo Tu RastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora