En la Oscuridad...

En el bosque...

Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Solamente porque no te atreves, quieres y no puedes, vaya plan. Otra noche solitaria con la historia preparada, sin que te decidas a llamar. Cuantas cartas hay amontonadas, que jamás te atreves a enviar. Las dos cuadras que separan su ventana de tu casa, son un mar infranqueable... — Díselo con flores, Fey.

La peliazul se maldijo cuando casi tropieza en ese accidentado suelo de la montaña Paoz.
— Maldita sea solo a mí se me ocurre venir con este traje y en zapatillas altas, ¡Ash!

Ella sabía por qué había elegido ese disfraz, porque su precioso cuerpo se veía obscenamente sugerente en un entallado leotardo negro, unas medias de cuadros negras que resultaban sus blanquecinos muslos. Esa colita blanca arriba de su trasero llevaba a los hombres a mirarla si que pudieran evitarlo y esas orejas la hacían ver adorable y apetecible.

Sabía que que ese disfraz era provocador y por lo mismo lo escogió, no pensando en nadie más que en ese rudo guerrero con el que había soñado las últimas noches. El mismo que venía a su mente cada que se daba placer, Justo antes de dormir.

Bulma iba caminando cuidando de no doblarse el tobillo. Cuando Milk la había invitado, también le
indicó dónde debía de aterrizar, no era tan lejos de la casa, pero la pelinegra y Goku se habían esmerado haciendo un camino en el bosque, muy bien decorado con motivos de Halloween y ella no se había podido resistir a admirarlo.

Ahora iba por ese sendero sinuoso, que tenía calabazas y velas a los costados, así como arreglos florales y otro tipo de adornos, un poco tétrico pero divertido. A cualquier otra mujer ese camino en el bosque en una noche sin luna la habría intimidado.

A cualquier mujer menos a ella, quién iba bastante emocionada, esa tarde Yamcha le había hablado para ver si podrían llegar juntos, pero ella lo rechazó.

— Veamos si ese cabeza dura de Vegeta, si se le ocurre venir.

Conforme habían pasado las horas, se sentía cada vez menos segura de enfrentar a Yamcha y no porque siguiera teniendo sentimientos por él, pero sabía que el Lobo del desierto no se rendiría fácilmente ni captaría la indirecta rápidamente.

Habían pasado demasiados años juntos, y habían terminado y regresado muchas veces en ese tiempo, por tanto ella sabía que él esperaba que esta fuera otra separación temporal que un par de rosas y unas cuantas citas con la peliazul  podrían arreglar.

En cambio para ella era el fin de una era, y así quería dejarlo en claro, sin embargo conociendo lo terco y persistente que su ex novio podría ser, había intentando en un acto desesperado que el saiyan asistiera también a la fiesta, de esa forma no estaría tan sola y expuesta.

Suspiró resignada — Dudo mucho que ese bruto venga... — Miró lo que quedaba de recorrido, — Debí llegar antes— se quejó al imaginar que tendría que caminar todo eso ella sola.

— Solo espero que ese tonto no se haya atrevido a traer a una de sus bobas fans con él.

De pronto escuchó algunos ruidos fuera del camino, pero sus pensamientos eran más interesantes, decidió no prestar mayor atención.

Se puso a pensar quién más iría, —seguramente Krillin y el maestro roshi estarán ahí, ¿Será que Piccoro asista?— La peliazul dudaba que ese tipo fuera, si bien su relación con Goku había mutado y ahora eran más compañeros de entrenamiento, mucho se debía al tiempo que el namek cuidó de Gohan, cuando esperaban que los saiyans llegaran a invadir la tierra.

«¡Wow! ¡Cómo han cambiado las cosas!»

Ensimismada pensaba, hubo un tiempo que para ella, el namek representaba al mismísimo demonio, había sido un enemigo encarnizado de Gokú, y ahora...