Desde que Lan Yuan aprendió a caminar por sí solo, todo había sido más caótico. Ya no había quién lo parara, solía estar de un lado a otro, como un pollito detrás de su mamá gallina, siguiendo a Wei Ying a donde quiera que vaya. Pero un día, luego de regresar del centro infantil, Wei Ying notó que su hijo parecía apagado y callado, lo había visto estornudar y toser, y poco después descubrió que tenía una leve fiebre cuando lo tomó en sus brazos y se durmió de inmediato. Cuando llegó a su casa, acomodó a su pequeño en la cuna y se apresuró a traer paños y agua para bajar la fiebre, su hijo se despertó cuando sintió el frío de los trapos en su frente, miró a su padre y alzó sus manos pidiendo ser sujetado por los brazos del omega. Wei Ying sonrió y no lo hizo esperar, alzándolo y abrazándolo de forma protectora, expulsando sus feromonas para hacer sentir mejor a su pequeño bebé.
—Mamá, teta... —susurró, mirando directamente al pecho de Wei Wuxian.
El omega sabía que nada era mejor que la leche materna para mantener fuerte a su hijo, además que había escuchado que su cuerpo podía cambiar los componentes de la leche cuando el bebé necesitaba recuperarse de algún mal. Así que juntos cayeron en la cama, Wei Ying desabotonando su camisa y dejando al alcance uno de sus pezones para su hijo.
Lan Yuan chupó rápidamente, haciendo ruidos por la succión, estaba hambriento y un poco adormilado, sin embargo, parecía que el hambre era más fuerte que su sueño, por lo que aún cuando ya sus ojos se encontraban cerrados, su boca aún seguía prendida del pecho de su mamá, comiendo.Poco después, su hijo se dejó caer en el sueño y Wei Wuxian aprovechó para levantarse y prepararse algo para comer. Su alfa llegaría más tarde de la oficina, en el tiempo en que lo esperaba, haría su trabajo, tomaría una ducha, cuidaría de su hijo y luego haría algo en la cena. Aunque Lan Zhan a veces prefería cocinar él la mayoría de veces cuando llegaba.
Luego de haber calentado y comido la comida que había sobrado el día anterior, tomó su laptop y se sentó al lado de su hijo, verificando que estuviera bien de vez en cuando, mientras planificaba la clase del siguiente día. Unas horas después, se levantó para tomar una ducha, primero se aseguró que la fiebre no hubiese subido o si mejor, hubiese bajado, notó que había bajado y que el sueño parecía profundo, por lo que se alivió bastante y se retiró hacia el baño.
Se encontraba enjabonando su cabello cuando escuchó el llanto de su hijo y se apresuró a enguagarse primero su cuerpo, pero cuando estuvo por quitar la espuma de su cabeza, escuchó demasiado cerca a su hijo, entonces retiró la cortina y vio a su pequeño entrando, viniendo hacia él.
—¡A-Yuan! Quédate allí, ya salgo. —le dijo, pero su hijo solamente se acercaba más y más, llorando fuertemente.
—¡Mamá!
—Aiyah, A-Yuan, está bien, está bien, ya salgo. —hizo un puchero, y tomó su bata de baño y una toalla al ver que su hijo sostenía la cortina y la jalaba.
Soltó un suspiro, envolviendo su cabello aún jabonado en una toalla, luego secó rápidamente su cuerpo y se puso su bata. Su hijo seguía llorando, por lo que lo alzó y limpio sus mocos y lágrimas con papel de baño y lo llevó de regreso a la cama.
—Bebé, ¿qué pasa? Tú no lloras tanto, ¿te duele algo, mi amor? —preguntó con preocupación, dejando que su hijo abriera su bata y tomara de nuevo su pecho.
Suspiró de nuevo, aliviado por sentir que su hijo se calmaba y se acomodaba de nuevo para dormir. Antes de permitirlo, primero le cambió los pañales sucios por unos limpios y sólo así le permitió que descansara. Al cabo de un tiempo, todo había quedado en silencio, tanta tranquilidad que Wei Ying se sintió adormilado, y aunque luchó con todas sus fuerzas por mantenerse despierto, no lo logró, acompañando al mundo de los sueños a su pequeño cachorro.
Lan Wangji llegó minutos más tarde, su tío le había permitido salir temprano para ir a ver a su hijo, ya que su omega le había dicho que su pequeño se encontraba un poco enfermo. El alfa entró a la casa y se extrañó por el silencio del lugar, dejó sus cosas en el sillón de la sala y caminó hacia el dormitorio en dónde encontró a sus dos grandes amores durmiendo en completa calma. Lo raro fue ver a su esposo desnudo, con solo una bata y una toalla cubriendo su cuerpo. Se acercó hasta poder mirar a su bebé y tocar su frente y mejillas, aquellas que estaban calientes por la fiebre.
—Wei Ying. —llamó, sacudiéndolo para que despertara.
—¿Mnm? ¿Amor? —murmuró, abriendo sus ojos con pesadez. —¡Oh, cielos! ¿Qué hora es? ¿Cuánto dormí? —se sentó, mirando hacia las ventanas.
—Tranquilo, llegué temprano.
—Oh, que bueno, pensaba cocinar para ti y no me perdonaría si tu llegabas y no había nada de cenar.
—No es problema para mí, puedo cocinar yo.
—Lo sé, pero hoy quería preparar una receta que shijie me dio.
Lan Zhan dejó un beso en los labios de su amor y acomodó su bata, cubriendo el pecho desnudo. —Cámbiate, podrías contraer un resfriado.
Wei Ying al darse cuenta de cómo estaba, se sonrojó y desvió la mirada, se había acordado por qué se encontraba desnudo en primer lugar.
—¿Qué pasa? —preguntó el alfa.
—Aiyah, mi cabello debe estar todo tieso. —se quejó. —A-Yuan comenzó a llorar mientras me bañaba, tuve que salir antes de terminar, así que mi cabello sigue de shampoo y por si fuera poco, me dormí, ah, Lan Zhan, que desastre.
Lan Zhan esbozó una sonrisa y suspiró, besando de nuevo a su pareja. —Ve a bañarte, yo cuidaré de A-Yuan. Al parecer debemos ir con Wen Qing.
Su omega se tensó y miró a su hijo, con su mano palpó su frente y se dio cuenta que la temperatura había vuelto. Se mordió su labio y miró a su esposo, pidiendo disculpas en silencio, pero Lan Wangji negó y lo abrazó, rodeando a los tres con su aroma.
Wei Ying decidió irse a la ducha y terminar con su baño mientras Lan Zhan alistaba cosas para el bebé. Tan solo unos minutos bastó y los tres se dirigieron hacia el vehículo del omgega, quien decidió sentarse de copiloto y dejar que su alfa los llevara hacia el consultorio de su amiga.
Cuando llegaron, ella los recibió en seguida, a pesar de haberse alarmado tanto omega como alfa, ella les aseguró que no era grave y que con un jarabe estaría bien, les dijo en los días que durara enfermo, necesitaría mucho más a su padres para sentirse protegido, es por ello que lloró cuando no vio cerca a su madre. Con el corazón tranquilo, la pareja Lan regresó con su hijo a casa, ya había anochecido para ese entonces y Lan Wangji recomendó a Wei Wuxian que descansara con su cachorro mientras él hacía la cena, ya que había notado que su pareja también presentaba un pequeño resfrío.
Lan Zhan a pesar de la negación de su pareja, le trajo la comida a su cama y mimó a su par de amores toda la noche.
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Padres - WangXian (omegaverse)
FanfictionWei Ying piensa que tiene muchas anécdotas que contar a su hijo cuando sea grande, una de ellas es decirle que desde que apareció en su vida y en la de su esposo Lan Zhan, se convirtió en el más valioso tesoro para ellos. Lan Wangji y Wei Wuxian se...