Un gran juego.

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La vida se complica, parece un juego, niveles, cada año alcanzas un nivel mayor, un nivel más alto, cada vez con más experiencia, otros con menos.
Arrebatando así nuestro dinero para no dejarnos avanzar, arrebatando así vidas para no poder retroceder, arrebatando así trucos para no poder sobrevivir.
Lo único malo de jugar a este juego, es que solo hay una vida, un capítulo, una temporada.
No hay dos, no se reinicia cuando se mueren, no se revive, no se recupera.
Para los que tienen suerte llegan lejos en su trayecto, para los que no, se quedan abatidos en mitad de este.
Pero no es imposible, algunos se quedan al principio, otros no llegan a empezar a jugar, otros toman la decisión de abandonarlo, otros de continuar, también están los que deciden intentarlo y los que llegan al final.
El trayecto es largo, pero se pasa rápido.
Los jugadores que conoces van desapareciendo, otros te acompañan hasta el final.
Pero ninguno es para siempre.
Hay diferentes personajes, avatares, nombres, colores, palabras, lugares, edades, creadores, trabajadores, supervisores.
Están los personajes valientes y los cobardes, los que deciden luchar y los que optan por escapar, los que se dejan ver y los que piensan que esconderse les va a salvar, los que destruyen y lo que se dejan destruir, los que se creen duros y los que saben que no lo son, los que fingen sentir y los que realmente sienten, los que mienten al decir que aman y los que alguna vez lo hicieron.
Pero siempre son diferentes, es eso lo que  caracteriza a cada jugador.
Dime, ¿Quieres jugar a vivir?

-g

Pensamientos de una adolescente (a)normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora