IIV

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Me advirtieron sobre enfrenrarme a mis demonios, pero no me advirtieron sobre enfrentarme a mi misma, porque... Y si a quien debería temer no es a ellos si no a mí?
Qué pasaría si esos demonios fueran el conjunto de palabras nunca dichas y acciones nunca echas por mi? Que se desatan de forma desordenada, bruta y violenta, y a eso, la gente lo califica como demonios, pero yo, más bien diría que es un desahogo.
No es el más correcto ni perfecto pero si a veces el necesario.

Pensamientos de una adolescente (a)normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora