Mientras mi pecho se inundaba con mi último suspiro, escuche el llanto de quien siempre reía y comprendí que se estaba muriendo conmigo, me destrozó el saber que ya no podía evitarlo.
La paz se empezaba a apoderar de mi cuerpo y alma, ¿Así se siente realmente entregarte a la muerte?, En ese momento, pude ver como esas personas ya no reían,
no abrazaban, no amaban y todo porque yo estaba abandonando la vida.
Me di cuenta que la verdadera belleza era la misma vida, era consciente de lo que había echo, mi ser se había cansado y de esa forma mi alma podría descansar en paz.
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Pensamientos de una adolescente (a)normal
De TodoSolo yo sé sobre quién escribo y solo tú sabes a quién lees. Hay misterios que están mejor cayados y hay secretos que están mejor guardados. Gloria FM.